Vemos auténticos milagros de la medicina: del tratamiento del Parkinson o la depresión a la interfaz cerebro-ordenador
El próximo martes tendrá lugar la presentación en Madrid del libro Bioética y Neurociencias, escrito por el conocido bioeticista gallego José Ramón Amor Pan y editado por el prestigioso Instituto Borja de Bioética, de la Universidad Ramon Llull de Barcelona.
La cita es en la sede de la Organización Médica Colegial (Plaza de las Cortes, 11) a las 19:00 horas, con entrada libre hasta completar aforo. Acompañarán al autor el Presidente de la OMC, el doctor Juan José Rodríguez Sendín, y la Directora del Instituto Borja, la doctora Montserrat Esquerda.
Está claro que, cuando llevamos 15 años de este siglo XXI, el estudio interdisciplinar del cerebro está siendo el centro principal de atención de la comunidad científica y, también, de la opinión pública. Y con razón. Porque el cerebro, una masa de kilo y medio, controla toda nuestra actividad.
Compuesto por unos 100.000 millones de neuronas, cada una de las cuales establece entre 1.000 y 10.000 conexiones sinápticas, el cerebro humano es una estructura reticular difícil de imaginar en toda su complejidad. Pero en los últimos años se han dado pasos agigantados en su estudio. Nuevas posibilidades terapéuticas están apareciendo, auténticos milagros de la Medicina moderna, como, por ejemplo, en el tratamiento del Parkinson, de la depresión grave o la interfaz cerebro-ordenador para el manejo de prótesis.
Pero no todo es orégano en el monte. Los neurocientíficos también están desarrollando nuevo armamento, muy sofisticado. Las técnicas de neuromarketing pueden convertirnos en consumidores bobalicones; o, aplicadas a la política, lo que se conoce como Neuropolítica, pueden ser el instrumento definitivo de manipulación de los votantes. Por no hablar de problemas de justicia social y seguridad en la utilización de los llamados neuropotenciadores, fármacos desarrollados para el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas y que pueden utilizarse para la mejora del rendimiento cognitivo.
Incluso se habla ya de una píldora de la felicidad, a imagen y semejanza del soma de la famosa novela de Aldous Huxley, Un mundo feliz. Y algunos neurocientíficos se han subido también al caballo del Nuevo Ateísmo y tratan de descalificar el hecho religioso y negar incluso la existencia de Dios.
De todo ello trata a lo largo de sus 782 páginas este libro, con un lenguaje ameno, una seria fundamentación y un talante abierto. Su autor busca sugerir, informar, provocar e invitar a nuevas reflexiones, nuevos diálogos. La prudencia es su máxima. La obra ofrece un marco ético integral desde el que valorar los problemas éticos y los conflictos de interés que los avances neurocientíficos suscitan.