Deseo que el islam dentro de cinco siglos o antes viva una situación de tolerancia
El escritor francés Emmanuel Carrère, que acaba de publicar «El Reino», un libro mezcla de ficción y autoficción sobre los orígenes del cristianismo, ha dicho que el miedo con que hoy se ve el islam en Occidente es similar al que vivieron los romanos hace 2000 años en relación con los cristianos.
Reconoce Carrère que «el mensaje del Evangelio ha sido revolucionario y subversivo, como cuando decía que los últimos serán los primeros o cuando hacía apología de la debilidad«.
A Carrère no le ha interesado hablar en el libro del hecho de que Jesús fuera el hijo de Dios, de que su madre fuera virgen o de la resurrección, sino que ha preferido hablar sobre esa «especie de mensaje sobre la condición humana», que es lo que le parece «subversivo».
Sin embargo, el autor francés recuerda las palabras de Georges Bernanos, quien dijo: «Decir que Jesús se convirtió en la bestia humana de todos los seres libres con un programa como el del Evangelio me parece como para reírse».
Ha explicado Carrère que estuvo siete años para escribir «El Reino» (Anagrama), a pesar de que trabajara en otros libros en paralelo, si bien hace veinte años el libro estaba en su cabeza, y su origen radica en «una experiencia personal, un poco extraña: mi fe cristiana y el hecho de haber crecido en un mundo y una familia cristianos, si bien no practicante».
Curiosamente, relata Carrère, lo que dio forma a estas reflexiones fue el encargo que recibió hace siete u ocho años de escribir una serie para la televisión y entonces decidió centrarse en las primeras sociedades cristianas, a pesar de que desestimó la idea de la serie al ver lo difícil que habría sido desarrollarla por las presiones de los productores.
«El Reino» se construyó, recuerda el escritor francés, a partir de las epístolas de San Pablo y las de San Lucas, que «es el hilo conductor, aunque el narrador sea yo».
Carrère se sitúa más cerca del escepticismo que de la fe: «Soy un verdadero agnóstico, no demasiado alejado del cristianismo como para ser ateo, pero eso no me impide una relación y una familiaridad con el cristianismo».
Desde «El adversario», Carrère mezcla en sus libros la ficción con la no ficción e incluso la autoficción, una práctica que ha continuado con «Una novela rusa», «De vidas ajenas» y «Limónov», pero que no sabe si mantendrá en su próxima obra, que todavía no ha pensado desde que hace un año acabó la escritura de «El Reino».
No piensa que «El Reino» fuera «catártico»: «No me devolvió las ganas de escribir; apareció veinte años después de los hechos (cuando tuvo la idea del libro) y, definitivamente, no se puede considerar el libro de alguien que sufre por no poder escribir, sino que la experiencia fue feliz y, de hecho, me supo mal tenerlo que acabar», ha explicado.
«Si estoy vivo dentro de veinte años, me gustaría mirar el mismo tema desde otra perspectiva, porque, por definición, éste no es un libro definitivo sobre la cuestión», ha agregado.
Carrère está convencido de que «no se podría escribir un libro como éste sobre el islamismo», pero precisa su respuesta: «Tampoco se podía escribir un libro como éste hace cinco siglos y se debe recordar que el islam y el cristianismo se llevan cinco siglos. Deseo que el islam dentro de cinco siglos o antes viva una situación de tolerancia que permita escribir un libro como éste».
Atribuye la tolerancia del cristianismo actual a que «es una religión con la sabiduría de una religión antigua«. Sin ánimo de ser profeta sobre el futuro del cristianismo, cree Carrère que «en Occidente el cristianismo, con sus dogmas y como religión potente, está perdiendo velocidad y peso, porque hay religiones más dinámicas que le están ganando terreno» y cita el propio islam y el budismo.
Preguntado por la polémica novela «Sumisión» de Michel Houellebecq, que imaginaba a un presidente francés islamista, Carrère se declara admirador de su obra, por su capacidad de ofrecer «una visión fantástica del momento histórico que vive la humanidad».
«Houellebecq -agrega Carrère- está tan horrorizado por el mundo liberal y mercantilista en el que vivimos que habla de cosas que nos asustan, como la clonación o de un país europeo gobernado por un régimen islamista con la sharía como ley base. Su planteamiento es que a lo mejor no es tan horrible como lo que vivimos ahora; y gira nuestros miedos y encuentra una tabla de salvación en la ficción».
En la base de la civilización occidental había romanos lúcidos e inteligentes que expresaban su miedo a la secta cristiana y creían que sería una barbarie, y «luego descubrimos que la mezcla de esta civilización romana con el cristianismo y el judaísmo ha funcionado y ahora lloramos porque pueda desaparecer algo que daba miedo a la gente de hace 2000 años», arguye el escritor francés.
(RD/Agencias)