La bomba estaba preparada, inteligentemente medida y con sus protagonistas bien elegidos
(Juan Rubio).- Ahora no han sido grupos de gais y lesbianas gritando por entre la Columnata de Bernini, con banderas y pancartas, besándose en plena plaza de San Pedro y protestando contra la homofobia en la Iglesia y su doctrina sobre la homosexualidad.
Tampoco ha sido la conferencia de un teólogo en una televisión local, o una la mesa redonda en alguna cadena televisiva. Ahora el nivel ha subido, empujado por corrientes internas que han hecho saltar las alarmas en la víspera del inicio de la segunda parte del Sínodo de la Familia.
La bomba estaba preparada, inteligentemente medida y con sus protagonistas bien elegidos. Un sacerdote polaco, teólogo, profesor de la Gregoriana y asesor de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Krzysztof Charamsa, sacerdote polaco de 43 años, se declaraba homosexual, presentando, a la vez, a su pareja, el catalán, Eduard-Ha.
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