El Papa, a través de "Evangelii gaudium" nos dice que cada comunidad tiene que resolver y dar respuesta a las preguntas que surgen en su seno. Porque son muy distintas según donde están
(Jesús Bastante).- Ser, saber y saber hacer, son las tres dimensiones en las que se tiene que centrar el catequista. Es el lema de «Catequistas», para hablar de ello nos acompaña Álvaro Ginel, salesiano y director esta revista. «Estamos muy acostumbrados a que nos digan lo que tenemos que hacer. Yo creo que hay que cambiar las cosas. Adaptar a nuestra realidad las orientaciones generales de la Iglesia», subraya en esta entrevista.
Álvaro, la catequesis también es una forma de educación, uno de los ejes de don Bosco y de la Congregación.
Claro, don Bosco dice que la Congregación nació con la catequesis del Ave María, para nosotros, la catequesis es algo que está dentro de nuestro carisma, de nuestro ser.
A veces pensamos que la catequesis es lo que hacen los niños antes de recibir la primera comunión. ¿Qué es exactamente?
No es lo más importante de la Iglesia, pero está en todo. Está en la celebración de los sacramentos, en la predicación, y ahora es uno de los conceptos que está más en revisión. En dónde situarla.
Hay que hacerlo dentro del proceso de la evangelización, y esto va a ser difícil de entender.
Mientras no la situemos bien, la formación de los catequistas también tendrá lagunas.
O seguirá siendo la tradicional, que es la que el papa Pío X dio al principio del siglo XX, centrada en los niños para que se preparen para la primera comunión y la confesión.
Estos son sus orígenes, pero la sociedad ha cambiado mucho. Lo que intentamos con la revista, que es una revista para la formación de los catequistas, es ir sembrando las tres dimensiones en las cuales tiene que centrarse el catequista:
Ser persona, ser creyente, es decir, hacer resonar en otro lo que hay en mí.
Y saber hacer, porque es muy importante cómo nos situamos ante el otro.
La catequesis no ha de ser meramente receptiva, sino de intercambio.
¿»Catequistas», dirigida a catequistas?
Sí, pero de base. Pretendemos una formación lo más amplia posible, para que quepan todas las sensibilidades eclesiales.
Claro, porque hay muchas formas de ver y de vivir el Evangelio.
¿Se puede decir que hay un perfil de catequista: origen, formación?
El catequista viene de la observación y del contacto directo. Pero no dispongo de encuestas.
Son personas con una experiencia de fe. Entre los treinta y cinco y los sesenta años.
Lo que falta en los catequistas es una formación más sistemática y más sólida.
El Papa, a través de «Evangelii gaudium» nos dice que cada comunidad tiene que resolver y dar respuesta a las preguntas que surgen en su seno. Porque son muy distintas según donde están. Los contextos son diversos.
Estamos muy acostumbrados a que nos digan lo que tenemos que hacer. Yo creo que hay que cambiar las cosas. Adaptar a nuestra realidad las orientaciones generales de la Iglesia.
Para hacer esto se necesitan personas que sean capaces de ver y de reflexionar sobre lo que ven. Porque el presente es el germen del futuro y hay que saber observarlo.
También es importante la relación que se establezca entre los catequistas, el párroco correspondiente y la comunidad.
Sí, porque la catequesis, ni es de los catequistas, ni del párroco, es una cuestión de toda la comunidad cristiana. Mientras no cambiemos el sentido y la vivencia de lo que es la comunidad cristiana, la catequesis no puede cambiar.
La catequesis no es una cuestión metodológica, ni pedagógica, ni de instrumentos. Es fundamentalmente activa, de vivencia de comunidad cristiana. Y esta comunidad necesita preguntarse cómo cultivarse y crecer.
Has hablado de «Evangelii gaudium»: ¿Cómo se orienta este papa en cuanto a la catequesis?
Hace hincapié en el «Primer anuncio», como primordial. Reconocer a Jesús .
Enzo Biemmi, que es un catequista italiano muy interesante, tiene muy reflexionado este tema del Primer anuncio y del Segundo. Propone unos cambios de mentalidad impresionantes.
Llega a decir que el segundo anuncio sólo es posible cuando la persona está viviendo unos momentos de dificultad y se hace preguntas.
Para entender hay que hacerse preguntas y reflexionar. Se pueden hacer afirmaciones sobre Jesús sin entender lo que hay detrás, y este es el gran peligro de la catequesis.
Quedarte en la letra, en la norma y no hacerlo vida.
Sí, esto es lo que tiene la catequesis. Puedes decir una cosa en un determinado momento y no entenderla. Y venir otro momento en la vida que te hace comprenderlo, éste es el Segundo anuncio.
Este conocimiento nos abre a la confianza, a la esperanza, al futuro y a saber sembrar.
Y a no pedir resultados inmediatos. Muchas de las preocupaciones de los catequistas vienen de ahí.
¿Numéricos?
Sí, se preguntan: ¿Por qué se me van tantos niños después de la catequesis de primera comunión? ¿Por qué hay tan poca gente en catequesis de confirmación con respecto a hace cinco años? Por poner dos ejemplos.
Hay cierto descuido de la pastoral prebautismal, de los matrimonios cristianos que han celebrado el sacramento.
Parece que los procesos entre los sacramentos se interrumpen de alguna manera. ¿Es este proceso de seguir formándote en comunidad el gran desafío en la sociedad española?
Sí, y no solamente en formarse en grupos de la misma edad, sin confrontación con otras edades.
En compartimentos estancos.
Exactamente, no hay circulación. Es interesante que el niño viva todas las sensibilidades, como en una familia, donde están todos los componentes a la vez.
Como cuando el Papa contrapone la esfera con el poliedro. La esfera, donde todos los puntos están a la misma distancia, pero son iguales y el poliedro, donde se juntan en el mismo espacio con sus diferencias, sus matices y sus aristas.
Exactamente y eso es muy importante porque es riqueza. Ahora va a salir un artículo en la revista de Ana Meda, que cuenta historias de ejemplos de familias cristianas muy interesantes.
¿Dónde podemos encontrar «Catequistas»?
En la web de la editorial y en librerías , además existe la posibilidad de suscripción.
Catequistas también son pósters. En los meses de noviembre y febrero hay una revista para niños de siete a doce años que se llama Tiempos litúrgicos. También tiene la agenda… es «pluri-ofertas».
Y con mucha variedad de opiniones
Pretendemos, desde nuestro carisma, ofrecer esto para la Iglesia. Hay contenidos para todos. Este año estamos presentando el evangelio de Lucas, por ejemplo, iniciación cristiana, interpretación del Credo…
Sí, porque a veces memorizamos cosas y no aprendemos su hondo significado.
Tiene que haber un saber hacer. Esto se aprende. Hay que saber transmitir.
La razón de ser catequista es la vocación. Dentro de mi corazón siento que debo transmitir lo que yo vivo.