Si la verdad fracasó en este mundo fue porque se alió con el poder. Nuestra alianza debe ser con los pobres
(Jesús Bastante).- Ochocientos años «enviados a predicar el Evangelio». Con este lema, el próximo 7 de noviembre arrancará el Jubileo de los dominicos, la Orden de predicadores fundada en 1216 por Santo Domingo de Guzmán y que hoy continúa con su misión de llevar la palabra de Jesús a todos los rincones, «con alegría y renovación», según afirmó su provincial en España, Javier Carballo, op.
Una renovación que se nota en las formas, en el fondo, incluso en la denominación, pues el próximo 3 de enero arrancará la nueva Provincia de Hispania, que aglutina las tres provincias dominicas en nuestro país. «No es coincidencia, quisimos hacer coincidir el nacimiento de la nueva provincia con el Año Jubilar», apuntó Carballo, quien incidió en que «no es una mera reorganización, sino una renovación en todos los ámbitos, siendo fieles a lo que santo Domingo quiso: que el carisma de la orden se adaptara a los tiempos».
Unos tiempos cambiantes, para los que «debemos estar muy atentos, y ser creativos, escuchando al mundo de hoy y sabiendo qué es lo que los tiempos nos exigen», aclaró el responsable de la familia dominicana en España.
«Queremos hacer memoria con sentido bíblico y evangélico, encontrarnos todos como familia, y con la renovación. Queremos ser más auténticos, acercarnos más al proyecto del Evangelio», subrayó Carballo, quien animó a que este año también sirva para «reconocer nuestra tradición, con sus luces y sus sombras, y saber tener fuerzas para superar los fallos». Todo el Jubileo terminará con una «nueva invitación a ser enviados a predicar el Evangelio, que es el lema del Jubileo. No se trata solo de volver a casa, con la familia, sino que hay que volver a salir».
El Año Jubilar arrancará el 7 de noviembre con una oración de vísperas en el Monasterio de Santo Domingo el Real, que contará con la participación del arzobispo de Madrid, Carlos Osoro. A lo largo de varios meses, hasta el 21 de enero de 2017, con toda una panopia de actividades, que van desde congresos a exposiciones, con una especial atención a la cultura, el diálogo con el mundo y los más desfavorecidos.
Por su parte, Pilar del Barrio, secretaria de Familia Dominicana, destacó el sentido de «comunidad de predicadores» que quiso establecer Domingo de Guzmán. «La primera comunidad tiene mujeres, laicos, y clérigos».
¿Quiénes son la familia dominicana? «Una familia con monjas, mujeres contemplativas dedicadas a la oración (más de 50 monasterios en España), son los frailes, las fraternidades laicales (siempre hemos ido juntos en misión, unas mil comunidades organizadas en fraternidades)», apuntó Pilar del Barrio, quien destacó la intención de seguir entendiendo «la predicación con rostro de familia».
«Hay 1.200 hermanas en España, en 13 congregaciones de vida apostólica; casi 400 frailes; presencia misionera en muchísimos países. Alrededor de mil laicos comprometidos, 800 monjas repartidas en monasterios, así como el Movimiento Juvenil Dominicano .
Por su parte, Xabier Gómez, op, presentó un completo programa jubilar en todas las partes del mundo, cuyo principal objetivo es «facilitar los encuentros y la renovación de la predicación, de los lenguajes y diálogos de predicación en aquellos ámbitos que son nuestra prioridad», como el diálogo, la cultura, el pensamiento contemporáneo, la educación, la misión, los jóvenes, la peregrinación o el diálogo interreligioso.
Al tiempo, la orden hará un gesto jubilar concreto, que se presentará en las próximas semanas, y que se mantendrá después del Año Jubilar.
La coincidencia del Año Jubilar con el Jubileo de la Misericordia, convocado por Francisco, «muestra la gran sintonía con el llamado del Papa a transmitir, a convertirnos en comunicadores del Evangelio de la Alegría«, subrayó Gómez, quien recordó que el Papa clausurará el jubileo dominicano. «Queremos estar al servicio de los demás y del mundo».
Por su parte, Javier Carballlo apuntó la «necesidad de ir más allá, de cruzar fronteras. Queremos buscar la autenticidad del Evangelio sin romper con la Iglesia«, y mostrando la verdad. «La verdad es sospechosa, no se cree en ella, está unida a la intolerancia. Por ello, es más preciso que nunca manifestar la ilusión por la verdad, por que podemos dialogar, entendernos. Tenemos que dialogar con la tradición de la que venimos, y escuchar voces que piensan distintos…. pero también seguir contagiando ilusión por la verdad. Una verdad que no se impone…. Es posible vivir sin ningún tipo de violencia».
«Si la verdad fracasó en este mundo fue porque se alió con el poder. Nuestra alianza debe ser con los pobres», añadió el provincial dominico, quien reivindicó la aportación de la orden, y de la vida religiosa, a la Iglesia y la sociedad. También hoy, que se habla tanto de falta de vocaciones y de invierno de la vida consagrada. «El futuro nos juzgará mucho más positivamente. El siglo XX ha sido un siglo de una grandísima riqueza en la vida religiosa en España. Lo que se ha aportado a las misiones, en la educación, en la catequesis, en renovación de formas de predicación, en servicio a los pobres… Yo no juzgaría el siglo XX con negatividad ni mucho menos».
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