La vocación a la vida sacerdotal y religiosa en Kenia ha tenido una aceptación que aumenta gradualmente cada día
(Lawrence Muthee, SVD).- La multitud empezó a llegar a la Universidad de Nairobi a las tres de la madrugada a pesar de las lluvias. Todos teníamos que enseñar la tarjeta de invitación y pasar por un registro muy meticuloso por la policía, por motivos de seguridad, antes de entrar al lugar de la misa. La policía no quería dejar ningún cabo suelto.
La misa empezó a las diez en punto y, aunque las lluvias continuaron, nadie se molestaba por ellos. Tuve la suerte de servir en la misa con otros 300 sacerdotes y diáconos, que llevábamos las especies para la consagración. Había más de mil sacerdotes concelebrando. Teníamos las albas todas mojadas, pero alegres de estar ahí.
En su homilía el Papa reconoció que Kenia sigue teniendo familias fuertes, que respetan la sabiduría de los mayores y aman a sus hijos. Las familias, dijo el Santo Padre, son muy importantes en la sociedad y están en el plan de Dios. Aunque todas las culturas y etnias en Kenia valoran mucho la familia natural, es decir Padre, Madre e hijos, tiene muchos retos, especialmente las familias jóvenes que viven en las ciudades grandes.
El número de separaciones y padres y madres solteras está aumentando. Uno de los factores es la globalización, medios insuficientes para vivir especialmente los que no tienen buen trabajo, e ideologías nuevas que están de moda. El Papa dijo que una sociedad sana depende mucho de la sanidad de la familia.
En Kenia, la mayoría de las personas subscriben a una religión u otra. El grupo de los no creyentes es relativamente muy pequeño. El Papa ha venido a animar a la Iglesia a seguir apoyando y trabajando para la unidad de las familias y defender la dignidad de todos, especialmente la de las mujeres y niños. Esta es la misión importante de la Iglesia.
Después de la misa, que duró una hora y media, el Papa se reunió con más de 10,000 religiosos/as y el clero de Kenia. Estos forman sólo un décimo de todos los religiosos/as y clero de Kenia. Se le veía muy feliz a ver tantas caras negras que forman la familia religiosa y la del clero en Kenia.
Hace una década o dos, el fenómeno hubiera sido diferente, con la mayoría de los religiosos/as siendo misioneros/as procediendo de países europeos y americanos. La vocación a la vida sacerdotal y religiosa en Kenia ha tenido una aceptación que aumenta gradualmente cada día. Más y más jóvenes ingresan en la vida religiosa y sacerdotal.
En su discurso, el Papa dijo que los religiosos/as y el clero no son personas santas porque Dios no les canonizó cuando les llamó, sino que les amó primero y luego les llamó para servirle. Es Dios que ha empezado el buen trabajo en ellos que lo va a completar.
La vida religiosa, dijo el Papa Argentino, no es lugar para buscar el poder o las riquezas u honor; la vida religiosa es una vida humilde y del servicio en imitación de Jesús. Dijo que hay que entrar a la vida religiosa por la puerta que es Jesús y llamó a los que quizá hubiesen entrado por la ventana, que no teman buscar otros lugares donde pueden servir a Dios porque la vida religiosa no es lo suyo.