El Papa ha dejado un ambiente muy cardado por el deseo de hacer las cosas mejor que antes
(Lawrence Muthee, SVD, Nairobi).- En su último día en Kenia, el Papa Francisco visitó la parroquia de San José obrero de un barrio pobre, Kangemi, bajo el cuidado de los Jesuitas. Ahí el Santo Padre se reunió con los representantes de todos barrios pobres de Nairobi.
Los habitantes presentaron al Papa sus inquietudes y le pidieron que hablase con el gobierno para que considerara poner en sitio la infraestructura básica en sus barrios. El Papa pidió que los que tienen poder que hagan algo para mejorar la vida y la dignidad de los pobres que sufren. El Papa habló fuertemente sobre los que usurpan los bienes comunes dejando a muchos pobres sin lo más mínimo para vivir.
Luego el Papa continuó al estadio de Kasarani, donde se reunió con más de 60.000 jóvenes que le había esperado más de cuatro horas, rezando el rosario por él, cantando y bailando. Los jóvenes presentaron sus preguntas e inquietudes al papa mientras el Papa tomaba notas. Luego dio su discurso cargado de metáforas y ejemplos contestando sus preguntas y animándoles a no dejarse vencer por los muchos desafíos que experimentan hoy.
Unos de los temas que el Papa tocó incluyen el problema de la corrupción que el Papa comparó metafóricamente con el azúcar que es dulce pero causa diabetes, la radicalización de los jóvenes a ideologías anti-vida y progreso de la humanidad, los niños abandonados y el tribalismo.
El Papa llamó a los jóvenes a renovar su amor a Jesús y cogerse de la mano unos a otros para vencer especialmente el tribalismo. El diálogo, dijo el Santo Padre, es el único camino de buena convivencia. Kenia sigue luchado contra el vicio del tribalismo muchas veces orquestado por los políticos que lo usan para sus intereses políticos. Este fue lo que llevó a nuestro país casi a una guerra civil después de las elecciones de año 2007.
«El Papa nos ha dejado una esperanza enorme a los jóvenes», dijo un chico de 23 años. «Se ve que el este Papa es realmente interesado por la causa de los pobres y los jóvenes», dijo otro. Lo que ha pasado durante estos tres días con la presencia del Papa en Kenia va a permanecer grabado en los corazones de muchos por mucho tiempo. El Papa Francisco tiene una manera sencilla pero muy eficaz, de captar los corazones de la gente.
Durante estos días, los keniatas han dejado atrás todo lo que les divide para unirse con el Papa. Es como un nuevo comienzo. Tanto los políticos como los líderes religiosos se han reunido a darle al Papa la bienvenida digna de su persona. Han sido tres días sin la política normal que caracteriza las noticias diarias; los políticos le han dado el respeto que merece, como un líder humilde y sencillo. Esto no ocurre muy a menudo en Kenia, porque los políticos tienen la fama de sacar ventaja siempre cuando ven una gran multitud.
El Papa ha dejado un ambiente muy cardado por el deseo de hacer las cosas mejor que antes. El presidente de Kenia ha mostrado esto por haber suspendido todas sus actividades para estar al lado del papa. Se veía que gozaba muchísimo de la presencia del Papa. Le ha acompañado desde que llegó hasta cuando salió para Uganda. Es una señal bonita para nosotros, que nuestro presidente sea un hombre que tema a Dios y respete los valores cristianos, el mismo siendo un católico devoto. Ha sido una visita transformadora para nuestro país.