Iceta denuncia que, en vez de pensar en acoger a los refugiados, se promueva la cultura del rechazo
El obispo de Bilbao, Mario Iceta, cree «escandaloso» que, en vez de dar «cobertura a las necesidades» de los refugiados, se busquen «vías jurídicas» para dejarles fuera de las fronteras de la UE. Además, denuncia que, «en vez de pensar en acoger» a los refugiados, se promueva «la cultura del rechazo».
En declaraciones a Europa Press, Iceta ha recordado que el 16 de marzo «un conjunto importante organizaciones», entre las que se encuentran Cáritas y Confer, suscribieron un documento con el título «StopAcuerdo: No al mercadeo de personas refugiadas» contra el acuerdo de la Unión Europea con Turquía para frenar la entrada de los refugiados.
El prelado recuerda que el texto solicitaba, «con firmeza», que se rechazara el acuerdo entre la UE y Turquía «por poner en peligro la protección internacional a la que tienen derecho las personas refugiadas y que se abran rutas legales y seguras, así como que se adopten medidas urgentes de acogida, con especial hincapié en las necesidades especiales de los más vulnerables«.
Mario Iceta considera que, con el acuerdo alcanzado con Turquía, «se produce una evidente vulneración de derechos», de forma que se «impide, de facto, solicitar protección internacional en Europa», y se conculcan la Convención de Ginebra «que impide las deportaciones masivas» y la Carta de Derechos fundamentales de la UE «que muestra la obligatoriedad de registrar todas las solicitudes de asilo».
A su juicio, «es escandaloso» que el debate se haya «centrado en buscar la vía jurídica para mantener a estas personas fuera de las fronteras» de la UE «y no sobre la cobertura de las necesidades reales de la población refugiada y desplazada».
Deshumanización
Para Iceta, «la información que nos llega en muchas ocasiones presenta cifras y estadísticas que deshumanizan a estas personas» y «hacen percibirlas como una amenaza sin rostro, olvidando las historias personales e individuales de cada una de ellas, con sus historias de vida y su sufrimiento».
En este sentido, recuerda que el último informe de Cáritas Española sobre la situación en la frontera Este, el 28% de las personas refugiadas son mujeres y el 17% niños. «Las personas que están llamando a la puerta de Europa huyen del horror y la guerra de la que son víctimas«, ha destacado.
Por ello, cree que «es terrible que, en vez de pensar en acoger, «lo que se esté promoviendo, como denuncia el propio Papa Francisco es ‘la cultura del rechazo’ y que el miedo no nos esté dejando una actitud fundamentada en la ‘cultura del encuentro'».
El obispo de Bilbao emplaza a «globalizar la solidaridad, el respeto y la humanidad». «Lamentablemente, estamos en una época en la que prima lo económico, la seguridad y la ideología del miedo. La humanidad y la solidaridad han sido relegadas a segundo plano», lamenta.
En este sentido, cree que la ciudadanía tiene que informarse «de manera adecuada, en profundidad, e intentar dar voz a los que ahora no la tienen, mostrando con firmeza su posicionamiento».
«Hay muchas iniciativas que deben ser necesariamente discernidas personal y comunitariamente para visibilizar este posicionamiento, a través de la redes sociales, a través de la participación en movilizaciones ciudadanas», añade.
Mario Iceta insta a «apoyar y firmar las propuestas de organizaciones de intachable trayectoria ética, y a mostrar, en definitiva, su oposición a políticas que vayan en detrimento del desarrollo de los pueblos y de la dignidad de la persona».
Sobre el papel de la Iglesia, apunta que, en el mes de septiembre, desde Cáritas Diocesana y la Delegación de Caridad y Justicia de la Diócesis de Bilbao, se invitó a quienes componen la Diócesis «a posicionarse con claridad a favor de las personas que sufren».
«Creemos firmemente en el derecho de toda persona a un acompañamiento y una acogida integral por parte de nuestra sociedad, tanto a las personas que migran forzadas por la situación de peligro o conflicto existente en sus países de origen, como a aquéllas que lo hacen por la situación de necesidad económica de los mismos», añade.
En esta línea, apunta que «existe desde Cáritas un comité permanente que está pendiente específicamente de la situación de estas personas, informando y activando lo que se considera preciso». «La comunidad cristiana ha mostrado preocupación e interés por las personas que están sufriendo», asevera.
De esta forma, precisa que «se están dando charlas informativas y de sensibilización en numerosas parroquias, se han realizado vigilias de oración por las personas refugiadas, se ha puesto a disposición en nuestra diócesis 15 viviendas (90 plazas), se ha aportado voluntariado especializado y dotación económica, tanto para apoyar la situación de los campos de refugiados como para la acogida aquí».
«Estamos apoyando a 74 personas que llegaron en años anteriores como refugiados y coordinando todo este movimiento de acogida. Asimismo, nos hemos sumando a diversas movilizaciones que se han realizado y se realizarán en defensa de estos desheredados que huyen del horror de la guerra, y la necesidad de que les ayudemos con prontitud y eficacia», concluye.
Por su lado, el cardenal arzobispo Ricardo Blázquez Pérez ha llamado a los presbíteros a «no servir a dos señores como Dios y el dinero» y les ha pedido que apacienten al rebaño con «entrega generosa».
Asimismo, Blázquez ha señalado que no deben seguir un «interés sucio, manchado y mezquino» como puede ser «el lucro y el dinero», así como el «medro material y la promoción social», que ha apuntado que es como el «carrerismo que fustiga frecuentemente al Papa Francisco».
El arzobispo, quien ha bendecido en la Misa Crismal el óleo de los catecúmenos y el crisma del bautismo y la confirmación, así como el óleo de los enfermos, ha asegurado durante la homilía que ha pronunciado este Jueves Santo en la Catedral de Valladolid, que es testigo de la generosidad de los sacerdotes pero ha pedido permiso para recordárselo a ellos y a sí mismo.
Así, el cardenal ha afirmado que si no se cae en «la insensatez de pretender asegurarse la vida en los bienes acumulados» nada les faltará, por lo que ha recordado que «la avaricia «oprime y esclaviza». También ha añadido que cuando el dinero «acapara el corazón» este se cierra a «compartir con los necesitados».
Por eso, ha llamado a la «solidaridad» con los pueblos de Medio Oriente, y en concreto con los refugiados de Siria, que «sufren la persecución, la guerra y el hambre». Por ello, ha subrayado que cuando la situación es «tan grave», no son necesarias «muchas palabras para suplicar misericordia».
Además, monseñor ha recordado «la promesa de aquel día inolvidable» por el que ejercieron el Ministerio Sacerdotal y ha pedido que se renueve «la fidelidad», por lo que ha insistido en seguir «las recomendaciones de San Pedro«.
La desgana y despreocupación
Una de estas actitudes es la que llama a los sacerdotes a pastorear «no a la fuerza, sino de buena gana», por ello Blázquez ha resaltado que, aunque «el cansancio es comprensible«, no es lo mismo que «la desgana y la despreocupación».
También ha pronunciado las palabras de San Pedro que apelan a ejercer el sacerdocio «no como déspotas», sino como «modelos del rebaño». A propósito de esta recomendación, el arzobispo ha recordado que «junto al atractivo del dinero está el poder».
Asimismo, se ha dirigido a los presbíteros para pedirles que «tengan conciencia de que el rebaño no pertenece a ellos sino a Dios», por lo que les ha pedido que sostengan la colaboración «frente a los cansancios en el cumplimiento del servicio».
Blázquez también ha señalado que «la fraternidad y el servicio» definen la relación del sacerdote con la comunidad cristiana. No obstante, ha añadido que el ministerio «no solamente debe ser ejercido con actitud servicial, sino que en sí mismo es servicio«.
(RD/EP)