El Padre Ángel, fundador de Mensajeros de la Paz, ha expresado su tristeza "porque las catástrofes siempre se ceban con los más pobres", y ha asegurado que Mensajeros no va a olvidarse de Ecuador
(Mensajeros de la Paz).- Tras el terremoto que ha causado centenares de víctimas en la costa de Ecuador, el país se ha declarado en estado de emergencia, siendo Manabí una de las provincias más afectadas. Siempre comprometida con el desarrollo a través de sus proyectos internacionales permanentes, así como con la cooperación en la emergencia, la ONG Mensajeros de la Paz ha realizado un acuerdo de colaboración con la Asociación Manabí, conocida en Ecuador como Fundación Santa Marta, que ya está canalizando la respuesta humanitaria a las necesidades de los damnificados.
La Asociación Manabí, presente en Ecuador (con sede en Portoviejo, Manabí) y en Guatemala desde hace más de 20 años, trabaja en contacto directo con la Archidiócesis de Portoviejo, a través de Cáritas y su pastoral social. Desarrolla proyectos que persiguen la equidad de género y la salud integral de todas las personas.
Estos días, la Asociación ya está repartiendo material de primera necesidad (comida, agua, ropa, productos higiénicos…) en las poblaciones afectadas, pero necesita más recursos. Mensajeros de la Paz les dona 10.000 euros, que la asociación manabita va a destinar íntegramente a la puesta en marcha de los proyectos de reconstrucción, sumándolos a los fondos del banco comunal de microcréditos con el que funciona la asociación.
«Como ocurre siempre, no podemos quedarnos en la ayuda a la emergencia«, dice Luis Padilla, coordinador de la red Manabí. «Hoy hay que servir la comida, el material sanitario y el agua, pero para mañana hay que asegurar viviendas prefabricadas, envío de voluntarios y sobre todo fondos para hacer posibles los planes de reconstrucción». También director de la presencia de la Asociación Manabí en España (con sedes en Madrid y Navarra), Padilla recalca: «Lo peor será la reconstrucción».
Por su parte, el Padre Ángel, fundador de Mensajeros de la Paz, ha expresado su tristeza «porque las catástrofes siempre se ceban con los más pobres«, y ha asegurado que Mensajeros no va a olvidarse de Ecuador, un país en el que la organización que preside ha brindado en otras ocasiones apoyo a diversos proyectos, por ejemplo de menores e infancia con discapacidad.
La Asociación Manabí trabaja, desde la Casa Santa Marta, por toda la provincia de Manabí en proyectos de desarrollo y de fortalecimiento familiar que destacan por la participación activa de la mujer, fruto de la promoción de su espacio en equidad con el hombre.
Fue creada en el año 2002, como parte del desarrollo institucional de la Organización de Mujeres Santa Marta. Tiene su propia organización jurídica, y sus objetivos están orientados a apoyar el desarrollo local de las comunidades rurales y barrios marginales en Manabí. Actualmente, la organización está formada por 10.000 mujeres organizadas que han denunciado su exclusión de los sistemas de poder y han conseguido espacios, palabra y ante todo ser respetadas.
Por su parte, Josetxo García, sacerdote español de las comunidades Adsis en Quito, nos ofrece su testimonio:
El día sábado 16 de abril, cuando ya estaba anochecido, ( eran las 18,58 h.) cayó una terrible oscuridad sobre el Ecuador de la que miles de familias no consiguen superar y salir.
Ya pasaron 72 horas desde que el terremoto sacudió las seis provincias del país que están mas al norte y junto al océano Pacifico; ya pasaron 72 horas desde que se derrumbaron cerca de 2000 edificios y casi 20.000 personas quedaron sin hogar; ya pasaron 72 horas desde que muchísimas personas no pudieron escapar a la fuerza que se abatió sobre su casa o lugar de trabajo, derribándolo y quedando atrapadas entre los escombros, de ellas ya se recuperaron bastantes con vida, ( milagrosamente hoy rescataron a cinco ) pero ya van más de 500 fallecidas.
Hoy mismo impresionaban las imágenes en las que se veían a muchos bomberos y rescatistas rodeando un edificio en ruinas que fue hasta el sábado un centro comercial en Manta, todos en absoluto silencio y sin moverse para que pudieran escuchar la voz de un joven atrapado entre los escombros y ubicarlo: hoy para ese joven se hizo la luz, consiguieron sacarlo prácticamente ileso. Como milagrosamente en Portoviejo salieron ilesas 70 catequistas que estaban en una casa de encuentros; al comenzar el terremoto se iban cayendo las paredes de la sala, bajaron las escaleras y pudieron llegar a la calle. Esa terrible oscuridad también la están sufriendo tantas personas y familias que lo perdieron todo, absolutamente todo y están con sus hijos a la intemperie, en los caminos, en los estadios de futbol, en aeropuertos cerrados, en la calle, bajo lonas de plástico y sin nada, esperando, pidiendo la ayuda que poco a poco les ira llegando.
Pero no todo es oscuridad. La mañanita del domingo en Quito y en otras ciudades del país, de la manera mas espontanea, conforme iban llegando las primeras noticias del terrible desastre, se fue generando un movimiento ciudadano de solidaridad que sorprende, asombra y conmueve.
En estos tres días son miles y miles las personas que se movilizaron en apoyo de los afectados por el terremoto, llevando a los puntos de recogida, todo tipo de alimentos, agua, ropa, enseres para cocinar, cobijas, colchones, medicinas, herramientas, etc. Ayer las góndolas de los centros comerciales estaban vacías por las compras para los damnificados, en los supermercados estaban los carros llenos de comida a rebosar a la puerta, esperando a la camioneta que pasara a retirarlos y llevarlos a los lugares de clasificación, las farmacias también desabastecidas de muchas medicinas apropiadas para estas situaciones de emergencia. En estos puntos se pasaron todo el dia cientos de personas clasificando, ordenando, metiendo en cajas de cartón, en fundas todo lo que iba llegando. No solo los particulares se han volcado, también las instituciones, las empresas, con más medios hicieron lo propio.
Da la impresión de que todo el país no es que esté participando en un evento solidario dando de lo que le sobra, sino que le sale de natural ser solidario, mejor: SER COMPASIVO, sintiendo y sufriendo en carne propia lo que les está pasando a otros hermanos ecuatorianos, y una «compasión hasta que duela», ( como decía San Alberto Hurtado sobre la calidad del amor ).
Por eso las imágenes de tantas personas compartiendo hasta lo que no tienen, tantas personas dedicando horas y esfuerzo para que lleguen todos esos medios a los damnificados lo antes posible, a través de carros propios, camionetas, volquetas, aviones,…es un enorme fogonazo de LUZ, de ESPERANZA, de FUTURO NUEVO, DE CREER, CUIDAR Y PROTEGER TODA VIDA, ESTE PUEBLO TIENE FUTURO.
También cuanta luz están ofreciendo todos los voluntarios que están participando en las tareas de mover escombros, de repartir ayudas y buscar vidas, los médicos, psicólogos, los bomberos y rescatistas, ( están trabajando cerca de 800 de 16 paises) que vinieron a ofrecer sus conocimientos y experiencia, el apoyo de naciones hermanas y de otros países, la ONU,…todo será necesario y más, habrá que permanecer acompañando a este pueblo a reconstruir viviendas, tejido social, trabajo, infraestructuras,… en esas aldeas y ciudades: todo recién está comenzando.
Por todo esto y en este tiempo Pascual, estamos contemplando al Señor Jesús Resucitado iluminando la vida de su comunidad y abriendo un nuevo dia, venciendo la oscuridad, y le escuchamos una vez más: » Jesús al ver a la muchedumbre hambrienta y perdida, al ver al ciego, al ver a la viuda, al ver al asaltado del camino,…SINTIO COMPASION y les dio la buena noticia, lo curó, le dió la vida, sanó sus heridas y lo cuidóo en la posada toda la noche», ¡ cuantos miles de samaritanos están curando y sirviendo en estos días en el país !, damos muchas gracias a Dios Padre y Madre por este don que regaló a este pueblo.
Finalmente, Manos Unidas ya está estudiando proyectos de desarrollo post terremoto, centrados en la construcciones e infraestructuras, que darán respuesta a los daños ocasionados por el terremoto del pasado sábado, calificado como «la mayor tragedia de los últimos 67 años», y en el que más de 500 personas han fallecido, otras 2.000 no han sido aún localizadas y unas 20.000 han perdido su hogar.
Para ello Manos Unidas ha abierto una cuenta de emergencia para canalizar la solidaridad de la sociedad española con el pueblo ecuatoriano (Cta. Nº ES31 0049 1892 6322 1052 5246 Ref: EMERGENCIA ECUADOR y también una pasarela de donación online).
A través de nuestros socios locales en la zona costera, así como del resto de organizaciones con las que trabajamos en Ecuador, nos están llegando las informaciones de las primeras necesidades de la población:
María Jesús Pérez, Directora Ejecutiva de la Fundación MAQUITA que es una de nuestros principales socios locales en Ecuador desde hace más de 20 años y con quien realizamos también los convenios de AECID, ha viajado a Portoviejo, se ha reunido con el Obispo de la zona para coordinar acciones conjuntas y esta semana estará en Esmeraldas. «Me encuentro en la zona afectada con los equipos técnicos para valorar la situación ya que de las zonas rurales casi no hay noticias por la incomunicación. Ahora hay confusión y desorganización. Queremos una solidaridad que genere bases para rehacer la vida .La situación es muy trágica para miles de familias. En la provincia de Manabí todavia no se cuenta con los servicios básicos como luz y agua.»
Por su parte, David Zambrano del CENTRO DE PROMOCIÓN RURAL -CPR (Santa Elena) nos explica que «aún mucha gente duerme con un ojo abierto y el otro cerrado, pensando en que le puede caer la casa encima. Todas las Provincias de la costa han sido afectadas por el terremoto que lamentablemente se ha vivido. El daño se ha presentado con mucho más énfasis en Cojimies y Pedernales, (cantones de la Provincia de Manabí) por ser el epicentro del movimiento telúrico. En la provincia de Santa Elena también hubo efectos desastrosos, pero a menor escala. » Este socio local nos comenta que ha pedido información oficial al Gobierno de la Junta Parroquial de Manglaralto, sobre los daños habidos en las comunas y que la Presidenta del Gobierno Autónomo de Manglaralto, Marina Vera, les ha informado de que «11 casas fueron destruidas en su totalidad por el desastre Y 133 casas han sido afectadas en su estructura y se encuentran en riesgo de colapsar. Las 306 familias que habitan esas casas están en dificultades de momento para habitar bajo un techo segura. Algunas están albergadas en locales comunitarios por los cabildos comunales. En general se requiere el apoyo con vituallas, agua, raciones alimenticias, colchones, sabanas y mosquiteros. Además de materiales para iniciar la reconstrucción.»
Desde la CORPORACIÓN SOLJUSTICIA-JESUITAS, su coordinadora de proyectos, Rossana Cueva nos informa de las necesidades que han detectado hasta el momento y que, aunque hasta ahora hacen acopio del material elemental de emergencia que necesitan en estos casos (mantas, carpas, medicamentos, agua, kits de emergencia, velas, productos de higiene…), los recursos económicos se destinarán a la construcción de viviendas de emergencia y campamentos en las zonas afectadasç
Desde el Vicariato Apostólico en Esmeraldas nos cuenta Miguel Zipf que «en la ciudad de Esmeraldas la situación no está tan grave como en la provincia vecina de Manabí, sin embargo el epicentro fue muy cerca». Este socio local de Manos Unidas está recabando información de todos los «centros educativos» que gestionan y que son numerosos y se encuentran muy dispersos geográficamente, para saber cómo se encuentran y evaluar las posibles necesidades.
Desde la PASTORAL SOCIAL CÁRITAS LOJA, el Padre Enry Armijos agradece la cercanía que les manifestamos. «Nuestra gente esta bastante afectada por tan terrible desastre natural acontecido a nuestros hermanos de las provincias de la costa ecuatoriana, especialmente Manabí, Pedernales, Esmeraldas». Aunque explican que en Loja no han sufrido grandes daños. Eso si, aseguran que «como Diócesis de Loja, estamos realizando actividades para solidarizarnos con nuestros hermanos que están sufriendo».
Desde FEPP NACIONAL (ESMERALDAS-PORTOVIEJO) , Jorge Cuenca de FEPP Loja nos explica que sus delegaciones de FEPP Portoviejo (Yohn Sánchez) y FEPP Esmeralda (Mery Angulos), son los que más están sufriendo las consecuencias y que «en el terremoto han fallecido muchos campesinos y otros se han quedado sin vivienda, incomunicados y con necesidades urgentes de víveres y agua». De hecho se están haciendo diligencias para poder hacer llegar a las dos provincias lo que se necesita con más urgencia pero también ya «preparando proyectos que permitan construir pequeñas viviendas e infraestructura de agua para consumo humano especialmente y donde se pueda de riego».
Carlos Guamán Gaibor, presidente de FDA-FRENTE DEFENSA DE LA AMAZONÍA, nos explica cómo «este terremoto ocurrido en nuestro territorio nos deja muchas perdidas de vidas humanas y no sabemos en qué momento se puede dar otra réplica, ya estamos planificando hacerles llegar ayuda a las familias más afectadas ya sea estos con alimentos no perecederos, agua y víveres, vestimenta etc. para 70 familias beneficiarias».
Nicolás Pichazaca, de APROSANAMY (Cañar) nos cuenta que se encuentran muy lejos de la zona del epicentro y a una altura de entre 2.000 y 3.500 metros sobre el mar, por lo que no han sido muy afectados, pero que «en nuestro pueblo Cañari se ha activado ya la solidaridad por nuestros hermanos ecuatorianos, y van a aportar con nuestros derivados de quinua, cebada, haba, arveja, trigo y otros.»
Por último, desde la Corporación Talleres del Gran Valle (Imbabura-Intag) Victor Lomas nos cuenta que en el valle de Intag también sintieron en seismo, pero sin pérdidas humanas, aunque «con algunas casas derrumbadas o muy afectadas en comunidades como Paraíso, Pueblo Viejo, Corazón y Tortugo. Y ya se están realizando varias iniciativas solidaridad, como una radio maratón en la ciudad de Cotacachi para recibir donaciones de la zona urbana, suma de aportes de organizaciones, particulares o comunas para ayudar a reconstruir las casas, etc.»
En Manos Unidas llevamos más de 25 años apoyando proyectos de cooperación al desarrollo en Ecuador. Desde el año 90 se ha financiando, con fondos privados, un total de 437 proyectos con una inversión de 15.096.996 euros.
Además, se han cofinanciado con organismos públicos españoles (Ayuntamientos, Comunidades Autónomas y diputaciones, etc..) otros 45 proyectos por un importe de 5.529.824 euros
Por último, desde 2010 desarrollamos dos convenios con AECID por un importe total de 10.038.000 euros.
Además, este año 2016, se están ejecutando 15 proyectos con fondos privados de Manos Unidas por un importe de 1.453.437 euros. Un 20% de esos proyectos están en la zona más afectada por el terremoto.