Que nuestras familias estén siempre libres de coacción de todo poder humano, para que en materia religiosa nunca se nos impida actuar en contra de nuestra conciencia
El obispo de Ávila, Jesús García Burillo, ha abogado hoy durante la homilía con motivo de la festividad de San Segundo, patrón de la ciudad, por el derecho «a la libertad religiosa» y a la «educación integral de los hijos».
Burillo ha presidido hoy en la Catedral de Ávila la Misa Mayor en honor al que se considera que fue el primer prelado de la Diócesis y uno de los siete varones apostólicos que viajaron desde Roma para evangelizar Hispania.
Durante su homilía, el obispo ha señalado que «el amor y la pasión por Cristo» fueron los que movieron a San Segundo a «salir y embarcarse en la apasionante misión de evangelizar».
«Por eso, si no sentimos el deseo de comunicar a Jesucristo, es que necesitamos detenernos en oración para que vuelva a cautivarnos», ha argumentado García Burillo, antes de pedir a San Segundo que «interceda por todas las familias abulenses para que vivamos la fe recibida de sus labios y de su martirio».
En este contexto, se ha dirigido al patrón de la ciudad para solicitarle que los abulenses «siempre puedan expresar la fe con libertad, privada y públicamente».
«Porque la familia y toda persona humana tenemos derecho a la libertad religiosa», ha añadido al respecto, para después insistir en su solicitud al Santo: «Que nuestras familias estén siempre libres de coacción de todo poder humano, para que en materia religiosa nunca se nos impida actuar en contra de nuestra conciencia».
Al respecto, ha vuelto a referirse a San Segundo para señalar que la libertad religiosa «está fundada en la persona y en la dignidad humanas».
Ante cientos de fieles entre los que figuraban el alcalde de la ciudad, José Luis Rivas, y el presidente de la Diputación provincial, Jesús Manuel Sánchez Cabrera, el obispo ha defendido también la «educación integral de los hijos».
Desde su punto de vista, se trata de «un derecho primario de los padres«, así como un «derecho esencial e insustituible» que los cristianos están «llamados a defender y que nadie debería pretender arrebatarles».
Tras la celebración religiosa, ha tenido lugar la tradicional procesión de la imagen de San Segundo, que ha sido recibido a las puertas del principal templo de Ávila por el grupo «Urdimbre» con la típica jota al son de las dulzainas y el tamboril.
En esta ocasión, la imagen del santo, portada por ocho anderos, no ha llegado a su «casa», ya que la ermita románica que lleva su nombre, situada junto al Puente Adaja, está siendo restaurada por la Junta de Castilla y León.
Por ello, la procesión ha concluido en la cercana ermita de San Esteban, que ha cedido durante estos días el templo para el desarrollo de los actos religiosos.
Esta circunstancia hará que, por primera vez en muchos años, cientos de abulenses no puedan cumplir esta tarde con la costumbre de introducir su pañuelo en el orificio horadado en el basamento del sepulcro de alabastro de San Segundo (s. XVI), atribuido a Juan de Juni, para solicitarle tres deseos.
(RD/Agencias)