Movernos decididamente hacia y entrar en una educación planetaria, humana y humanizadora
(P. Román Espadas, SJ).- 1. Hacia una educación humana y planetaria
En los dos artículos anteriores nos hemos acercado a los aspectos generales del enfoque y la propuesta de pensamiento complejo (ver y entender la realidad de manera total e integrada) y bioética global (entender, valorar y promover la vida humana en su totalidad, en sus implicaciones, en su trama), que nos hacen Edgar Morin y Carlos Delgado en Reinventar la educación.
Ahora nos toca adentrarnos en la propuesta que nos plantea el título mismo de Reinventar la educación: labor necesaria y urgente, compleja y bioética, humana y humanizadora, personal, insti- tucional y comunitaria, local, global y planetaria.
El enfoque y la propuesta de Morin y Delgado implican movernos y salirnos radicalmente de una educación tradicional, inhumana y deshumanizada, poblada de verdades, didácticas, certezas, modos, medios, métodos, tecnologías, contenidos, planes, proyectos, lugares, duraciones, promotores y conductores, sacrosantos, intocables y absolutos; implican movernos decididamente hacia y entrar en una educación planetaria, humana y humanizadora, integrada e inte- gradora, universal, que nos permita ir eliminando «la selva de mitos» (Morin) antieducativos (el educador es quien sabe, el educando no sabe, los clásicos y lo clásico son normativos, hay que cumplir el programa, la disciplina es esencial…); selva de mitos antieducativos en la que Morin y Delgado nos descubren, ubicados y situados, a educadores y educandos, como ancestrales residentes, complacidos y acostumbrados.
Sabedores de lo difícil que nos resulta salir de nuestras ubicaciones complacidas y de nuestras costumbres ancestrales, Morin y Delgado encuentran necesario insistir sobre la necesidad de buscar y hallar nuevas y creativas maneras humanas y humanizadoras de educar a los seres humanos, a todos y a todas, en todo, y en todas partes de nuestro planeta; insisten sobre la necesidad de encontrar modos, medios, maneras y procesos de transformar, de reinventar, de metamorfosear la obsoleta, dogmática, autoritaria, monológica, memorística, vertical, excluyente y dañina educación tradicional en una educación plane- tariamente humana y humanizadora: antropológica, epistémica, ética, política, ecológica, audiovisual, musical, sexual, gastronómica, estética, humanística, cientifica, tecnológica, digital, dialogal, incluyente…
Con la debida inculturación y contextualización, la misma educación básica, elemental, esencial, fundamental, humana y humanizadora, civilizadora, para chinos, japoneses, coreanos, brasileños, españoles, franceses, cubanos, afganos, egipcios, rusos, argentinos…
¿Qué han logrado los fundamentalismos, los nacionalismos y los populismos educativos, tan vigentes en tantas partes, a favor de la paz mundial, del necesario cuidado ambiental planetario, de la justa y equitativa distribución mundial de los bienes necesarios a la vida de cada ser humano, a la vida de todos los humanos ? ¿Cómo coincidir en la misma, única y esencial educación humana para todos y todas, en todas partes de nuestro único mundo, de nuestro único planeta Tierra, de nuestra única, común y planetaria Humanidad?
¿Cómo percibir, cómo entender, cómo ponernos de acuerdo para llevar a la práctica educativa planetaria el mismo contenido humano esencial, los mismos modos humanos esenciales y las mismas etapas humanas esenciales?
¿Qué características deben marcar e identificar esa educación de todos y todas?
¿Cómo convenir dialogalmente en un paradigma universal que oriente y promueva el diario, habitual y permanente proceso educativo de una Humanidad tan variada y diversa en lo accidental, pero tan común en lo esencial?
Hagamos un recorrido por Reinventar la educación y nos iremos encontrando con esta acertada insistencia: «Es preciso cambiar pro- fundamente la enseñanza. Su reforma profunda contribuirá a elevar la conciencia sobre los peligros… La reforma educativa ha de fundirse con la reforma del pensamiento, de la política y de lo político. En ello radica su reinvención» (pp. 17 , 40, 45, 56-61, 67-82, 112-115).
También iremos hallando algunas de las características distintivas y de los elementos constitutivos del paradigma universal que pueda guiar la tan vitalmente necesaria transformación y humanización de nuestra actual y globalmente deshumanizada educación.
Todo el libro está impregnado de la urgente necesidad vital de reinventar la educación en conjunción con la reinvención del pensamiento y de la política, de los que la educación es parte fundamental. Esa reinvención humana y humanizadora, integrada e integradora, local y planetaria, del pensamiento, de la política y de la educación es el contenido esencial y radical de Reinventar la educación. ¡Adentrémonos dialogal, crítica y esperanzadamente, en el profundo enfoque y en la abarcadora propuesta de Reinventar la educación!
2. Desmitologizar los procesos educativos
Es obvio que el complejo (total e integrado) y bioético (vital) proceso de reinventar la educación, pide en primer lugar la desaparición teórica y práctica de los numerosos y peligrosos mitos que pueblan la selva educativa. La tala, masiva y desenraizadora, de los mitos educativos, tiene que ocurrir, certera y radicalmente, en donde ellos nacen, enraizan y crecen: en la subjetividad de educadores y educandos.
Paulo Freire (1921-1997) hizo significativos aportes en la necesaria y urgente desmitologización de los mitos educativos. Contemplemos, y ojalá que aborrezcamos como Paulo Freire, los mitos conductores y ambientadores de toda «educación bancaria» (despersonalizada, autoritaria, dogmática, vertical, memorística…) que Paulo Freire develó y rechazó a lo largo de toda su vida y de toda su obra:
1. Eleducadoreduca,eleducandoeseducado.
2. Eleducadorsabe,eleducandoaprende.
3. Eleducadorpiensa,eleducadorespensado.
4. Eleducadorhabla,eleducandoescucha.
5. Eleducadordisciplina,eleducandoesdisciplinado.
6. Eleducadordecideyordena,loseducandosobedecen.
7. Eleducadoractúa,loseducandosloimitan.
8. El educador escoge el contenido, los estudiantes lo memo-
rizan y lo repiten.
9. El educador es la autoridad, los educandos sus obedientes
seguidores.
10. El educador es sujeto, los educandos son objetos. (Pedagogía del Oprimido, p. 78, Siglo XXI, Argentina, 1997).
Sé que muchas personas e instituciones llevan tiempo y esfuerzos 4
tratando de encontrar o de construir rutas y caminos creativos, modos humanos, para abandonar, para desmitologizar, la arraigada y enraizada, la intrincada y enmarañada, la complicada, peligrosa y dañina selva de los mitos educativos. Menciono a continuación a los educadores jesuitas por ser yo uno de ellos y porque es lo que más y mejor conozco.
A partir de 1965, los educadores jesuitas hemos aceptado el reto de desmitologizar, actualizar, renovar, transformar, reinventar, meta- morfosear, nuestros procesos y actividades educativas, incluidos los que experimentamos los jesuitas en nuestro propio, personal, comu- nitario y operativo, proceso educativo.
Hoy los jesuitas catalanes y otros muchos logran éxitos y avances significativos en sus esfuerzos por desmitologizar la selva educativa; incluidos los mitos que construimos y practicamos los jesuitas durante nuestros más de trescientos cincuenta años (1599-1965) de voluntaria y complacida permanencia educativa dentro de la rigurosa y estricta Ratio Studiorum (Plan o Régimen de Estudios).
Ese proceso de desmitologización de la educación jesuítica fue motivado por el Concilio Vaticano II (1961-65) y orientado inicialmente por Pedro Arrupe, S.J., Superior General (1965-81) de la Compañía de Jesús, hombre de visión y proyección larga y profunda, testigo y sobreviviente de la criminal bomba atómica de Nagasaki (1945), que reorientó radicalmente su pensar, su vivir y su convivir.
El esfuerzo jesuítico, por reinventar creativamente, por renovar radicalmente su aporte educativo, además de desmitologizar (educación de, por y para varones, privilegiada capacidad educativa de los llamados clásicos greco-latinos…) estuvo marcado por otros dos as- pectos fundamentales y por una ausencia:
a) educación enraizada en la vida: de ahí surgieron Las Carac- terísticas de la Educación Ignaciana (inculturizada, contextuali- zada…)
b) educación con orientación y proyección de futuro: El Paradigma Pedagógico Ignaciano (antropológico, ético, ecológico…),
c) una ausencia por incorporar: la necesaria, radical y constitutiva 5
relación habitual y permanente entre educación, política y pensamiento
Es de desear que las Características y el Paradigma de la educación jesuítica sean manejados con creatividad antropológica, histórica y cultural, y enriquecidos por enfoques y propuestas como las contenidas en Reinventar la educación y en las obras de Paulo Freire y Edgar Morin; así evitaremos que se puedan ir convirtiendo en una nueva Ratio Studiorum.
A mí, la invitación, bien radical por cierto, de salir de la selva de mitos educativos, me la hizo Paulo Freire en 1970 desde sus complejas, bioéticas, políticas y pedagógicas propuestas y enfoques en La Educación como Práctica de la Libertad y Pedagogía del Oprimido.
Hoy la invitación me la hacen, nos la hacen, con contenido antropolítico, ecológico y amplitud planetaria, Edgar Morin y Carlos Delgado en Reinventar la educación:
a) ¿La aceptaremos y la pondremos en práctica: cuándo, cómo, en qué, dónde, con quiénes…?
b) ¿Cómo enriquecer y hacer avanzar en la teoría y en la práctica los enfoques y las propuestas de Reinventar la educación?
Ayudados por Reinventar la Educación de Morin y Delgado, por Los Siete Saberes Necesarios para la Educación del Futuro de Edgar Morin, por Hacia un Nuevo Pensar de Carlos Delgado, por la Pedagogía de la Autonomía de Paulo Freire y por nuestra propia historia y tradición educativa, descubramos y propongamos hoy, dialogalmente:
a) una manera humana, humanizadora y eficaz de desmitologizar la selva educativa,
b) las características necesarias de toda educación humanamente planetaria, y
c) un paradigma educativo, también planetario, decididamente an- tropológico, epistemológico, humanizador, dialogal y radicalmen- te movido por valores y realidades éticas, políticas y ecológicas.
Acerquémonos dialogalmente al enfoque y propuesta de Reinventar la educación, revisemos crítica y reconstructivamente nuestra historia y quehacer educativos, tomemos decisiones esperanzadas y pongámoslas en práctica personal, comunitaria, institucional y planetaria.
Así seremos parte viva, activa y positiva del creativo proceso de rein- ventar nuestra ancestral, obsoleta y mitologizada educación tradicional e irla convirtiendo en la educación planetaria, humana y humanizadora, integrada e integradora, que tan urgente y vitalmente necesi- tamos todos y todas, hoy, aquí, en todo nuestro mundo: una educación antropológica, epistémica, ética, política, ecológica, humanista, estética, científica, tecnológica, audiovisual, digital, dialogal, incluyente…