Documento doctrinal de los obispos de EE.UU.

Como ciudadanos del Reino Celestial

La búsqueda de un horizonte que haga protagonista al débil

Como ciudadanos del Reino Celestial
Forming Consciences for Faithful Citizenship

Actuar creyente debe vivirse y hacerse de modo que el actuar mismo sea ya una experiencia espiritual

(Lucio Nontol, TOR).- En el mes de marzo del 2016, los obispos católicos de los Estados Unidos han presentado un documento doctrinal sobre la responsabilidad política de los católicos titulada: Forming Consciences for Faithful Citizenship (FCF, Formando la conciencia para ser ciudadanos fieles). Este documento es una continuación y actualización de Faithful Citizenship (Ciudadanos fieles) del año 2007, y que a su vez, se ha enriquecido con el magisterio del Papa Francisco.

Se trata de una declaración de 92 números divida en tres capítulos y estructurada a partir de la idea de que los obispos de los Estados Unidos siempre han buscado compartir la doctrina católica sobre la vida social y política. FCF es una actualización que busca responder a las diferentes situaciones que van agudizando en los Estados Unidos, en la política tanto nacional como extranjera, esto es: el aborto provocado, el suicidio asistido, el consumismo, la libertad religiosa, las políticas económicas que excluyen a los pobres, el sistema de inmigración defectuoso, las guerras, etcétera.

Ya desde la nota introductoria se pone de relieve que los creyentes «nos relacionamos con el orden civil como ciudadanos del Reino celestial», es decir, el horizonte que promueve el actuar del creyente es la fe que permite la entrada al Reino. Dicho de otro modo, el actuar creyente debe vivirse y hacerse de modo que el actuar mismo sea ya una experiencia espiritual. Sin embargo, el que este horizonte sea posible y deseable no significa, sin embargo, que sea ni automático ni fácil. No «viene dado» sin más y en cualquier caso, sino que depende de las actitudes interiores y exteriores con que nos situamos en nuestro compromiso con los más débiles de la sociedad. Esta convicción nos lleva a pensar en la dignidad de las personas humanas como hijos/as de Dios, nos lleva a examinar y discernir los modos en que queremos ayudarles.

Se nos pide finura en nuestra acción y la búsqueda de un horizonte que pretenda hacer protagonista al débil en todo lo que sea posible. Como bien resalta el documento en la tercera parte: «Tratar el requisito supremo de proteger a los más débiles… hacer que nuestra nación no recurra a la violencia… conseguir una reforma migratoria comprensiva que ofrezca un camino a la ciudadanía,… unirse a otras naciones del mundo para buscar la paz» (nº 91). Tenemos, por tanto, en nuestras manos un documento inspirado en la DSI que pretende iluminar y brindar esperanza a todo creyente que busca responsabilizarse e influir constructivamente en la sociedad.

Del mismo modo, se nos recuerda que la Iglesia dispone de una tradición propia que permite inspirar, sostener e incluso organizar la acción de los creyentes en su servicio a la sociedad. Como miembros del cuerpo de Cristo, todo creyente tiene una irrenunciable responsabilidad que debe hacer valer en público. Se debe estar con la gente, compartir sus dilemas y escuchar con ella el evangelio y las enseñanzas de la Iglesia, y entonces descubriremos juntos la palabra que podemos compartir. La palabra no siempre adecuada pero sí iluminadora que permite no perder de vista la ciudadanía celestial.

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Autor

José Manuel Vidal

Periodista y teólogo, es conocido por su labor de información sobre la Iglesia Católica. Dirige Religión Digital.

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