La humildad y la ternura no son virtudes de los débiles sino de los que no necesitan menospreciar al otro para sentirse importantes
(Ángel Pérez Pueyo, obispo de Barbastro-Monzón).- Descubre las gracias con que Dios ha adornado tu vida. Compártelas. Valora y agradece a las personas que están sosteniendo tu vida. Y te sentirás, afortunado, bendecido.
«Estoy embarcado en un proyecto fascinante»
Ayuda al otro a ser él mismo, a restablecer su rostro desfigurado, a recuperar su verdadera dignidad… y te sentirás realmente más auténtico, libre, feliz y fecundo.
«¡La mediocridad no engancha a nadie!»
La verdad más profunda de cualquier persona no es otra que responder a una única pregunta: ¿Desde dónde quieres Señor que yo te ame, que te siga, que te sirva? Sé generos@.
«¡Sucedáneos, no gracias…!»
¡Que no te vivan la vida! La generación del bienestar no ha hecho a nuestros jóvenes más autónomos, libres, felices, fecundos y responsables sino más frágiles, vulnerables y dependientes ¡Mantente íntegro!
«Talento y habilidad no es lo mismo»
No te engañes. El talento es algo natural. La habilidad se consigue con tesón, trabajando duro. Es esta inteligencia práctica la que, con frecuencia, te ayuda a triunfar en la vida.
«Sé realista, sueña lo imposible»
El realismo lo único que te aporta es la certeza de hacer algo que ya está hecho. Despierta el «duende» que hay en tu corazón. Y déjate sorprender.
«El miedo es lo único que debes combatir»
El miedo paraliza. Si te sabes criatura de Dios, estás en las mejores manos. Dios no hace «basura». La humildad y la ternura no son virtudes de los débiles sino de los que no necesitan menospreciar al otro para sentirse importantes.
«No te conformes con menos de lo que eres»
Dios podría habernos dotado a cada uno de TODAS las gracias pero prefirió repartirlas para que TODOS nos necesitásemos. Es fascinante saberse amado y necesitado por los demás.
«Lucha siempre por la excelencia»
No es privilegio de unos pocos. Si crees en los dones recibidos, eres humilde y no desistes, siempre serás un ganador.
«Nadie es padre de sí mismo»
Aunque hoy abunda mucho «adanista» suelto, es decir, los que creen que con ellos ha comenzado todo… Lo cierto es que nadie es padre de sí mismo. Ninguno partimos de cero. Ni debemos pretender hacerlo todo. Basta con que cada día hagas las cosas lo mejor que sepas, puedas o te dejen.
«Solos podemos correr más pero juntos llegaremos más lejos»
La continuidad y la fecundidad de cualquier obra depende, en primer lugar, de que haya un proyecto claro y factible. Y, en segundo lugar, de que dicho proyecto se lleve a cabo en equipo, donde todos se sientan necesarios y corresponsables. Tenemos un proyecto desafiante para los jóvenes del Alto Aragón, ¿puedo contar contigo? ¿te apuntas?