Fue arzobispo de Madrid de 1994 a 2014. Presidió la Conferencia Episcopal Española de 1999 a 2005 y de 2008 a 2014
(Jesús Bastante).- Si mañana se produjera un Cónclave, Antonio María Rouco ya no podría participar en él. En otrora arzobispo de Madrid cumple mañana 80 años, momento en el que deja de ser cardenal elector. Dos años después de que el Papa Francisco nombrara a Carlos Osoro como su sutituto en Madrid, Rouco Varela también pasa a ser cardenal emérito de la capital.
Así las cosas, y a la espera de un probable Consistorio, España cuenta tan sólo con tres cardenales que podrían participar en la elección de un futuro Papa: el presidente de la Conferencia Episcopal, Ricardo Blázquez; el arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares; y el arzobispo emérito de Barcelona, Lluís Martínez Sistach. En total, España cuenta con once purpurados.
Antonio María Rouco Varela nació en Villalba (Lugo) el 20 de agosto de 1936. Fue ordenado sacerdote el 28 de marzo de 1959 y obispo, el 31 de octubre de 1976. Entre 1976 y 1984 fue obispo auxiliar de Santiago de Compostela, archidiócesis que rigió los diez años siguientes. Fue arzobispo de Madrid de 1994 a 2014. Presidió la Conferencia Episcopal Española de 1999 a 2005 y de 2008 a 2014. Fue creado cardenal por el Papa Juan Pablo II en febrero de 1998, asignándole el título presbiteral de la iglesia romana de San Lorenzo in Damaso.
Ha sido el obispo que más tiempo ha dirigido, con puño de hierro, la Conferencia Episcopal, superando al cardenal Tarancón. A diferencia de éste, Rouco Varela hizo de la Casa de la Iglesia un elemento político de primer orden, hasta el punto de que, durante los gobiernos de Zapatero, se consideraba a la CEE como «el principal partido de la oposición al PSOE».
A lo largo de más de dos décadas de gobierno en Madrid y el Episcopado español, Rouco Varela trazó las líneas de un episcopado que, dos años después de su cese, continúa siendo netamente conservador, pese a los movimientos de cambio del Papa Francisco. De hecho, son muchos los que sostienen que el ya cardenal emérito sigue manejando los hilos de la oposición a la actual cúpula episcopal (Blázquez, Osoro y Omella), y que trabaja en la sombra para promover un «cambio de timón» en las elecciones de la próxima primavera. Rouco sigue en Madrid, viviendo en un lujoso ático situado entre el seminario y la catedral de La Almudena. Vigilante.
Y es que el modelo de Rouco Varela no es el mismo que el de Francisco. Prueba de ello es la participación del cardenal en algunos de los grupos opositores a las reformas del Papa respecto a la familia y el nuevo proceso de cambio en la Curia vaticana.
Sea como fuere, lo cierto es que el pontificado de Rouco Varela puede calificarse de histórico, con iniciativas como la Jornada Mundial de la Juventud de Madrid de 2011 o la organización de sucesivos viajes a España de Juan Pablo II y Benedicto XVI. De su mano también vinieron las concentraciones pro-familia en la plaza de Colón, y que su sucesor Osoro dejó de celebrar.
A partir de ahora, la Iglesia española pierde (por el momento) un cardenal elector. Pero nadie duda de que el cardenal Rouco, aun emérito, continuará dando de qué hablar en la Iglesia española del presente y del futuro.