Para que se proceda a la exhumación "se requiere un permiso civil, en este caso del Ayuntamiento, y un permiso eclesiástico, que es la Iglesia que tiene esa cripta que está consagrada"
(Jesús Bastante).- Apenas un día después de que, a través de un comunicado publicado en esta web, las comunidades cristianas de base de Navarra pidieran al Arzobispado que retirase las alegaciones a la exhumación de los restos de Mola y Sanjurjo en el Monumento a los Caídos de Pamplona, el arzobispo, Francisco Pérez, matizó su postura y aseguró que «yo no me opongo, son las familias las que deciden«.
«No me opongo, nunca me he opuesto, ni me opondré», indicó el arzobispo de Pamplona, quien se puso a las familias de parapeto. «Que ellas decidan y digan lo que crean conveniente«, subrayó.
Sin embargo, como él mismo reconoció, para que se proceda a la exhumación «se requiere un permiso civil, en este caso del Ayuntamiento, y un permiso eclesiástico, que es la Iglesia que tiene esa cripta que está consagrada». Por tanto, ha agregado, «tiene que haber ese doble permiso». Algo que no se da, pues la diócesis se opone a entregarlo.
«Yo no me opongo, al revés, si las familias nos piden un funeral lo celebramos y los sacerdotes de Navarra dignamente lo han hecho desde los años 80, cuando ha venido todo esto, después ha venido la ley de Memoria Histórica, y me parece justo que se haga», recalcó Francisco Pérez, quien afirmó que «todos los navarros están en mi corazón».
«Que quede claro que no me opongo absolutamente. Yo quiero hacer lo mejor y, sin duda, por el bien de Navarra», añadió. A preguntas de los periodistas, el arzobispo admitió que la diócesis ha presentado alegaciones a la petición de exhumación, escudándose en que «la cripta no es un cementerio. Hay una normativa legal y jurídica, yo tengo que clarificar».
«Es una cripta, está consagrada, se requiere la autorización para poder exhumar, pero yo no me niego, son las familias las que lo tienen que pedir y después ya se verá, y esto sin duda en ese diálogo con el Ayuntamiento», recalcó el arzobispo, quien no quiso contestar directamente a la petición de las comunidades de base para que la diócesis retire las alegaciones y renuncie al usufructo de la cripta. «No es una cuestión cerrada, lo tenemos que ir viendo, hay que hablar y comentar», subrayó.