Cada vez se ponen más vallas, más altas, y siguen llegando. No se le pueden poner puertas al campo. Hay que partir de la realidad de las personas con las que nos encontramos, y reconocer los signos de los tiempos
(Jesús Bastante).- Escuchar a Jorge Nuño es un golpe de realidad, y de esperanza. El secretario general de Cáritas Europa fue el encargado de dar la conferencia de presentación del XVIII Congreso Católicos y Vida Pública, con una ponencia en la que denunció la «crisis de solidaridad» que vive Europa, y ofreció las cuatro claves -formuladas por el Papa Francisco- para cambiar el mundo: el diálogo, la misericordia, el acompañamiento y la alegría.
Nuño fue presentado por el presidente de la AcdP, Carlos Romero Caramelo, quien recordó que el congreso (que se celebra del 11 al 13 de noviembre), lleva por título «Yo soy cristiano», y quiere «rendir homenaje» al «sacrificio silencioso de tantos cristianos, que en todos los ámbitos, en todo el mundo, son perseguidos tan solo por manifestar su fe. Ellos forman parte del rostro sufriente de Cristo».
El secretario general de Cáritas Europa, por su parte, quiso trazar un mapa realista de la situación de pobreza y desigualdad por la que pasa el mundo pero, también, dar razones para la esperanza. Para Nuño, la enfermedad que padece Europa tiene «cuatro síntomas». En primer lugar, «la crisis económica y financiera», donde «se ha impuesto el paradigma de austeridad, caiga quien caiga». En segundo término, la «incapacidad» de la UE para acoger y reasentar a los refugiados, que además provoca «el aumento de los discursos del odio». Ligado a esto, «los intereses nacionalistas e independentistas frente al bien común europeo». El último síntoma, una crisis institucional que afecta a todo el mundo industrializado.
Nuño fue especialmente duro con la política migratoria de la Unión Europea. «El mundo está ardiendo. 65,3 millones de personas que están huyendo de guerras, conflictos, violencia… En 2005 eran 37 millones. En 2013, 51. El año pasado eran 60 millones. Y aquí en Europa nos montamos unos líos porque ha venido un millón…», apuntó, denunciando que «26 millones de niños europeos» viven en familias que sufren la falta de ingresos, vivienda, alimentos, educación o salud.
Ante esta situación, Nuño propuso «salir al encuentro de las personas más necesitadas», trabajo que realiza Cáritas desde todos los ámbitos: la denuncia, el anuncio, el trabajo de campo y el cambio de actitudes.
¿Cuál es el plan frente a un mundo que se hunde? El secretario general de Cáritas hizo suyas, sistematizándolas, «cuatro principios, y cuatro propuestas metodológicas» del Papa Francisco. Lo que muchos han dado en llamar su «programa social». «No son soluciones ni recetas mágicas», y están en el capítulo 4 de la Evangelii Gaudium.
Primero: «El tiempo es superior al espacio», por lo que «conviene trabajar a largo plazo, evitar centrarse en los pequeños espacios de poder o autoafirmación. Generar procesos de desarrollo de las personas y la comunidades» e incluir «itinerarios de inserción que se adapten a cada persona».
Segundo: «La unidad prevalece sobre el conflicto». Para Nuño, citando al Papa, «el conflicto no debe ser ignorado ni disimulado. Los conflictos a veces nos ayudan a mejorar, si hay un conflicto es porque hay un problema. El Papa nos pide sufrir el conflicto, solucionarlo y convertirlo en un eslabón de un proceso». Para ello, es preciso «crear comunión en las diferencias y procesos de reconciliación».
Tercero: «La realidad es más importante que la idea». En este punto, Nuño denunció «la idea de austeridad repetida machaconamente, a pesar de que la pobreza y la precarización han ido creciendo». O la idea de que el control de fronteras va a resolver el problema migratorio. «Cada vez se ponen más vallas, más altas, y siguen llegando. No se le pueden poner puertas al campo. Hay que partir de la realidad de las personas con las que nos encontramos, y reconocer los signos de los tiempos, leer la realidad a la luz del Evangelio».
Y cuarto: «El todo es superior a la parte», lo que se traduce en «una invitación a no obsesionarse demasiado con detalles, pero reconocer el bien común, que abarque a todas las personas, y especialmente al débil». Sin perder de vista lo local, pensar «cuál es el bien mayor que nos beneficiará a todos». «Caritas, como parte de la Iglesia y parte de la sociedad civil, siempre trabajará con otros para reformar la sociedad».
¿Cómo se aplican estas cuatro propuestas? Con otras cuatro claves metodológicas, también de Bergoglio. En primer lugar, «el diálogo», necesario para «desarrollar esa cultura del encuentro». «Ante los discursos del odio, lo único que soluciona es el diálogo social, no crear más frentismo. El mundo necesita cristianos comprometidos con el diálogo«.
En segundo término, la «misericordia», en su versión de cuidado, y en lo tocante a la reconciliación. En tercer lugar, el acompañamiento. Y, finalmente, la alegría: «Tenemos que cuidarnos a nosotros mismos, a nuestras familias, a nuestros equipos. Si no estamos en paz con nosotros mismos, si no cultivamos la alegría, ¿qué vamos a transmitir al mundo?«, concluyó.