Manos Unidas cuenta con más de un centenar de personas contratadas, y más de 5.000 voluntarios en España, amén de los que colaboran con los miles de proyectos que desarrollan en los cinco continentes
(J. Bastante/Agencias).- El sueño del 0,7% del PIB para los más pobres de entre los pobres, una petición que llenó las calles de toda España a finales del siglo pasado y que durante la crisis se convirtió en una quimera irrealizable, vuelve a estar sobre la palestra. Y la petición no la hace cualquiera: ha sido la nueva presidenta de Manos Unidas, Clara Pardo, quien ahora reclama al Gobierno de Mariano Rajoy el incremento de los fondos destinados a cooperación al desarrollo.
Durante un viaje con medios a distintos proyectos de la ONGD en Camboya, Paro ha subrayado que, tras «un año perdido para todos» a causa del bloqueo institucional del país, ahora es el tiempo de que la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) vuelva a ponerse en marcha y facilitar la programación de proyectos a medio plazo. Porque los pobres no pueden esperar.
«Nosotros somos laicos. No somos misioneros, pero nos apoyamos mucho en el trabajo de la Iglesia porque nos da mucha tranquilidad. No somos excluyentes. La mayoría de los beneficiarios no son católicos«, subraya la presidenta de Manos Unidas, quien constata que, con la crisis, la financiación pública se redujo hasta el 12 por ciento del presupuesto de la organización, que se financia fundamentalmente de las aportaciones de personas e instituciones privadas.
«En los últimos años, la cooperación ha cambiado muchísimo con la inmediatez de las comunicaciones y la facilidad para viajar», subraya, lo que ha contribuido a aumentar la profesionalización de los proyectos y mejorar la justificación de los fondos.
Clara Pardo fue elegida presidenta de Manos Unidas el pasado 21 de mayo. La ONGD de la Iglesia católica es una de las más reconocdias en todo el mundo, y trabaja desde hace 60 años en la lucha contra el hambre y la desigualdad en toda la Tierra.
«Aquellas mujeres valientes e intrépidas, que en 1959 no podían salir fuera de España sin el permiso de sus maridos, lucharon por una recaudación y por mandar la primera ayuda a la India, donde había una hambruna importante en ese momento», recuerda Pardo, quien añade que hoy, Manos Unidas cuenta con más de un centenar de personas contratadas, y más de 5.000 voluntarios en España, amén de los que colaboran con los miles de proyectos que desarrollan en los cinco continentes.
«Tristemente», el objetivo de luchar contra el hambre en el mundo sigue vigente, lamenta la presidenta, quien admite que su ideal es que Manos Unidas dejara de existir, una vez solucionado el problema de la falta de alimentos básicos en el planeta.
Mientras tanto, asevera, «hay que ir poco a poco» y cita una frase de la Madre Teresa de Calcuta: «A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara esa gota«.
A lo largo de 2015, Manos Unidas aprobó 595 nuevos proyectos de cooperación por un importe global de 39 millones de euros en los ámbitos educativo, social, sanitario, agrícola y de promoción de la mujer.
Con los aprobados en 2015, tiene en ejecución un total de 938 proyectos en 58 países de África, Asia y América, de los que se benefician más de dos millones de personas.
«Soy una enamorada del trabajo de Manos Unidas, que llega a los sitios más remotos», subraya Pardo, que lleva vinculada a los proyectos de la entidad desde 2002.
Se muestra orgullosa de la «austeridad» de la organización que cuenta con 71 delegaciones en España y que destina casi toda su recaudación a ayudar a los más necesitados.