Emili Turú: «Hoy ya no nos sirve reformar la vida consagrada sino más bien formatearla de nuevo»

«Los que estamos en el servicio de la autoridad tenemos una responsabilidad especial en ese poner en salida a nuestras congregaciones porque, al final, las decisiones más importantes pasan por nosotros. Y en nuestras manos está el poder de abrir o cerrar, impulsar o frenar. Creo que todos somos invitados a poner en nuestras vidas un poco de locura y de audacia, e ir más allá de lo conocido. Salir de nuestra zona de confort para ir a ese espacio donde se dan los milagros».

Emili Turú, Superior general, está muy convencido de ello. El 23 de noviembre intervino en la 88ª asamblea semestral de la Unión de Superiores Generales, en Roma.

El hermano Emili, después de presentar el proyecto Lavalla200>, dijo que estaba convencido de que «las cosas no pueden continuar como están» y que, citando a Michael Davide Semerano, «hoy ya no nos sirve reformar la vida consagrada sino más bien formatearla de nuevo, usando el lenguaje informático».

«Nos guste o no, tenemos nuevas necesidades, nuevas velocidades, nuevos modos de escritura y de comunicación. No se puede hacer marcha atrás, sino que debemos encontrar un sistema nuevo para interceptar nuestro deseo más profundo y conseguir encarnarlo en lo real de nuestras posibilidades, a la escucha de las llamadas que nos llegan de nuestros hermanos y hermanas en humanidad», dijo el hermano.

«Nuestro desafío no es la de defendernos del mundo, sino de habitarlo. Necesitamos más valentía. No nos podemos dejar paralizar por los peligros, sino dinamizar -como en el pasado hicieron nuestros padres- desde las llamadas de la historia, buscando un difícil equilibrio entre lo que ya hemos probado y lo que no hemos probado todavía, aceptando movernos, de buen gusto, con fino discernimiento, entre provisionalidad, experimentación y autenticidad, con valentía y audacia». (RD/SIR)