Devolver la catequesis a las comunidades de fe e introducir en las escuelas el estudio científico de la religión y sus realizaciones históricas
(Ramón Baltar).- El portavoz de la CEE ha revelado que el Gobierno se reunió con obispos para pedirles su apoyo a un pacto de estado para la educación y avanzado que se lo darían si les garantizan la clase de religión a su comodidad. Noticia que retrata al estamento político y a la jerarquía católica, y no precisamente para bien.
Con tan extemporánea petición demuestran los interinos desconocer que Estado e Iglesia son sociedades perfectas, titulo que reclaman las que poseen los medios necesarios para el cumplimiento de sus fines. De aquí viene la separación del Trono y del Altar, que veda gobernar mirando a las conveniencias de las comunidades religiosas; por lo que si se avinieran las bajas partes contratantes a concederle al episcopamen su caprichoso deseo, violarían el artículo de la CE que declara la laicidad del Estado (16.3).
A esto opondrán los afectados que no hay tal porque dicho texto autoriza a los poderes públicos a mantener relaciones de cooperación con las Iglesia Católica. Pero cae de cajón que no pueden aquéllos cooperar con ésta más que en asuntos comprendidos en la esfera de sus competencias, condición que incumple la enseñanza de la religión confesional. El adoctrinamiento no cabe en la escuela estatal ni aun apelando al derecho de los padres a elegir el tipo de educación moral que quieren para sus hijos (CE, 27.3).
Entrando ligeros al trapo del poder muestran los obispos desorientación e incoherencia: por ir a buscar en los despachos oficiales lo que tendrían que ganar en la calle y por endosar al Estado un trabajo que está obligada la iglesia a hacer por sí misma (de acuerdo con el principio de subsidiaridad). No parece que les importe el precio pagadero por su descentrado intento de retener un privilegio mal habido.
Razones educativas y políticas aconsejan lo que hay que convenir en este punto: devolver la catequesis a las comunidades de fe e introducir en las escuelas el estudio científico de la religión y sus realizaciones históricas. Crucemos los dedos.
