A María de Nazaret la hemos mitificado y encumbrado tanto que hemos perdido la noción y el contenido de lo que realmente fue su vida y su mensaje
(Faustino Vilabrille).- «Muchas personas tienen con frecuencia bastante religión para sentirse enemigos de los que tienen otra,y muy pocas veces tienen la necesaria para amarse los unos a los otros». Jonathan Swift
Gracias, María, por ser como fuiste, pobre entre los pobres.
A María de Nazaret la hemos mitificado y encumbrado tanto que hemos perdido la noción y el contenido de lo que realmente fue su vida y su mensaje. Es necesario recuperarlos porque son plenamente válidos para la realidad de nuestro tiempo.
-Cuando te visitó el Ángel para ser madre de Jesús te definiste a ti misma como esclava, porque lo eras, no como señora romana.
-Cuando fuiste, cruzando montañas a atender a tu prima Isabel, no fuiste de crucero eclesiástico, ni de vacaciones pagadas, fuiste a prestar un servicio.
-Allí pronunciaste uno de los pasajes más hermosos y comprometidos del Evangelio, aun hoy y cada vez más, de plena actualidad, cuando dijiste:
«Él (Dios) hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos».
¡Qué razón tenías María al hablarle así a Dios! Mira: hoy tenemos la misma necesidad de este mensaje, no solo los humanos, cada vez más ricos y poderosos unos pocos y más empobrecidos y oprimidos todos los demás, sino también la misma Tierra que nos sostiene. ¡Ayúdanos a derribar del trono a los poderosos de toda clase: gobernantes, empresarios, políticos, banqueros, cardenales, obispos, porque todos los que son o se tienen por poderosos de este mundo son contrarios al Dios verdadero al que tu te dirigías.
–A las bodas de Caná no fuiste como invitada, sino como sirvienta y supiste estar en tu sitio para sacar de un apuro a los novios: gracias a ti hubo vino, y del mejor, hasta el final y de sobra para todos. Para todos, y no solo para unos pocos, quiere tu Dios que haya de sobra.
Para leer el artículo completo, pinche aquí