Una Nochebuena de misas del Gallo muy solemnes pero de poca sensibilidad y compromiso no huele a Evangelio
(Agustinos).- Algo se mueve en la Ciudad Universitaria de Madrid, y esta vez no tiene que ver con botellones o interminables fiestas en sus calles y plazas…más bien tiene que ver con algo que suena también a fiesta y algarabía, porque cada vez que una comunidad religiosa decide bajar a pie de calle y abrir sus puertas a aquellos que más lo necesitan, es motivo de celebración y aplauso sincero.
Así lo han decidido los agustinos que viven en el Colegio Mayor San Agustín, esta comunidad de seis religiosos, pionera en la unión de provincias agustinas de España, ha tomado la iniciativa de invitar a ochenta personas sin recursos a cenar el día de Nochebuena.
Al ponernos en contacto con el prior de la comunidad, el P. Iván David Pérez, nos cuenta ilusionado que «la idea surge y se fundamenta en nuestro proyecto comunitario, donde tenemos reflejado, de manera clara que queremos ser una comunidad abierta y acogedora en todos los sentidos. No se me ocurre mejor forma de llevar esto a la práctica que abriendo nuestras puertas y nuestro corazón a estas personas, para ofrecerles un lugar donde cenar en un día tan especial».
La comunidad de agustinos no solo invita y convoca, sino que ese día serán ellos mismos los que monten el comedor, lo adornen, sirvan la cena y estén pendientes de que no falte de nada a los asistentes. «Es un día en que hay que «mojarse» y tratar de ser coherentes con lo que celebramos como cristianos, el nacimiento de nuestro Dios de manera sencilla y humilde…a veces nos hemos alejado de esto y nos hemos encerrado en nuestras comodidades, es hora de visibilizar que como religiosos también sabemos y queremos tener muestras de cariño. Una Nochebuena de misas del Gallo muy solemnes pero de poca sensibilidad y compromiso no huele a Evangelio» asegura el P. Iván David.
La organización de esta jornada tan entrañable, bajo el lema «Es Navidad, pero si no nace para todos…no nace», ha sido posible gracias al trabajo conjunto de la comunidad agustiniana con el comedor social San Francisco que regentan las Terciarias Capuchinas, y con el cual también colaboran durante todo el año las comunidades agustinianas de los Colegios Mayores Mendel y Elías Ahúja llevando comida todos los días del curso. Las personas que habitualmente comen en dicho comedor serán las que acudan a la cena solidaria ya que el mismo permanece cerrado por la tarde-noche. En definitiva, concluye el P. Iván David, «se trata de encarnar la palabra solidaridad, a veces tan malgastada, de una manera efectiva y afectiva, uniéndonos un poco a los que no gozan de muchas oportunidades, y haciéndolo no por «paternalismo» sino enraizados en el convencimiento de que nuestra fe en el Dios que nace nos obliga y responsabiliza a ello, y no solo en Navidad».