Tu celo pastoral y tu inequívoca solicitud por la Iglesia Católica no sólo se ha mostrado entre los fieles de las comunidades a ti encomendadas, sino también lejos de sus confines
(José M. Vidal).- Encarna la moderación, la sencillez y el diálogo. Y con esas armas se gana a sus pares y a la gente. Hoy, el cardenal Ricardo Blázquez celebra los cincuenta años de su ordenación sacerdotal en la catedral de Valladolid y hasta el Papa ha querido sumarse al homenaje. Y, en una emotiva carta, le expresa su «especial sentimiento de afecto».
Con esta misiva, distribuida a los medios de comunicación por el Arzobispado de Valladolid, el Papa ha querido estar presente en este «acontecimiento grato y de gran importancia», en el que Blázquez estará arropado por fieles, familiares, compañeros de la Conferencia Episcopal y representantes institucionales.
El pontífice ha destacado de Blázquez su «espíritu de pastor prudente y plenamente entregado al bien de las almas», por lo que ha sostenido que «no es de extrañar» que haya sido elegido «con gran aceptación» en dos ocasiones por sus compañeros como presidente de la Conferencia Episcopal.
«Tu celo pastoral y tu inequívoca solicitud por la Iglesia Católica no sólo se ha mostrado entre los fieles de las comunidades a ti encomendadas, sino también lejos de sus confines«, ha reconocido el Papa sobre las misiones ejercidas por Blázquez en América y en Asia, fundamentalmente.
Hasta seis papas ha conocido Blázquez durante todos estos años: Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo I, Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco, cuyos pontificados también analiza en el libro que acaba de publicar con motivo de esta conmemoración, titulado «Memoria y Gratitud», dos palabras que también hoy han marcado la homilía pronunciada en la catedral vallisoletana.
Ricardo Blázquez (Villanueva del Campillo, Ávila, 1942) aborda en sus memorias su faceta de feligrés, con apuntes de su biografía personal y pastoral, pero también de teólogo como autor de más de una docena de libros y de una persona que ha desempeñado numerosos cargos dentro de la Iglesia Católica, en España y en el Vaticano.
Hombre fuerte del papa Francisco en España y también en el Vaticano, Ricardo Blázquez estudió en el Seminario Menor (1960-1965) y Mayor de Ávila (1965-1967), se doctoró en Teología por la Universidad Gregoriana, e impartió clases en la Universidad Pontificia de Salamanca.
Durante este 2017, celebrará sus cincuenta años como sacerdote, hoy, setenta y cinco de vida (13 de abril) y veinticinco como prelado titular (26 de mayo) de una diócesis.
Texto completo de la carta del Papa al cardenal Blázquez
A Nuestro Venerable Hermano
RICARDO BLÁZQUEZ PÉREZ
Cardenal de la Santa Iglesia Romana
Arzobispado de la Archidiócesis de Valladolid
Hace dos años, teniendo en cuenta tus múltiples méritos, te incluimos gustosa y alegremente ante el mundo entero en el número de los Cardenales. Ahora queremos estar de nuevo a tu lado por medio de esta nuestra carta, movidos por un especial sentimiento de afecto, ya que próximamente vas a celebrar un acontecimiento grato y de gran importancia, a saber: Las «bodas de oro» de tu ordenación sacerdotal. Este feliz recuerdo será sin duda para ti motivo de singular honor y satisfacción, al ponderarse todo tu ministerio pastoral, lleno de excelentes obras y enriquecido desde todos tus cargos.
Concluidos brillantemente los estudios, bien formado en conocimientos filosóficos y teológicos en tu célebre diócesis nativa de Ávila, el 18 de 1967 recibiste gozoso la ordenación de presbítero, e inmediatamente celebraste tu primera misa. Enviado luego a Roma, obtuviste el Doctorado en Teología en la Pontificia Universidad Gregoriana. Vuelto a tu patria, también ocupaste cargos de relieve: Fuiste secretario del Instituto Teológico Abulense, profesor de teología e incluso decano de la facultad teológica en la Pontificia Universidad Salmantina, de la que posteriormente ya como Obispo fuiste Gran Canciller durante cuatro años.
El 8 de abril de 1988 fuiste elegido por san Juan Pablo II, nuestro apreciado Predecesor, Obispo Auxiliar de Compostela, asignándote el título de Germa en Galacia, cuatro años más tarde fuiste nombrado obispo de Palencia; y en 1995 fuiste trasladado a la sede de Bilbao. Finalmente, el año 2010 nuestro Predecesor Benedicto XVI te destinó como Pastor de la Iglesia Metropolitana de Valladolid, a cuyos fieles diriges sabiamente por senderos de luz y de verdad evangélica a fin de conseguir la corona de la vida eterna.
No podemos encomiar suficientemente tu fidelidad hacia la Iglesia y tu filiar afecto hacia Nos, así como tu espíritu de Pastor prudente y plenamente entregado al bien de las almas. Por eso no es de extrañar que tus Hermanos en el Episcopado te hayan elegido dos veces y con gran aceptación Presidente de la Conferencia Episcopal de tu nación.
Por ello Nos te incorporamos al Colegio de Cardenales y te asignamos el título de la Iglesia Romana de Santa María en Vallicella. Tu celo pastoral y tu inequívoca solicitud por la Iglesia Católica no solo se ha mostrado entre los fieles de las comunidades a ti encomendadas, sino también lejos de sus confines. Entre otras ocasiones, el año 2007 asistías a la V Conferencia Episcopal de América Latina en la ciudad de Aparecida; de tu ayuda y prudentes consejos se benefician también los Dicasterios Romanos, a saber: Las Congregaciones para la Doctrina de la fe, para las Iglesias Orientales, para el Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos y Disciplina de los Sacramentos, y la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica.
Deseamos finalmente, Venerable Hermano Nuestro, que fortalecido por la gracia del Espíritu Santo y sostenido por la maternal intercesión de la Inmaculada Virgen María, perseveres con ánimo constante en el sabio cumplimiento de tu ministerio. Confirmamos estos deseos y esperanzas con Nuestra Bendición Apostólica, que impartimos con afecto en primer lugar para ti, y que deseamos extender luego a sacerdotes, religiosos y a toda tu amada grey; y a cuantos participan en tu feliz conmemoración. Al mismo tiempo pedimos encarecidamente oraciones para ejercer Nuestro Magisterio como le agrada a Dios.
Desde la Sede Vaticana, 22 de diciembre del año 2016, cuarto de Nuestro Pontificado.