Sería triste, pero curioso que el bueno de José Ramón, sin comerlo ni beberlo, estuviese siendo utilizado contra su compañero, el nuevo cura, su Obispo, su diócesis y la Iglesia
(Xosé Manuel Carballo).- En muchos medios de muy distinto ámbito, local, nacional e internacional está, un día sí y otro también desde principios de mes el conflicto del traslado del cura de 14 parroquias de los ayuntamientos de Friol y Guitiriz, cuyo traslado va aparejado al de otros siete u ocho curas de la diócesis de Lugo, sin tanto conflicto ni presencia en los medios. Parece ser que el problema se da sólo en Friol, gracias a que otros alcaldes y asociaciones del entorno y de la provincia no se dejaron movilizar por el Sr. Alcalde de Friol, como pretendió insistente e inútilmente.
Hago una narración objetiva de los hechos después de haberme informado convenientemente para poder informar con veracidad, sabiendo de antemano que no faltará quien me acuse de mentiroso, porque ya lo hicieron. Recojo los rasgos fundamentales publicables, porque pormenorizadamente supondría un dosier de más de diez folios; aún así resulta muy largo.
Nuestras diócesis, debido a la escasez de sacerdotes y a la media de edad de los mismos están en permanente remodelación mientras no haya cambios profundos en la atención religiosa y pastoral. La de Lugo, eminentemente rural, es la que tiene mayor número de parroquias de España, 1.139 para unos 300.000 habitantes y 7.700 kilómetros cuadrados.
Llevaban algo más de un año estudiando esta última remodelación que afecta a unas cincuenta parroquias y, consecuentemente, haciendo los trámites para llevarla a cabo, hablando con unos 10 sacerdotes afectados por retiro o para cubrir las necesidades de zonas conforme a posibilidades y disponibilidades de los afectados.
¿A quién corresponden estos trámites y nombramientos? Al Obispo, como primer responsable da la pastoral diocesana; pero no en exclusiva ni individualmente ni a título personal, al menos en Lugo, sino en consonancia con su Colegio de Consultores, en diálogo con los interesados, también con los arciprestes y con la Permanente del Consejo Presbiteral en algunos casos. Esos fueron los pasos que se dieron por parte de su Obispo Don Alfonso Carrasco Rouco y por estos trámites pasó el nombramiento para atender a otra zona del cura que desde hace 13 años atendía 12 parroquias del ayuntamiento de Friol y 2 del de Guitiriz.
A mediados de enero estaban encajadas las piezas del puzle, sin que ninguna entrase forzada, sino libremente; aunque, como es natural, unos más contentos que otros por el cambio, pero aceptándolo todos sin imposiciones autoritarias, incluso el de esas parroquias de Friol. Entre las que no está la de la capitalidad del municipio.Pero en el momento en que se van haciendo públicos los nombramientos que serán oficiales a principios de febrero, el Alcade de este Ayuntamiento se pone al habla por teléfono con Vicarios y con la Secretaria de Obispo, intentando conseguir que se revoque el nombramiento y traslado del cura en cuestión y manifestando su deseo de ser recibido por don Alfonso Carrasco. Lo recibe el 24 de enero y ante la negativa, razonada, no impositiva, a sus pretensiones, por contar con la aceptación libre del interesado y por ser una parte del conjunto, de modo que la excepción con él significaría tener que empezar de nuevo todo el proceso; amenaza al Obispo y le anticipa medidas de presión diciendo que llegarán a donde sea necesario y que ya había hablado con representantes de todas las parroquias del municipio, que son 32, (las afectadas por el cambio son sólo 12). Y algo más grave, en la nota de prensa de agencias apareces entrecomilladas y en boca del Obispo, con motivo de esta entrevista, palabras que no dijo referentes a que el cura aceptaba el cambio obligado y contra su voluntad.
El día dos de enero aparece también en los medios un comunicado del sacerdote en esta línea de que no habían hablado con él previamente y acusando de despotismo al Obispo y al Vicario General. No parece que tal comunicado sea íntegramente ni exclusivamente suyo porque un elemental análisis de la fórmula de firma y del texto nos descubre que se utiliza una terminología referente a la diócesis que no utilizaría ningún cura. Puede ser disculpable que, ante las muestras de cariño y el temor a que los feligreses pensases que no les quería, manifestase lo que era cierto, que prefería seguir allí algún tiempo; aunque se debía a la diócesis y a la colaboración con su Obispo, pero acusar públicamente a su Obispo de mentiroso, será comprensible, pero no fácilmente admisible, a no ser que también él esté siendo utilizado sin darse cuenta y manipuladas sus palabras, bajo capa de un cariño desmedido y una confianza ciega..
El mismo día dos hacia las 13,30 le hacen una entrevista en la Cope de Lugo y manifiesta claramente que habló con él el Obispo antes del nombramiento y que no es forzada su aceptación, sino libre, aunque se encontraba a gusto y se sentía bien querido por sus feligreses.
El viernes tres, después de un rato de charla con el Obispo y el Vicario General, redacta, también sin obligarle y con la ayuda de otro compañero, un nuevo comunicado bajo el título de «Nota Aclaratoria», que empieza de este modo:»deseo matizar algunas de las manifestaciones de mi anterior comunicado de fecha 2 de febrero», pero curiosamente esta nota no fue difundida por ninguna agencia, en vista de lo cual se da a conocer desde la oficina de prensa del Obispado, pero no tiene la repercusión que tedría si fuese difundia a través de agencia.
Se recogieron firmas en apoyo del sacerdote y en contra de su «forzado» cambio. Se habló de 5.000 firmas. Las 32 parroquias del Concello sumaban en 2014, 4004 habitantes. No me paré a comprobar los que corresponden a las 12 de Friol y 2 de Guitiriz . Es un caso insólito de solidaridad y de amor a un cura más allá de sus parroquias.
Para el sábado, día 4 estaba programada una manifestación que se realizó en la ciudad de Lugo con la intención, según parece, de entregarle las firmas al Obispo y de ser recibidos por él los manifestantes; pero, curiosamente, nadie lo había pedido ni nadie había avisado. No parece suficiente aviso que saliese publicado en algún medio, ¿o si? Al no trabajar las oficinas del Obispado como todos los sábados, estaba cerrada la puerta de acceso a estas oficinas y demás dependencias donde vive el Obispo. Participaron en la manifestación la Alcadesa de Guitiriz y el Alcalde de Friol. Se pusieron autobuses a disposición de los que quisieses asistir. Se publicó que asistieron 500. Hay un vídeo de un medio de comunicación que se hizo público y está a dispodición de quien lo desee comprobar sobre ese vídeo que no llegan 150, como afirmaron algunas personas que contaron a los manifestantes. Al no ser recibidos por no haberlo pedido con tiempo y por razones de seguridad, ya que las masas no son fácilmente controlables, máxime si hay algún infiltrado camorrista o movido por otras motivaciones, como no es infrecuente, después de algunas patadas a la puerta y de vociferar consignas contra el Obispo y a favor de Don Ramón, entregan las firmas en la Subdelegación de Gobierno.
El domingo día 5 fue el nuevo cura, José Luís Regueiro, a tres parroquias acompañado por el saliente, Don Ramón, y fue bien recibido sin altercados. José Luís dejaba Castelo y el Sagrado Corazón de Lugo y, si promoviese o no parase muestras de cariño y expresiones públicas del deseo de que no le cambiasen, tampoco faltaban feligreses que estaban dispuestos a hacerlo. Los dos últimos domingos, el 12 y 19, José Ramón ofició en sus nuevas parroquias de Ribas de Sil y Quiroga y José Luís, en las de Friol y Guitiriz con algún problema de manifestaciones en alguna de las parroquias a la hora de misa, pero siendo recibido con trato cordial y hablando ya, a petición de feligreses de algunos de proyectos como fechas de primeras comuniones. Desde su entrada tuvo varios funerales sin el menor problema.
Entre tanto, el Sr. Alcalde sigue apareciendo en los medios acompañado por algunos vecinos y vecinas capitaneando manifestaciones y huelga de misa y de limpieza de templos y hablando de que cuenta con apoyos de la Diputación Provincial de Lugo y de la Xunta de Galicia, (el encabezó la lista del PP), para declarar persona «non grata» en su concello al Obispo de Lugo, con lo que por extensión también lo serán sus curas, y ultimamente comunicó que escribieron una carta al Embajador de España en el Vaticano. ¿Y todo para qué? Pues parece ser que para que reciba el Obispo a los vecinos, los explique las razones del cambio y se deshaga lo hecho. ¿Desde cuándo hay que dar pública razón del traslado de un sacerdote? ¿No cuenta para nosotros el derecho a la privacidad?
Sería hasta graciosa la inversión de papeles en estos tiempos de Carnaval y disculpables las mentiras que acompañan al señor del transformismo, si no fuese doloroso para personas, denigrante para instituciones, vergonzoso para correligionarios políticos, elemento de desconcierto, discordia y división entre vecinos y disculpa para echar un pulso a un obispo y a quienes colaboran en el gobierno de una diócesis, aprovechando sentimientos de afectividades menospreciadas y de identidades parroquiales y el tan conocido en nuestro mundo rural: «Hai que ser coma os máis e non lle debemos faltar nin ó cura nin ó alcalde, por se acaso». Sería triste, pero curioso que el bueno de José Ramón, sin comerlo ni beberlo, estuviese siendo utilizado contra su compañero, el nuevo cura, su Obispo, su diócesis y la Iglesia. En mi opinión, que puede ser equivocada, el hecho se les fue de las manos a los iniciadores y otros están tratando de sacar provecho en río revuelto desde futuras perspectivas electoralistas. En ese caso, que se vayan preparando las otras diócesis que no están ya en el escaparate, y me puedo preparar yo; aunque a tenor de los insultos que ya llevo recibido en las redes de algunas personas que se declaran ateas, pero defensoras a ultranza de un cura contra el obispo y contra todos demás curas, peseteros, mujeriegos, pederastas, parásitos y zánganos, ya me pillan un poco entrenando. Quede constancia de mi sumo respeto a las personas de bien de los concellos de Friol y Guitiriz, víctimas de manipulación una vez más en este sainete tragicómico.
Hay un medio muy sencillo de demostrar que no digo verdad en lo que narro o que no tengo pruebas de lo dicho: Denunciarme ante el juzgado, lo que también pude redundar en publicidad barata o hasta en votos, ¿quién sabe?; y otra manera de tratar de acallarme, es la calumnia, que para calumniar a un cura y hasta a un obispo no hace falta mucha imaginación. Está abierta la veda para cazadores furtivos disfrazados de libertadores.
Para leer todos los artículos del autor, pincha aquí: