Quienes viven de cerca el día a día del obispo no se explican aún "cómo llega a tantos sitios"
(Txenti García).- El 12 de marzo del pasado año la Diócesis de Vitoria recibía al nuevo obispo con una ceremonia en la que se unían su consagración episcopal y su toma de posesión de la sede vitoriana sucediendo a monseñor Miguel Asurmendi.
Ha pasado un año desde que D. Juan Carlos Elizalde asumió de forma efectiva el compromiso de presidir la comunidad cristiana de Vitoria. Era un desconocido, no estaba en «las quinielas». Las primeras sensaciones que provocó su llegada fueron, en una gran parte de la feligresía, expectación y esperanza en un obispo de la era del Papa Francisco, y en otra parte, cautela hasta ver sus primeros movimientos.
Que la diócesis no es la misma de hace un año es un hecho que evidencian datos concretos: quizá lo más evidente haya sido, a comienzos de este año, el relevo del Consejo episcopal, órgano de gobierno de la diócesis, con sorpresas en los nombramientos; pero otras iniciativas hablan de un modo nuevo de acompañamiento pastoral: las adoraciones de los viernes, la presencia del obispo con los jóvenes durante todo el viaje a Polonia con motivo de la JMJ, la misa de jóvenes de los domingos en San Miguel, ejercicios espirituales para todos los sectores, una presencia mediática sin estridencias pero efectiva. Quienes viven de cerca el día a día del obispo no se explican aún «cómo llega a tantos sitios», aunque su condición humana justifica que no haya llegado aún a muchos lugares donde se le reclama cuando hay ocasión.
Para este primer «cumpleaños» como obispo no hay previstas grandes celebraciones, hace unas semanas recordó la fecha y emplazó a los jóvenes y asistentes a la misa de los domingos a 19:30 en San Miguel a recordar esta efeméride y dar gracias a Dios con él en esa eucaristía.
En el marco de este aniversario recojo el testimonio de varios laicos, miembros de la comunidad cristiana sin cargos en la diócesis, aunque comprometidos de alguna manera en la vida de la Iglesia, y por ello conocedores de la realidad diocesana hace un año y ahora. Hombres y mujeres que viven su día a día desde la fe, a pie de calle, en lo material y en lo espiritual, y que exponen su sentir para completar la frase: Y después de un año con D. Juan Carlos Elizalde al frente de la Diócesis de Vitoria…
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