¿Cómo es posible que una importante cantidad de Obispos españoles no secunden de verdad al Papa Francisco?
(Faustino Vilabrille).- 1.- «Los fariseos le dicen al ciego: Nosotros somos discípulos de Moisés. Nosotros sabemos que a Moisés le habló Dios, pero ése no sabemos de dónde viene»:
Según diferentes informaciones recientes (ver Religión Digital 19-03-17 y eldiario.es 14/03/17), los Obispos españoles, están girando cada vez más hacia el integrismo y al aislamiento de los más proclives a secundar al Papa Francisco. ¿Cómo es posible que una importante cantidad de Obispos españoles no secunden de verdad al Papa Francisco? ¿Cómo es que mucha gente sintoniza con este Papa y los Obispos no? ¿Cómo es posible que no quieran renovar la Iglesia retornándola al Evangelio como quiere Francisco? ¿Acaso quieren ser verdaderos pastores del pueblo, o pastorearse a sí mismos?
2.-Antes sí y ahora no: ¿Cómo es que desde siempre nos venían diciendo constantemente que debíamos acatar sin reserva alguna lo que los papas decían? ¿Acaso Francisco no es Papa? ¿A los anteriores, como a Moisés, les hablaba Dios y a Francisco no? ¿Acaso no saben de dónde vino, como los fariseos no sabían de dónde venía Jesucristo? ¿Por qué a los anteriores siempre sí y a ahora a Francisco no? Francisco no viene de ningún lado, Francisco quiere ir directo al Evangelio, que es lo que está necesitando con urgencia la Iglesia y el mundo.
3.-El pueblo no reconoce en ellos a Jesucristo: A estos Obispos, que durante muchos años ocultaron la pederastia, vivieron y viven en palacios, se rodearon de lacayos adictos, ostentaron riquezas; se aprovecharon de forma descarada, sigilosa, y para muchos escandalosa, de las inmatriculaciones; gobernaron como soberanos absolutos, se arrimaron al poder y al dinero de la derecha, se desempeñaron y siguen en solemnidades con capisayos, mitras y báculos, alejados de los pobres, sin participar en una sola manifestación a favor de los desahuciados, de los parados, de los encarcelados, preocupados solo de hacer limosnas y asistencialismo, pero sin compromiso con la justicia ni denuncia clara de las causas de los causantes de la misma: en estos tales obispos, el pueblo no reconoce a Jesucristo.
El pueblo va abriendo los ojos, y se da cuenta de que ahí no está el mensaje del Evangelio. Que esa forma de vida episcopal no concuerda con lo que Jesús hizo y enseñó. En cambio la gente sí encuentra en Francisco un reflejo mucho más próximo al mensaje de Jesús.
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