Cristo resucitado, bendice nuestros deseos y ayúdanos a hacerlos realidad. Tú que vives por los siglos de los siglos
(Rufo González).- El fuego, la luz, el agua, el pan y el vino, la comunidad viva, las palabras y gestos de Jesús a los discípulos, han despertado nuestra fe en Jesús resucitado. Pidamos sentir su presencia, diciendo: «danos, Señor, a sentir tu amor y tu paz».
Por la Iglesia:
– que se sienta «en salida», viva y cercana, sobre todo a más débiles;
– que «tenga los ojos fijos en Jesús, el pionero y consumador de la fe» (Hebr 12, 2).
Roguemos al Señor: «danos, Señor, a sentir tu amor y tu paz».
Por los cristianos:
– que se «consideren muertos al egoísmo y vivos para el Amor;
– que «vivan como personas en Cristo Jesús, Señor nuestro» (Rm 6,11).
Roguemos al Señor: «danos, Señor, a sentir tu amor y tu paz».
Por los sin salud, sin techo, sin patria, sin familia…:
– que nuestra ayuda y preocupación les llegue al corazón;
– que se crean dignos y con fuerza para trabajar por su liberación.
Roguemos al Señor: «danos, Señor, a sentir tu amor y tu paz».
Por el cuidado de la naturaleza:
– que la sintamos hermana, digna de respeto y atención;
– que curemos sus heridas y la hagamos vivir en armonía.
Roguemos al Señor: «danos, Señor, a sentir tu amor y tu paz».
Por nuestra comunidad:
– que sea real, verdadera, responsabilidad de todos;
– que «tratemos y decidamos entre todos lo que afecta a todos».
Roguemos al Señor: «danos, Señor, a sentir tu amor y tu paz».
Por esta celebración:
– que renueve el Espíritu bautismal, la filiación y la fraternidad;
– que «arda nuestro corazón» al escuchar y comulgar la presencia de Jesús.
Roguemos al Señor: «danos, Señor, a sentir tu amor y tu paz».
Cristo resucitado, bendice nuestros deseos y ayúdanos a hacerlos realidad. Tú que vives por los siglos de los siglos.
Amén.
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