Hay que ser fieles a los textos, como tratamos de ser fieles a Quien inspiró esos textos
(Vicente Haya).-Me sorprendo esta semana abriendo los Hechos de los apóstoles por unas bellas palabras de Santiago (Hech. 15:29) que acaban con la frase:
ܗܘܰܘ ܫܰܪܺܝܪܺܝܢ ܒ݁ܡܳܪܰܢ
Voy a las Biblias que tengo a mano, y traducen:
(BTX3) ¡Tened salud!
(EUNSA) Que tengáis salud.
(TNM) ¡Buena salud a ustedes!
(NVI) Con nuestros mejores deseos.
(JÜNEMANN) Conservaos.
(LBLA) Pasadlo bien.
(NT BESSON) Pasadlo bien.
(RCB) Pasadlo bien.
(SRV) Pasadlo bien.
(DHH) Saludos.
(BLPH) Queden con Dios.
(NTV) Adiós.
(BJ) Adiós.
(KADOSH) Ø
(Id a ver vuestra Biblia, por favor, antes de seguir leyendo, y comprobad la traducción que se os da, a ver si podemos sumar alguna más).
En arameo, lo que dice es hëwaw [segunda persona plural del imperativo del verbo «ser»: «¡Que seais!»] sharîrîn [adjetivo masculino plural: «firmes, consistentes, auténticos, verdaderos»] bëmâran [«en nuestro señor»]. Una traducción bastante aceptable sería: «¡Que seais firmes en nuestro Señor».
Me hago cargo que en el texto hay una palabra [sharîrîn] con cierta complicación a la hora de traducir, porque shërârâ’ a los oídos de un arameo-parlante no tiene las connotaciones que la palabra «Verdad» a los oídos de un cristiano occidental, heredero de Grecia y Roma.
Pero, de ahí a perdernos en las traducciones con esos «pasadlo bien», «queden con Dios», etcétera, es ya desvirtuar demasiado el texto. Hay que ser fieles a los textos, como tratamos de ser fieles a Quien inspiró esos textos. No es lo mismo una cosa que otra; no todo vale.
La Revelación es palabra. Si perdemos la textualidad, perdemos la Revelación. Y perdemos la bendición. Porque no es lo mismo decir «¡Que seais firmes en nuestro Señor», que decir «¡Que lo paséis bien!». Las palabras sirven. Unas convocan ángeles, otras sólo sirven para caer bien, y otras para nada.
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