Que la conmemoración del VI centenario de la muerte de Fray Jofré, nos ayude a ser más solícitos con los más desvalidos de nuestra sociedad
(Josep Miquel Bausset).- Hoy 18 de mayo celebramos el VI centenario de la muerte del P. Gilabert Jofré, fraile mercedario del convento de la Merced de València, que animó a los valencianos con su sermón a proteger a los enfermos mentales. Fue así como nació, a partir de la exhortación de fray Jofré, el Hospital d’Ignoscens, Folls e Orats.
Joan Gilabert Jofré, nacido en la calle de Jofrens de València el 1350, después de estudiar Derecho en Lleida ingresó como fraile de la Merced en el convento valenciano del Puig, a pocos kilómetros de la capital del País Valenciano. Sensible con los más desvalidos, ya el 1391, Jofré, que entonces era fraile del convento de Lleida, intercedió ante el rey Juan I a favor de los cautivos. Después de su paso por las tierras leridanas, el 1408 Jofré fue nombrado comendador del convento de la Merced de València.
Fue el 24 de febrero de 1409, primer domingo de Cuaresma, cuando el P. Jofré, mientras iba del convento de la Merced a la catedral para predicar el sermón, cerca del portal de la Valldigna vio a un grupo de gente que estaba tirando piedras a un enfermo mental. Fray Jofré, movido por la compasión hacia aquel pobre demente que estaba siendo agredido, se interpuso, entre los agresores y el enfermo, para defender a aquel pobre hombre de la turba. Después fray Jofré se hizo cargo de aquel demente y se lo llevó a su convento.
Cuando el P. Jofré llegó a la catedral para predicar el sermón, impresionado y dolido por la agresión que había presenciado, denunció públicamente, delante la gente que lo escuchaba en la catedral, aquel suceso y la situación de abandono que tenían aquellos que se encontraban indefensos, durmiendo en las calles y sufriendo hambre y frío: «dormen per els carrers é pereixen de fam y fret, é malvades persones, no habents Deu daban senyalada llá hon les troben adormits é maten alguns é algunes fembres ignoscens».
Fray Jofré pidió a los valencianos que para acoger a aquellos enfermos que, abandonados por sus familias vivían en la calle, se tendría que construir un hospital para acogerlos: «seria sancta cosa e obra molt sancta, que en la ciutat de València fos feta una habitació o hospital en la què semblants folls e ignoscens estiguessen, en tal manera que no anassen per la ciutat, ni poguessen fer dany ni els ne fos fet».
Las palabras de fray Jofré en su sermón en la catedral llegaron a los corazones de los que le escuchaban y por eso, Bernat Andreu, Llorenç Salom y otros hombres de València, con los Jurados de la ciudad, adquirieron unas casas cerca de la puerta llamada de Torrent, para construir un centre, el Hospital dels Ignoscens, Folls e Orats, que cuidara de aquellas personas.
Fue con la ayuda del rey Martín el Humano que se creó este hospital como un lugar donde los pobres inocentes fueran acogidos («hon los pobres ignoscens fossen acollits»), naciendo así el primer centro europeo que se construía para acoger a los enfermos mentales. Fray Jofré, a imitación de Jesús, solícito con los enfermos, supo acoger con los brazos abiertos a aquellos que, en la València de principios del siglo XV, estaban totalmente desamparados y marginados. Y fue de esta manera como el hospital se fundó por medio de una Bula Pontificia del papa Benedicto XIII, con fecha de 26 de febrero de 1410.
Fray Jofré, que murió el 18 de mayo de 1417 en el monasterio mercedario del Puig, hoy hace 600 años, fue declarado, debido a su solicitud por los enfermos mentales, abogado y redentor de los dementes, y su nombre quedó escrito en el libro de los inmortales, («son nom quedà escrit en el llibre dels immortals, i sa glòria és tanta qui n’hi hagué i n’hi ha per a tots»), según dijo el médico valenciano Faustí Barberà, en las sesiones del II Congreso de Médicos en Lengua Catalana celebrado en Barcelona en junio de 1917.
Con las semillas que había sembrado fray Jofré, cuatro años después de la llamada de nuestro fraile mercedario, en la fiesta de San Matías de 1413, mossèn Joan de Rodella animó a los valencianos a dotar el hospital de una mayor asistencia moral y de medios materiales para así asistir mejor a aquellas personas. De esta manera fue cómo se fundó la Cofradía de la Virgen de los Desamparados, para asistir a los ingresados en el hospital, tanto en el ámbito religioso como también en el caritativo y en el cultural.
Un año largo después, el día 1 de agosto de 1414, por el Real Privilegio de Fernando de Antequera, se aprobaron las Constituciones de esta Cofradía con el nombre de Real Confraria de Nostra Sancta Maria dels Ignoscens, entidad que tenia como objetivo amparar, servir y proteger a los enfermos del hospital, a la vez que también, promover el culto a la santa Imagen y atender la asistencia y las exequias a los condenados a muerte, dándoles cristiana sepultura.
Después de obtener el permiso de Alfonso el Magnánimo, este rey, con fecha de 5 de octubre de 1416, concedió a los cofrades de la Mare de Déu que pudieran hacer la talla de la santa imagen que iba en posición horizontal sobre los féretros de los acogidos en el hospital de los «Ignoscens, folls e orats» y de los cofrades y de los ajusticiados. De esta manera se esculpió la imagen, que el 1426 ya aparecía en un lugar preferente en el Inventario General de los bienes de la Cofradía.
Que la conmemoración del VI centenario de la muerte de Fray Jofré, nos ayude a ser más solícitos con los más desvalidos de nuestra sociedad, sin cerrar los ojos, a las necesidades de nuestro mundo.
Como decía el Papa Francisco a la asamblea del CELAM (RD 10 de mayo), que también los valencianos «no tengamos miedo de ensuciarnos por nuestra gente. No tengamos miedo del fango de la historia, con tal de rescatar y renovar la esperanza». El P. Gilabert Jofré se enfangó para dar vida y esperanza a aquellos que eran maltratados y que por su demencia estaban fuera de la sociedad de su tiempo.