La preocupación ecológica no es un tema solo de sentimentalismo sino de pasar a la acción y de ser sensibles a ello de modo constante
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(Jesús Bastante).- «Tenemos que ir recuperando espacios: hoy hablamos de ecología y mañana de política o economía». Fernando Fuentes es subdirector de la Fundación Pablo VI. Viene a presentarnos un seminario que organizan junto con la Comisión Episcopal de Pastoral Social los días 16 y 17 de junio. «Seminario sobre ecología integral. Desafíos y experiencias».
Ecología integral. Un término que antes no se escuchaba y que ahora está un poco más de moda por esa magnífica encíclica que es «Laudato si». El término engloba muchas cosas, no estamos hablando solo de medio ambiente.
Sí, por eso la convocatoria de este seminario que además, es una acción que tendrá continuidad con otras que ya comentaremos.
Se inspira en «Laudato si», donde el respeto por la creación se entrelaza con el respeto por las personas, por su situación.
Donde la naturaleza deja de ser considerada solo la fauna y la flora. Todos somos parte de la madre tierra.
Tiene mucha relación con la justicia social, y ahí es donde entra la Conferencia Episcopal mediante la Comisión de Pastoral Social. Pero también otras comisiones; migraciones, salud, los jóvenes. Incluso interconfesionales, porque es una preocupación de todas las confesiones.
Y esto es lo que nos da la peculiaridad de iniciar un camino, el de la preocupación ecológica, que además tenga una mirada que sea integral y de buscar otras implicaciones para la fe y para los cristianos en su vida cotidiana.
Y también con el trabajo sobre el terreno. Me comentabas antes de la participación de instituciones eclesiásticas, no solo eclesiales, sino también de instituciones de Iglesia que trabajan en el campo de lo social como Cáritas, Manos Unidas, etc. Y de la implicación de las propuestas y su desarrollo en las diócesis, porque al final, a veces nos quedamos en grandes congresos y grandes tomas de postura que luego no toman tierra.
Nosotros vamos a tener dos focos de futuro: uno, y aquí va a abocar todo el trabajo del seminario, que es el ir creando algún grupo que tenga esta sensibilidad resultado de la convocatoria de las tres o cuatro grades instituciones caritativas, como son Cáritas, Manos Unidas y CONFER. Que puedan iniciar algún grupo de trabajo en las diócesis con un sentido pastoral, educativo, para los colegios y para las parroquias.
Pero también, el trayecto que nos hemos marcado todas estas instituciones, es un segundo momento para implicar a los obispos en un mensaje para la Jornada Mundial de Oración por la Creación que es el 1 de septiembre.
Y un tercer nivel, que sería salir a la sociedad civil. Abrirnos a poder confrontar un debate de cuestiones que nosotros pensamos que podemos trabajar con ellos.
Hay cuatro grandes bloques que he visto en el programa. El primero, que es el primer día, en la tarde del viernes, en el que habláis de «Los desafíos relevantes para una ecología integral». Un segundo punto, que es una parte mucho más teológica.
Más sólida.
Más de estudio, que es necesaria. Hablamos mucho de que hay que trabajar, pero los cimientos para cualquier construcción es lo primero que se debe afianzar. Un tercero, que es «Experiencias iniciativas de compromiso con la ecología integral». Y el cuarto, que comentábamos: Desafíos y propuestas para una ecología integral en la diócesis». Si te parece empezamos por lo del viernes: «Desafíos relevantes en una ecología integral». Habláis del modelo agroalimentario, la energía y la destrucción de recursos naturales. ¿Nos estamos cargando el planeta?
Sí. Hay varias cuestiones que nos están llamando la atención y es más fácil que podamos acceder a esos planteamientos porque están en muchos más foros, en más ámbitos.
No podíamos pasar directamente a un discernir sin que hubiera unos cuantos profesionales, científicos de reconocido prestigio como Lumbreras y Moyano. Gente que está trabajando en esos campos desde las universidades.
La Politécnica, CSIC, Cáritas y REPAM.
Ellos nos van a motivar. Pero luego le vamos a dar un segundo nivel, de discernimiento, con la ayuda de la teología de José Ignacio Calleja, que ha escrito bastante sobre el tema, relacionándolo con los pobres. Este cuestionamiento al que me refería de que el hombre no está aislado de la naturaleza, sino que forma parte de ella.
Hay muchas cosas desde «Laudato si» que recuerdan vagamente a algunos libros de Calleja. Es un adelantado, en ese sentido.
Sí. Esa es una dimensión. Y luego entendíamos que otra dimensión imprescindible es la de la espiritualidad: tiene toda una parte que significa cultivar nuestra espiritualidad cristiana.
Será un papa jesuita, pero es tan franciscano como Francisco de Asís. Porque Francisco de Asís y el cuidado de la Creación están íntimamente ligados.
De ahí que fuera imprescindible la presencia de franciscanos, y de máximo nivel como son los que van a venir.
El director de la curia general en Roma, el definidor general de la Orden de los Frailes Menores…
Sí, de máximo nivel. Esto nos apoyará para ver el lado más práctico, más pastoral y todo el dinamismo que están planteando los franciscanos en el mundo, el movimiento por el clima. Y esta será la parte primera, que no queremos que se quede en una especie de especulación sobre la naturaleza. Queremos que vaya a las experiencias.
Bajar al terreno, a la parroquia.
Y además con experiencias reconocidas ya, valga la redundancia, experimentadas.
Que funcionan y que se pueden exportar.
Y que pueden darnos una idea de que en otros sitios esto es aplicable, también.
Por eso los llamáis talleres.
Pequeño grupos que se junta para reflexionar y para ver la perspectiva en el tema de la educación en el mundo de la asistencia: de Barcelona, de Justicia y Paz, Trapeiros de Emaús, de Brasil., el Mundo de la parroquia.
Es la parroquia Rosas.
Que tiene un proyecto ecológico y que fíjate si es una realidad pastoral importante, la parroquial.
Tendríamos que hablar con ellos para que nos cuenten en qué consiste ese proyecto, que tiene que ser bastante interesante.
Tienen la cosa bastante clara, sí. Y otras más consagradas, como Proclade, Manos Unidas, Prosalus…, que ya las conoce mucha gente.
Y Nea, que es la incidencia ecológica en el mundo rural, que es un tema muy olvidado en la gran ciudad. Y al final, esos desafíos y propuestas de ese proyecto de ecología integral en las diócesis. ¿Qué podemos hacer con los obispos, que son los responsables diocesanos para trabajar?.
Las propuestas que podemos presentar en las diócesis cada uno desde su realidad.
Porque aquí no podemos hacer un proyecto que vaya de arriba hacia abajo. Debemos partir de las cuatro o cinco diócesis que quieran iniciar ese proyecto.Y ahí, es donde nosotros les podemos apoyar, desde las instituciones nacionales. Y esto es lo que yo pienso que es lo realmente interesante. Porque la sensibilidad por la ecología integral, cuando sale un documento, parece que está más acentuada, pero luego se diluye.
Y que caemos en los mismo pecados de antes: «Laudato si» nos ha enseñado que hablar de ecología y medio ambiente no solo es hablar de la degradación del planeta, que también es muy importante, sino que estamos hablando también del hombre como custodio de la Creación y como parte de ese medio ambiente; del hambre, de la injusticia, del desperdicio de los alimentos, etc.
A veces cometemos el error de olvidarnos de que el Papa nos acaba de recordar esto con un documento fundamental que va a dar que hablar durante muchos años.
Sí, es inagotable. Hay muchas partes que tenemos que profundizar. Por eso ahora nos fijaremos en una reflexión teológica, pero la espiritualidad es otro tema a profundizar. Se podrían hacer monográficos sobre la propia encíclica.
¿Cómo ha caído esta encíclica en la Iglesia española? ¿Se ha entendido bien? ¿Ha llevado esperanza? ¿No se ha terminado de captar?
Una encíclica sobre la cuestión ecológica siempre es fresca por lo novedoso. Porque es un tema que tiene buena prensa y que está en el mundo de la vida pública y con bastante interés.
El peligro respecto a estos temas y estos documentos es que los dejemos un poco en el olvido: la preocupación ecológica no es un tema solo de sentimentalismo sino de pasar a la acción y de ser sensibles a ello de modo constante.
Algo parecido pasaba con la paz. Con los documentos que salían sobre ella. Mientras existan sociedades que te van llamando la atención por sus problemas ecológicos, vamos bien.
Es más, los medios de comunicación a veces hablan de ellos, pero nos cuesta mucho cambiar. En realidad la sociedad no se convierte. No nos convertimos; en reciclar, usar bien los alimentos, costumbres que tienen que ver con nuestro medio ambiente, el respeto por la dignidad de las personas… Aquello que debe ser más considerado, al final nos cuesta.
O lo tratamos como compartimentos estanco. La maravilla de «Laudato si» es cómo consiguió el Papa integrar realidades que consideramos diferenciadas como algo común, y cuando ves el puzzle terminado te das cuenta de que es así, que no se puede desligar el cuidado de la naturaleza del cuidado del hombre y de la lucha contra la injusticia, contra la pobreza, contra el hambre y la falta de agua.
No hemos tomado conciencia de que todos esos bienes forman parte de nuestra vida. De que si eso se perjudica nos estamos perjudicando y deteriorando como seres humanos.
Hasta que esa sensibilidad no sea plena, esto va a ser apreciado como localizado en tal o cual país, pero no como un problema global. Aunque esto parece que va cambiando un poco.
Cuando vas a la frontera de Haití con República Dominicana y ves la diferencia, en diez metros de distancia, cómo Haití no tiene árboles y República Dominicana sí, te das cuenta de que eso tiene mucho que ver con que, cuando vienen los terremotos a los haitianos les afecte mucho más.
Y tenemos que ir comenzando también a ser sensibles a los problemas de polución, porque nos están acosando en las grandes ciudades.
Seguimos sin ser responsables con otras cosas: tiramos tomates porque son feos y cosas por el estilo. La inscripción se puede hacer a través de la web de la Conferencia Episcopal y la de la Fundación Pablo VI. Serán los días 16 de junio por la tarde y 17 de junio, en la sede de la Fundación Pablo VI, Paseo de Juan XXIII, número 3.
Allí estaremos un grupo de personas para que pueda ser aprovechable una metodología de seminario, unas 60-70 personas. Nnos interesa mucho que sean unas experiencias compartidas.
Que haya espacio para dialogar sin perderse por las ramas.
No es una convocatoria masiva.
Con la presencia de de don Atilano, que es el obispo responsable de Pastoral Social.
Con el presidente de la comisión. Y también contaremos con la presencia del presidente de Cáritas, la secretaria general de CONFER, de Manos Unidas. Todos aquellos para los que este tema significa bastante.
Fernando, en la Iglesia española tenemos para trabajar este tema desde dos documentos: uno, «Laudato si», la encíclica del Papa. Y otro, que es «Iglesia servidora de los pobres», que tiene muchísimo que ver.
¿Vamos a conseguir desarrollarlos como Iglesia, discutirlos, reflexionarlos y hacerlos vida, como pretendéis en este simposio?
Yo creo que lo que tenemos que ir recuperando espacios; hoy hablamos de ecología pero mañana podíamos hablar de la política o de economía. Espacios de lo que es la vida pública y la fe, donde la fe se desarrolla en esa vida pública, e ir dándole carta de naturaleza para la vida cristiana.
Hoy estamos tratando de la ecología pero mañana podríamos hablar de cómo «Iglesia servidora de los pobres» incide en la política o en la economía. Lo importante es no olvidar estos documentos de referencia.
Los que estamos acostumbrados a trabajar con documentos, nos preguntamos por qué no se hace algo sobre los asuntos que tocan esos documentos. Realmente, muchas cosas están ya escritas. Solo hay que profundizar en ellas y darles actualidad.
Un poco lo que se decía del Concilio. Hacer de él una realidad.
Tenemos material suficiente de referencia, y en la Conferencia hay muy buenos documentos de los años 80 de católicos en la vida pública, de testigos del Dios vivo. De la Comisión de Pastoral Social en el año 94 de La iglesia y los pobres… Documentos que han servido para mucho y que lo importante es actualizar esa enseñanza.
Y creo que «Laudato si», que es de 2015, está prácticamente sin abrir en muchas cuestiones. Ahí es donde podemos inspirarnos para un trabajo de formación, de debate e iluminación en las diócesis, en los movimientos y en las asociaciones.
Un trabajo para el que la Fundación está más que preparada. Hablaremos otro día de los planes de presente y futuro, se avecinan muchos cambios y muchas cosas esperanzadoras para trabajar y para incidir.
Y de plantear algunas cosas que sean realmente útiles en ámbitos como el de la cultura y de la vida pública, que es un poco la inspiración de la Fundación.
Pues ahora, en junio, tenemos este seminario. Lo recordamos: «Seminario sobre ecología integral. Desafíos y experiencias» de la Fundación Pablo VI. Los días 16 y 17 de junio. Para apuntarse: la web de la Conferencia Episcopal o en la de la Fundación Pablo VI. Fernando, un placer tenerte aquí con este tema, muy interesante y de mucho recorrido.
Y que le interesa ya a mucha gente, no solo en España.
Claro, porque trabajáis en muchos lugares. En Amazonia tenéis a REPAM que ellos sí que saben muy bien de lo que están hablando.
Así es. Gracias por invitarme.