Esta noche un poco antes de la madrugada, un grupo de antibalakas han atacado el campamento. La gente, la mayoría mujeres y niños, se escondió tras los muros del seminario y los cascos azules repelieron el ataque aunque dos salieron heridos
(Juan José Aguirre, obispo de Bangassou).- Queridos amigos: llevábamos unos días de calma tensa, los musulmanes del campo de desplazados en la misión haciendo su vida, los antibalakas hurgando heridas y saqueando, los Seleka a 200 kms al norte, amenazando Bangassou desde lejos.
Pero esta noche un poco antes de la madrugada, un grupo de antibalakas han atacado el campamento. La gente, la mayoría mujeres y niños, se escondió tras los muros del seminario y los cascos azules repelieron el ataque aunque dos salieron heridos. Desbandada general en Bangassou, ciudad muerta todo el día de hoy.
Ayer sor Julieta cumplió 70 años, de ellos 40 en África entre el Congo y Centroáfrica. Parece que tiene el ADN de titanio. Burgalesa franciscana experta en enfermos de SIDA en fase terminal. Algunos padres y monjas se han ido a Bangui no pudiendo resistir la tensión del ambiente. Ayer noche, con el corazón en la boca, algunos huyeron dejando sus puertas abiertas sin saber bien a donde iban…
Estuvo aquí tres días un periodista de La Croix, un periódico francés de tirada nacional. Lo acompañé donde Kaltouma, la mujer musulmana que hirieron de un tiro en el pulmón el domingo 28 de mayo cuando intentaba pasar al Congo en busca de su marido, junto a su hermana de 14 años, y sus hijos de 12, 8, 6 y 2 años. A todos los mataron los jóvenes antibalaka en el río, (los conté y los criminales eran entre 8 y 10), todos muchachos con gafas de sol, con los ojos vidriosos, drogados con una mezcla de Tramadol y alcohol. Solo ella sobrevivió.
Nos dijo que no guardaba rencor a nadie, que pasó aquello porque Allá quiso que pasara (el periodista ya estaba con la boca abierta), que «halás», expresión que quiere decir «paso página» y que a mis 27 años a mi marido y a mi no nos queda nada más que mirar adelante. Que si muere también ella mañana, será porque Dios lo ha establecido así y que si se salvó del tiro en el pulmón fue porque Dios lo quiso….
El campo bulle de niños que juegan ajenos al tiroteo de ayer noche. Yo sigo buscando que se hablen, que dialoguen, que no sean salvajes… Pero cuando estalla un petardo todos salen en estampida. Lo que quedaba de la mezquita lo han destruido. Igual han hecho los Seleka con nuestra iglesia en Nzacko.
Todavía impera el «ojo por ojo» del evangelio de hoy mismo. Acabaremos todos ciegos si Dios no nos enseña una salida para escapar de este laberinto. Yo siento cada día como una presencia invisible me acompaña, como San Rafael se pegaba a los talones de Tobías. Mil abrazos a todos.