El CETA es un tratado hecho dentro de la perspectiva que se enmarca en los principios de la globalización del neoliberalismo, cuya ideología siempre defiende los intereses del dinero, que pone siempre por encima de todo
(José María Álvarez).- El Comprehensive Economic and Trade Agreement (Amplio Acuerdo Económico y Comercial) es uno de los temas que están hoy sobre la mesa de la información. Y es una cuestión extremadamente importante.
Están en juego los intereses de la gran mayoría social. Se cree que también los del medio ambiente, y una razonable explotación de la riqueza de la naturaleza… Es imprescindible saber algo sobre el CETA, sobre el Tratado de Libre Comercio entre Canadá y la UE. Lo necesitamos para poder entender los dimes y diretes al respecto. Pero sobre todo para saber si hay que decir sí o no al tal Tratado y para entender lo que defienden los que lo apoyan y los que lo rechazan.
De entrada hay que denunciar la falta de información sobre un tema que nos afectará mucho más de lo que se piensa. Ni siquiera los eurodiputados que debían aprobarlo fueron informados con suficiente antelación y profundidad. El secretismo con que se llevó hace que recaigan inevitablemente sospechas borrascosas en sus consecuencias para los ciudadanos.
En segundo lugar: parece que el tratado está hecho para proteger los intereses de las empresas que vayan a operar en los países firmantes. El CETA es un tratado hecho dentro de la perspectiva que se enmarca en los principios de la globalización del neoliberalismo, cuya ideología siempre defiende los intereses del dinero, que pone siempre por encima de todo: las personas, el medio ambiente, la naturaleza…
Por otra parte, se teme que con ese tratado se diluiría aún más la responsabilidad de los políticos nacionales, más amparados aún bajo ese tan frecuentemente invocado paraguas europeo. Se extendería a más temas aquello de que «cumplimos las leyes europeas. No nos cabe hacer otra cosa». Ya se ha percibido la necesidad de europeizar los movimientos ciudadanos, de consumidores, sindicales, políticos… Hay que volver a repetir: Europa sí, pero no así.
Además, parece que el tratado significará un cierto blindaje de un comercio cuyos excesos, si los hubiera (lo que es muy probable) no podrían ser corregidos por leyes nacionales ni juzgados y castigados por jueces del país afectado. Se han hecho «más presentables las pautas a la hora de designar jueces en caso de procedimientos de arbitraje», pero siguen «ubicados en agencias cuyas resoluciones se superpondrían a la legislación de los Estados», afirman los expertos.
El profesor Capaldo pronostica una caída de las rentas del trabajo; una pérdida neta de empleo de aproximadamente 600.000 puestos de trabajo en la UE… Afirma que el informe de impacto del CETA, publicado en 2011 (FMI, el Banco Mundial y la OMC), reconoce que los trabajadores/as de sectores como la agricultura, la ganadería o la minería «se verían afectados y forzados a buscar trabajo en otros sectores».
Se dice y es verdad que no todo es negativo. Se habla del crecimiento del PIB debido al comercio con Canadá, pero habría que saber a costa de qué y cómo se distribuiría. Es la misma pregunta que nos hacemos cuando se habla de la recuperación de España. Seremos los que más crecemos hoy, pero de dónde venimos y dónde estamos (en relación a países como Alemania y Francia, por ejemplo) y a costa de quiénes y de qué estamos hoy relativamente mejorando.
Tenemos que centrar la atención en lo que dice el CETA y no en si es Canadá con quien se hace, poniéndosenos como ejemplo de país avanzado, conservacionista… Algunos «analistas políticos» quieren enzarzarnos en cuestiones superficiales en las que no debemos caer: que si el PSOE primero dice una cosa y ahora el de Sánchez dice otra, que si éste se radicaliza o si se podemiza…
Llaman también la atención sus discusiones en los coloquios de los medios. La verdad es que de analistas no parece que tengan mucho. Son más bien, en general, propagandistas políticos del pensamiento dominante, el neoliberal, aquel en cuyas manos está la prensa, la tele, la radio…
Hay que buscar más información en otros ámbitos a través de Internet para formar nuestro criterio personal. De otro modo viviremos engañados para provechoso de los privilegiados. Es muy ilustrativo conocer muy en concreto los partidos, las asociaciones, etc. que están en contra y a favor del CETA y, como ya queda dicho, las razones que dan.
– José María Álvarez es miembro del Foro Gaspar García Laviana, Asturias