Los ministerios no pueden determinar cómo serán y funcionarán las comunidades; el proceso a seguir debe ser el inverso: de la comunidad a sus servidores y/o servidoras
(Ramón Alario).- La Federación Europea de Curas Casados coordina los diferentes movimientos de curas casados en Europa. Entre esos movimientos se encuentra Moceop (Movimiento pro Celibato Opcional).
Hace unos años surgió la idea de presentar la vida de diversas comunidades cristianas de base en un libro que se publicaría en los tres idiomas oficiales de la federación: inglés, francés y español. La perspectiva elegida era la forma en que esas comunidades ponen en común y celebran su fe, destacando en primer plano la forma en que se distribuyen y ejercen los diversos ministerios, tareas y servicios.
El libro que presentamos, se hizo coincidir con los treinta años del movimiento internacional de curas casados. El contenido de esta publicación comprende tres partes.
En la primera se realiza una historia del movimiento internacional, desde su fundación en 1986, desgranando los congresos internacionales celebrados, así como las grandes apuestas en las que se ha ubicado este movimiento. En la segunda se agrupan doce experiencias comunitarias variadas tanto en su estilo como en su procedencia. En la tercera se aportan cuatro análisis de esas experiencias.
Desde una primera etapa en que esos movimientos estuvieron centrados en el celibato y su opcionalidad, se pasó a otra donde el estilo y la forma de cura útil para esas comunidades de base aglutinaban la reflexión.
Este libro hace hincapié en la necesidad de avanzar hacia una perspectiva en la que el punto de referencia sea la comunidad, su origen, su evolución y su creatividad: desde esas coordenadas esos grupos de creyentes deberán ejercer su mayoría de edad dando lugar a los ministerios y servicios que necesiten, y asignando su desarrollo a las personas que consideren en cada momento más indicadas.
Los ministerios no pueden determinar cómo serán y funcionarán las comunidades; el proceso a seguir debe ser el inverso: de la comunidad a sus servidores y/o servidoras. Parece un principio clave de pluralidad y de respeto.