Redactado por el cardenal Gomá

80 años de la Carta Colectiva del Episcopado Español

A excepción de Vidal i Barraquer, Múgika y Torres, firmaron todos los obispos españoles

80 años de la Carta Colectiva del Episcopado Español
Franco bajo palio

Con motivo de estos 80 años de la Carta Colectiva, sería una buena ocasión para reconocer que los obispos de 1937 se equivocaron con la firma de esta carta

(Josep Miquel Bausset).- El pasado día 1 se cumplieron 80 años de la Carta Colectiva del episcopado español, un documento sobre la guerra civil de 1936 de carácter histórico-doctrinal, firmado el 1 de julio de 1937 y que fue publicado el 10 de agosto siguiente.

El texto fue redactado por el cardenal Isidro Gomà a instancias del general Franco y fue firmado por todos los obispos españoles, a excepción del cardenal de Tarragona, Francesc Vidal i Barraquer y de Mateo Múgika, obispo de Vitoria, así como también de Joan Torres, obispo de Menorca, ya muy anciano.

Este documento fue muy divulgado internacionalmente por la propaganda franquista, cosa que ayudó decisivamente el «Movimiento Nacional» para reconocer la sublevación de los españoles adictos a Franco y por eso se convirtió en una llamada patriótica y militar contra el comunismo.

«La Carta Colectiva del Episcopado Español al mundo entero con motivo de la Guerra de España», un texto de 15 páginas, está estructurado en 8 capítulos y una conclusión final.

El documento, dirigido a los obispos de todo el mundo, comenzaba argumentando el motivo de la carta, ante «el desconocimiento de la verdad de lo que en España ocurre». Los obispos españoles afirmaban el carácter «anticristiano» de una guerra que causaba un «enorme daño a la verdadera España».

En la Carta Colectiva los obispos se lamentaban de la opinión negativa que los medios de comunicación se habían formado de la guerra civil, ya que «una buena parte de la prensa católica extranjera ha contribuido a ésta desviación mental que podría ser funesta para los sacratísimos intereses que se ventilan en nuestra patria». Aunque los obispos se mostraban contrarios a la violencia, la Carta defendía que «la guerra es a veces el remedio heroico, único, para centrar las cosas en el quicio de la justicia y volverlas al reinado de la paz». Por eso argumentaban la sublevación de aquellos que «se alzaron en armas para salvar los principios de la religión y justicia cristiana».

Según la Carta Colectiva, fueron los políticos de la República «con sus prácticas de gobierno, los que se empeñaron en torcer bruscamente la ruta de nuestra historia en un sentido totalmente contrario a la naturaleza y exigencias del espíritu nacional, y especialmente opuesto al sentido religioso predominante en el país». Para los obispos, el gobierno republicano actuó «anulando los derechos de Dios y vejada la Iglesia» y por eso el episcopado defendía «el derecho a la resistencia defensiva por la fuerza».

Para los obispos españoles firmantes de este texto, solo había una salida a la situación de España: «o sucumbir en la embestida definitiva del comunismo destructor o intentar librarse del terrible enemigo». Por eso los obispos argumentaban así su postura ante el «Alzamiento»: «la Iglesia no podía ser indiferente en la lucha». Para los obispos españoles la rebelión franquista, calificada de «levantamiento cívico-militar», tenia un doble apoyo: «el del sentido patriótico y el sentido religioso» y por eso creían que «en España no hay más esperanza para reconquistar la justicia y la paz que el triunfo del Movimiento Nacional».

La Carta Colectiva defendía que «mientras en la España marxista se vive sin Dios, en las regiones indemnes o reconquistadas se celebra profusamente el culto divino y pululan y florecen nuevas manifestaciones de la vida cristiana».

La Carta Colectiva significó la unió de la Iglesia con el Régimen franquista y el nacimiento del nacional-catolicismo, imperante en España hasta la Transición.
Esta carta nos habría de recordar que la Iglesia, no ha de bendecir ni apoyar nunca una opción política concreta, ni se ha de casar con ningún partido político, como nos enseñó el cardenal Tarancon.

Hay que tener en cuenta que según el P. Hilari Raguer, monje de Montserrat e historiador, esta Carta Colectiva que justificaba el alzamiento militar, generó en el Vaticano un importante malestar. El P. Hilari Raguer mismo ha consultado el archivo de la Secretaria de Estado del Vaticano, y ha visto una carta de Pacelli, Secretario de Estado de la Santa Sede, hasta ahora inédita, que demuestra este malestar en la Santa Sede. En esta carta de Pacelli dirigida al cardenal Gomà, con fecha de 31 de julio de 1937 (10 días antes que la Carta Colectiva fuese publicada) y que no llegó a ser enviada, el Secretario de Estado del Vaticano sugería al cardenal Primado la conveniencia de no publicar el texto de los obispos españoles, cosa que Gomà no siguió.

Se ha dicho diversas veces que el episcopado español habría de pedir disculpas por su apoyo al Régimen franquista. Y ahora, con motivo de estos 80 años de la Carta Colectiva, sería una buena ocasión para reconocer que los obispos de 1937 se equivocaron con la firma de esta carta. A excepción de Vidal i Barraquer, Múgika y Torres que no la firmaron y que de esa manera no dieron ninguna legitimidad a una guerra y a una dictadura que anuló las libertades y la democracia.

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Autor

José Manuel Vidal

Periodista y teólogo, es conocido por su labor de información sobre la Iglesia Católica. Dirige Religión Digital.

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