El consumismo esta allí para entretener el individualismo y generar suficiente conflictos internos entre ellos para poder gobernar tranquilamente sin ser molestado por el pueblo
(Óscar Fortín).- Se define la democracia como el «poder del pueblo por el pueblo» y el populismo, en su forma positiva, como la «tendencia política que pretende atraerse a las clases populares», o en su forma negativa como manipulación y engaño del pueblo para llegar al poder.
Es cierto que el uso de estos dos términos, democracia y populismo, disimula, en muchas ocasiones, realidades que no tienen mucho que ver con ellos. En el uso de estos dos términos podemos hablar de «caballo de Troya» en el cual se disimula las verdaderas intenciones de los que les utilizan.
La democracia que cuestiona Alexis de Tocqueville, hace mas de un siglo y medio, trae con ella contradicciones profundas que vemos, hoy, con mucha mas claridad.
Y para el autor francés el antídoto más efectivo contra el individualismo es, sin duda, la participación en los asuntos colectivos. Si no se quiere que los hombres se retiren por completo a sus propios círculos domésticos, si no se quiere que se desvanezca por completo el espíritu público, habrá que enseñar a los hombres que por un ilustrado interés en sí mismos necesitarán ayudarse constantemente unos a otro, sacrificando una parte de su tiempo y riqueza al bienestar de la comunidad.
En lugar de tomar en consideración esas contradicciones, la democracia se ha desarrollado al no ver más en el pueblo que el valor individual del votante.
Lo importante es el voto y todos los medios a corto plazo para conseguirlo: promesas, manipulación, corrupción, engaño, todo esta permitido con tal de que se llegue al poder del Estado.
Una vez conquistado este poder, el pueblo pasa al secundo o tercero plano. El consumismo esta allí para entretener el individualismo y generar suficiente conflictos internos entre ellos para poder gobernar tranquilamente sin ser molestado por el pueblo.
Ya sabemos bastante de esta democracia, vuelta verdadero «caballo de Troya» dentro del cual se disimula todas las intrigas para que el pueblo no sea pueblo, sino puro votante.
Lo alimentan con la corrupción, la desinformación, las mentiras. Le dan la ilusión que vive en plena democracia y que es él que tiene el poder.
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