Los pastores no han podido llegar a una solución digna que favorezca lo que sea mejor para la Iglesia y su pueblo creyente
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(José Moreno Losada).- Allá por el año 1953, Pla y Daniel, cardenal de Toledo, comunicaba a los presidentes diocesanos de Acción Católica de hombres y mujeres de su archidiócesis, algo dolido por la reorganización de las diócesis en España al hilo de los planteamientos preconciliares de organización y relación de lo eclesial y la organización territorial de los pueblos: «Me han quitado todo, pero no me quitarán la joya».
Al ser preguntado por sus interlocutores que cuál era la joya, respondió que la joya era «Guadalupe».
Hoy en 2017, 64 años después, los obispos implicados sucesivamente no han dado una solución a este problema que sigue en pie, en este sentido más que del silencio de los corderos, que vamos y venimos en este tema haciendo reflexiones y dando opiniones, hemos de hablar del silencio de los pastores.
No es que no se hayan expresado personalmente y no hayan manifestado ante los órganos superiores, en Roma, lo que sienten y desean, sino que no han podido, o sabido, sentarse como pastores a plantear el tema entre todos los implicados desde una perspectiva evangelizadora y pastoral para avanzar y llegar a una solución digna que favorezca lo que sea mejor para la Iglesia y su pueblo creyente.
No se trata de algo «reivindicativo», sino pastoral y apostólico, sin que en ello nos juguemos, dicho sea de paso, la salvación. Está claro que es más preocupante la situación de pobreza y dolor de parte de nuestro pueblo que esta decisión canónica.
Posturas encontradas
Al hilo de las opiniones y planteamientos que nos han llegado a la base, parece ser que las posturas se han movido en estos terrenos:
– Dividir el arciprestazgo de Guadalupe y su asunción por las diócesis extremeñas.
– Pasar a Mérida-Badajoz sólo el monasterio de Guadalupe y su patrona y el resto de los pueblos y parroquias permanezcan perteneciendo a Toledo. Últimamente se habla de prelatura.
– Desde Toledo se afirma que no se pueden utilizar en el asunto los verbos «restituir o devolver», pues eclesiásticamente sólo ha pertenecido a la archidiócesis de Toledo, desde hace casi diez siglos.
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