Barrio: "Agradecimiento a los misioneros"

Arranca ‘El Domund al descubierto’ en el Palacio de Fonseca

La exposición busca mostrar qué hay detrás del Domund y llegar a la gente de la calle

Arranca 'El Domund al descubierto' en el Palacio de Fonseca
Inauguración del Domund la descubierto en Compostela

El año pasado, en la campaña del Domund en Galicia se recaudaron 962.528,59 euros

(Domund).- Santiago de Compostela acogerá este año la cuarta edición de la exposición misionera «El Domund al descubierto». Ayer, en el acto de inauguración, se animó a los ciudadanos a acercarse al Palacio de Fonseca hasta el próximo 11 de octubre para conocer qué hay detrás del Domund, y se rindió un sentido homenaje a todos los misioneros españoles, en especial a los 356 misioneros gallegos.

El acto contó con la presencia de una de las vicerrectoras de la universidad de Santiago de Compostela, quien presentó a los misioneros como modelo y referente de la sociedad y universidad.

«Como universidad, es una gran alegría poder colaborar con la promoción del espíritu misionero y visibilizar la labor de los misioneros», afirmó Mª Dolores Álvarez Pérez, vicerrectora de Estudiantes, Cultura y Responsabilidad Social de la Universidad de Santiago de Compostela, en la inauguración de «El Domund al descubierto» en el Palacio de Fonseca. Como representante de la institución anfitriona, explicó que el papel de la universidad es el de formar profesionales al servicio de la sociedad, y que en esto el ejemplo de los misioneros es un referente.

«Hemos priorizado los valores científico-técnicos y pragmáticos sobre la solidaridad, la justicia, la libertad y el bien común», explicó. Para luchar contra esta crisis de valores, la universidad debe conjugar el progreso en los aspectos materiales con la defensa de los valores humanos, y en eso, según afirmó, los misioneros son un modelo a seguir. «Los misioneros son el espejo de honestidad y de generosidad en el que todos deberíamos mirarnos para construir una sociedad más rica en valores».

Recién llegado de Roma, el misionero orensano Julio Parrilla, obispo de Riobamba (Ecuador), explicó que el Papa Francisco ha animado vivamente a todos los obispos de Ecuador que han estado en la visita ad limina a que no se olvidaran de la Misión. Después de ver la exposición, explicó que sentía nostalgia de su infancia, de cuando iba con la hucha del «negrito» por las calles de Ourense pidiendo donativos para el Domund. Y se mostró con gran deseo de regresar a Riobamba, «su casa», para poder celebrar allí el Domund con sus fieles, en su gran parte indígenas. «Os animo a todos a ser misioneros, porque la misión tiene que empezar en casa».

A continuación, Antonio Aunés, comisario de la exposición, hizo un recorrido explicativo de la misma, en el que mostró los cinco espacios de la misma, que contienen, entre paneles informativos, documentos históricos del Domund y una colección de huchas de todas las etapas de su recorrido. También se exponen varios artículos del autor gallego Álvaro Cunqueiro, quien escribió en las publicaciones misioneras de su época. Asimismo, la exposición cuenta con una reflexión acerca de la relación de los misioneros con el Camino de Santiago.

«Esta larga y fecunda historia necesitaba ser conocida. No es justo que quedara en los archivos, como un recuerdo nostálgico del pasado», explicó Anastasio Gil, director nacional de OMP, quien reiteró que la exposición busca mostrar qué hay detrás del Domund y llegar a la gente de la calle. «Es una invitación a contemplar una historia tejida de amor por miles de nuestros conciudadanos, que entregaron su vida por anunciar el Evangelio».

Según Gil, la muestra no quiere ser una fotografía fija, sino mostrar el dinamismo de la actividad misionera de la Iglesia. Para ello, junto a esta exposición se va a celebrar una serie de actos por todas las diócesis gallegas, en los que, para diferentes públicos, misioneros gallegos compartirán su testimonio.

Entre ellos, destaca el jesuita Andrés Díaz de Rábago, que acaba de cumplir 100 años, y sigue en activo. «No hay nadie en esta sala que haya vivido más jornadas del Domund que yo», explicó entre risas, y recordó cómo en el colegio vivió la fundación de la Jornada en 1926 y todo el desarrollo posterior. «Llevo más de 70 años en las misiones, ¡y no me arrepiento!».

El arzobispo de Santiago, junto con su obispo auxiliar, se encargó de clausurar el acto. «Estoy seguro de que esta exposición y cada uno de los actos no va a dejar de interrogarnos, porque la misión nos compete a todos», explicó, y animó a todos a participar y colaborar con el Domund. «No hay aportación que sea pequeña». Asimismo ha recordado que el Pregón del Domund tendrá lugar el próximo miércoles 11 de octubre en la Catedral de Santiago de Compostela, de la mano de la cantante Luz Casal.

En su carta pastoral dedicada al Día del Domund, el arzobispo de Santiago de Compostela, monseñor Julián Barrio, anima a todos los diocesanos a «manifestar nuestro agradecimiento a todos los misioneros y misioneras, y a todas las personas que les acompañan en el compromiso de anunciar el Evangelio, asegurándoles nuestra oración, ayudando económicamente según nuestras posibilidades y apoyando las vocaciones misioneras».

Barrio: «Mostrar agradecimiento a los misioneros»

El Domund se celebrará el próximo domingo día 22 de octubre y desde ayer, con la inauguración de la exposición «El Domund, al descubierto», en el Pazo de Fonseca, dieron comienzo las distintas actividades que se desarrollarán en las cinco diócesis gallegas. En su carta pastoral, monseñor Barrio recuerda que «el papa Francisco sacude nuestra soñolencia en la vida cristiana diciéndonos de manera incisiva que no nos dejemos robar el entusiasmo misionero, la alegría evangelizadora, el ideal del amor y la fuerza misionera, equipaje que debemos llevar en nuestra alforja a la hora de ir al encuentro de los demás en las distintas periferias en que puedan encontrarse».

«Anunciar a Jesucristo», indica monseñor Barrio, «exige compromisos de justicia, de caridad fraterna, de ofrecimiento a Dios Padre y de servicio a los hermanos». La Archidiócesis de Santiago de Compostela cuenta con 118 misioneros y misioneras, del total de 356 que las diócesis de Galicia aportan a la evangelización y promoción del hombre en distintos países. El 64% de esa cifra global son mujeres y de los misioneros y misioneras gallegos, un 75% está realizando sus tareas en América.

El año pasado, en la campaña del Domund en Galicia se recaudaron 962.528,59 euros. Desde ayer y a lo largo de casi dos semanas, se celebrarán en todas las diócesis gallegas actos culturales y encuentros. La cantante Luz Casal pronunciará el día 11 de octubre, en la Catedral de Santiago, el pregón del Domund.

Carta Pastoral en el Día del Domund. Octubre 2017.

«Sé valiente. La misión te espera»

Queridos diocesanos:

Con este lema la Iglesia nos llama en la Jornada Misionera Mundial a dar razón de nuestra fe, asumiendo el riesgo de la misión que no es «la propagación de una ideología religiosa ni tampoco la propuesta de una ética sublime», como dice el Papa en su Mensaje para esta Jornada. La misión es anunciar a Cristo resucitado y su Evangelio. «Su resurrección no es algo del pasado; entraña una fuerza de vida que ha penetrado el mundo. Donde parece que todo ha muerto, por todas partes vuelven a aparecer los brotes de la resurrección. Es una fuerza imparable» (EG 276).

El papa Francisco sacude nuestra soñolencia en la vida cristiana diciéndonos de manera incisiva que no nos dejemos robar el entusiasmo misionero, la alegría evangelizadora, el ideal del amor y la fuerza misionera, equipaje que debemos llevar en nuestra alforja a la hora de ir al encuentro de los demás en las distintas periferias en que puedan encontrarse (cf. EG 80, 83, 101, 109). «La misión dice a la Iglesia que ella no es un fin en sí misma, sino que es un humilde instrumento y mediación del Reino»[1]. Todos somos discípulos misioneros. La actividad misionera es «el mayor desafío para la Iglesia» (RM 34).

Valentía para la misión

Jesús acoge con audacia, valentía y humildad la misión que el Padre le había confiado. Habla abiertamente, asume la realidad y no se esconde ante las dificultades que le sobrevienen. Es el referente de la Iglesia en salida dispuesta a superar los obstáculos que puede encontrar en esa preocupación de dar a conocer a Cristo. Este fue el ejemplo que nos dejó en el peregrinar eclesial desde el primer momento la comunidad cristiana. Así lo constatan los Hechos de los Apóstoles donde se refleja que estos daban testimonio de la resurrección de Cristo con valentía, sabiendo que era necesario obedecer a Dios antes que a los hombres.


Esta convicción le costó la vida al apóstol Santiago el Mayor que fue el primero de los apóstoles en beber el cáliz del Señor. Los cristianos mostraron siempre fortaleza en las circunstancias más difíciles. Pablo escribirá a los Romanos: «Nos gloriamos incluso en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; la paciencia virtud probada, la virtud probada esperanza, y la esperanza no defrauda porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que se nos ha dado» (Rom 5,3-5). Así lo testimonian los apóstoles que «salieron del Sanedrín contentos de haber merecido aquel ultraje por el Nombre de Jesús» (Hech 5,41). En este sentido necesitamos tener un corazón valiente para dar ese salto que nos sitúe allí donde tantas personas nos necesitan.

Llamados, elegidos y enviados

Para llevar a cabo la misión hemos de asumir el riesgo de anunciar a Cristo y estar arraigados en Él. Esto comporta ser personas capaces de saborear la cruz y contagiar el gozo de la resurrección, dispuestas a vivir nuestra condición de hijos de Dios y la fraternidad de los unos con los otros, cercanas a Cristo y poseídas por la esperanza con la conciencia de que la fe ha vencido al mundo (1Jn 5,4). Esta certeza genera paz, alegría y esperanza.

Esta es la misión que nos espera y que comporta conocer la Palabra de Dios que nos lleva a oír a Cristo, saber que la cruz nos incorpora a la muerte y resurrección del Señor, y tener la valentía para estar dispuestos a vivir la actitud martirial como tantas personas, comunidades cristianas y pueblos la están afrontando hoy. Anunciar a Jesucristo exige compromisos de justicia, de caridad fraterna, de ofrecimiento a Dios Padre y de servicio a los hermanos. «La Iglesia tiene el deber de anunciar la liberación de millones de seres humanos, de ayudar a que esta liberación nazca, de dar testimonio de la misma, de hacer que sea verdaderamente total. Todo eso no es extraño a la evangelización» (EN 30).

Exhortación final

«La Jornada Mundial de las Misiones, promovida por la Obra de la Propaganda de la Fe, es una ocasión favorable para que el corazón misionero de las comunidades cristianas participe, a través de la oración, del testimonio de vida y de la comunión de bienes, en la respuesta a las graves y vastas necesidades de la evangelización»[2]. Como el pasado año os recuerdo al apóstol Santiago el Mayor que llegó hasta nosotros para traernos el mensaje de Cristo, y os animo a manifestar nuestro agradecimiento a todos los misioneros y misioneras, y a todas las personas que les acompañan en el compromiso de anunciar el Evangelio, asegurándoles nuestra oración, ayudando económicamente según nuestras posibilidades y apoyando las vocaciones misioneras. Es siempre actitud misionera salir al encuentro de los demás para anunciar a Cristo. ¡Seamos generosos material y espiritualmente!

Os saluda con afecto y bendice en el Señor,

+ Julián Barrio Barrio,

Arzobispo de Santiago de Compostela.

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Autor

José Manuel Vidal

Periodista y teólogo, es conocido por su labor de información sobre la Iglesia Católica. Dirige Religión Digital.

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