"Es hora de hacer un pacto por el bosque"

¿Por qué arde Galicia? Un largo, largo incendio

"Todavía podemos impedir los incendios"

¿Por qué arde Galicia? Un largo, largo incendio
Algo nuestro se quema

Hay muchos 'incendiarios' de dos tipos: los que ponen el mechero y los que no han querido que el monte sea lugar de vida y riqueza para todos

(Xabier Pikaza).- Una vez más, tras otro cálido verano, en Galicia (con el norte de Portugal y parte de Asturias) se ha quemado más bosque, especialmente de eucaliptus y pinos.

Ciertamente, el pino y el eucalipto arde porque ha sido un duro, caliente, verano, que no acaba de terminar. Arde Galicia porque el calor, el eucalipto y el viento son un caldo de cultivo de los incendios… Pero arde también, al menos en parte, porque hay muchos «incendiarios», que son de dos tipos:

— Unos los que ponen el mechero o la cerilla… y quieren que arda este monte que les parece injusto… (algunos quieren que arda para comprar más barata la madera chamuscada y recalificar quizá algunos terrenos).

— También pueden llamarse incendiarios… los que no han querido que el monte sea lugar de vida y riqueza para todos, como a lo largo de los siglos. El monte de anaño (la fraga) era vida y fuente de riqueza para los campesinos (os labregos…). Pero este monte de ahora se ha vuelto extraño para muchos, que han podido pensar que es bueno quemarlo.

 

 

No quiero justificar en modo algunos los incendios. En el momento actual, quemar un bosque o monte de pino/eucalipto es un delito ecológico (¡contra la tierra!), un «pecado económico» (contra la riqueza del país)… y puede ser (y es) incluso un homicidio. Quede eso claro.

Pero no basta la condena… Hace falta seguir pensando sobre la razón de los incendios, en buena parte provocados…

— Hay que ver si la repoblación con pino-eucalipto ha sido ecológicamente buena, y sobre todo justa: Si ha favorecido de verdad a los pobres... o si ha sido una forma de destruir la riqueza ecológica de Galicia y la fuente de economía demuchos campesinos/labregos.

— Tras condenar los incendios… hay que ver si es necesario un nuevo «pacto», un compromiso común a favor de la historia secular de Galicia, con sus montes autóctonos y sus campesinos, que han vivido en parte del monte (de donde se saca la leña, donde pace el gado/ganado).

Es hora de pensar mejor las cosas entre todos… y de hacer un pacto «por el bosque», teniendo en cuenta los factores ecológicos y económicos, sociales… y de crecimiento sostenible… Se trata de lograr que ese «pacto» por el bosque sea comprendido y acepado básicamente por todos, porque es favorable a todos, invirtiendo lo necesario en «limpiar» los montes, prevenir incendios… y de lograr que sea (como puede ser) económicamente rentable.

Todavía podemos impedir los incendios… para los próximos decenios, pero eso sólo será posible con ese pacto que digo…, que sea creíble incluso para los labregos galegos… que tienen razones para desconfiar… con una ley muy dura contra los queman por intereses de madera… Es necesario un pacto ecológico, económico… y sobre todo social, un pacto inteligente, bien pensado, bien presentado…

En ese fondo se entiende la historia que contaré, una historia antigua, de hace más de 50 años, pero ella sigue siendo válida ahora, en la nueva Galicia que pugna por nacer de nuevo.

Mi recuerdo y reflexión no explica todo… Hay otras perspectivas, otros puntos de vida… Pero estoy convencido de que mi versión sirve para entender un elemento de esos incendios en Galicia, como nos lo contaba una sabia anciana (velliña) do lugar do Sartal, no conceio de Poio.

Buen día a todos, con el deseo de que acaben los incendios y se resuelvan los temas sociales y administrativos del lugar, deseando lo mejor para aldeanos y bomberos, para todos los gallegos (con portugueses y asturianos).

De nuevo en Galicia (Galicia es el mundo).

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Autor

Jesús Bastante

Escritor, periodista y maratoniano. Es subdirector de Religión Digital.

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