Josep Miquel Bausset

El negocio de las armas y la paz

Simposio para detener la industria de la muerte

El negocio de las armas y la paz
Josep Miquel Bausset

El simposio en el Vaticano contará con la presencia de 11 Premios Nóbel de la Paz, de las direcciones de la ONU i de la OTAN y de representantes de diversos estados y fundaciones comprometidas activamente en la lucha por la paz y el desarme

(Josep Miquel Bausset).- En la apuesta del papa Francisco por la paz, este fin de semana el Dicasterio por el Servicio del Desarrollo Humano Integral organiza un simposio internacional por un mundo libre de armas nucleares y por el desarmamiento integral. El prefecto de este Dicasterio, el cardenal K. Turkson ha dicho que este simposio «obedece a las prioridades del papa Francisco sobre la paz y el uso de los bienes de la creación para el desarrollo y una calidad de vida justa para todos».

Y es que el negocio bélico ha estado siempre presente en los estados que tienen una industria armamentística potente. Por eso en pleno siglo XXI, cosa que es un escándalo, la venta de armas continua siendo un negocio. Y un negocio (hace falta recordarlo) mediante el cual se enriquecen los gobiernos llamados civilizados. Si bien el 2014 el estado español y el gobierno del Sr. Rajoy suspendió la venta de armas a Israel con motivo de la ofensiva de este estado contra Gaza, en pleno siglo XXI la venta de armas continua siendo un negocio. Y un negocio que produce la muerte de miles de personas cada año.

Solo en 2012, España exportó armas por valor de 1953,5 millones de euros. Y en 2014 se vendieron a Venezuela (¿no decía el Sr. Rajoy que este país es una dictadura?) armas por valor de 182,4 millones de euros.
Y es que la inmoralidad de las guerras solo se explica por la inmoralidad de los gobiernos que provocan estos conflictos, por medio de la venta de armamento.

En la homilía del 2 de junio de 2013, el papa Francisco decía: «La guerra viene del odio, de la envidia, del deseo de poder y también de aquel afán de más poder». El papa se preguntaba porqué se pretende «resolver» los problemas de la humanidad con una guerra. Y él mismo respondía así a esta pregunta: «Porque para ellos, el dinero es más importante que las personas. Y la guerra es precisamente eso: un acto de fe en el dinero, en los ídolos del odio, en el ídolo que nos lleva a matar el hermano».

Por eso el 15 de mayo de 2014, el papa volvía a denunciar el negocio de las armas en la llamada que hacía a la Comunidad Internacional, para intentar llegar a un compromiso contra el comercio armamentístico. El papa decía: «Todo el mundo habla de paz, pero la proliferación de armas nos lleva a una dirección opuesta». Y añadía aún: «El comercio de armas complica y evita la resolución de los conflictos, en tanto en cuanto se hace fuera de la legalidad».

En un vídeo de hace unas semanas, el papa denunciaba «le absurda contradicción» que hay cuando se habla de paz y a la vez se promueve o se permite el comercio de armas. El papa Francisco lamentaba la venta de armas y su comercio ilegal, con la consecuencia del enriquecimiento «de los mercaderes de la muerte». Y por eso llamaba a los gobiernos para que se acabe el comercio de armas.

¿Hace falta recordar el drama actual que está sufriendo Irak, Siria, Egipto o Palestina para poner fin al comercio y al negocio inmoral de la industria armamentística? ¿Hará falta recordar la guerra de Irak, con el Sr. Aznar de «padrino» de este conflicto, cuando aún intentaba justificarlo con la gran mentira que Sadam Husein tenía armas de destrucción masivas?

La paz se basa en la justicia, en el respeto a los demás y en el dialogo. No en el uso de la fuerza, ya que como ha dicho el cantautor valenciano Raimon, «Hemos visto la sangre que solo hace sangre/ ser ley del mundo».

Los gobiernos que hacen negocio con las armas vendiéndolas a Palestina, Siria o Irak ganan un dinero manchado de sangre. De la sangre de los que mueren, para que algunos puedan hacerse ricos.

¿Hasta cuando nuestro mundo estará guiado por la violencia y por el odio? Martin Luther King decía: «Hemos aprendido a nadar como los peces y a volar como los pájaros. Pero no hemos aprendido el arte de vivir juntos como hermanos».

Ya es hora que intentemos resolver los conflictos bélicos a través del dialogo, con la educación y con el respeto a la diferencia. Y ya es hora que se acabe la industria de las armas, que no es sino la industria de la muerte, una industria que alimenta el odio entre hermanos. Por otra parte, los que dicen que velan por nuestras vidas, no habrían de anteponer los intereses económicos de la venta de armas por encima de la paz y de los Derechos Humanos. Como también los gobiernos habrían de negarse a hacer negocios con los sátrapas del Golfo Pérsico, porqué ¿qué sentido tiene vender armas a los potenciales enemigos?

Se trata de hacer callar las armas para que triunfe el dialogo y la paz. Por eso en su cuenta twitter, el pasado 26 de septiembre, el papa Francisco pedía «abolir estos instrumentos de muerte».

Este será el simposio que empieza hoy será el primer simposio internacional después de la aprobación del Tratado sobre la prohibición de las armas nucleares, firmado por 122 países en Nueva York el 7 de julio de este año.

El simposio de este fin de semana en el Vaticano contará con la presencia de 11 Premios Nóbel de la Paz, de las direcciones de la ONU i de la OTAN y de representantes de diversos estados como Rusia, Corea del Sur, Irán, de expertos en el campo de armamentos y de representantes de fundaciones, organizaciones y de la sociedad civil comprometidas activamente en la lucha por la paz y el desarme.

También estará la Sra. Masako Wada, una de las últimas supervivientes de la bomba de Hiroshima y el Secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin.

Además del Vaticano, este simposio está organizado por la embajada de Italia ante la Santa Sede, el Centro Interdisciplinario de Ciencias por la Paz, la Universidad de Pisa, las Conferencias Episcopales alemana y japonesa, la Universidad Georgetown y la Unión de Científicos por el Desarme, entre otros.

En su «Exhortación a los paganos» (capítulo 11), San Clemente de Alejandría nos aconseja ponernos la «vestidura de la paz» para vencer el mal, en referencia a la Carta de San Pablo a los efesios. En esta carta el Apóstol de los gentiles recomiendo que nos ciñamos «con la verdad, revestidos con la justicia por coraza» y «el celo para anunciar el Evangelio de la paz» (Ef 6:14-15). La verdad, la justicia y el Evangelio son los elementos que nos pueden ayudar a acabar con la violencia para de esta manera construir un mundo más pacífico y más humano.

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Autor

José Manuel Vidal

Periodista y teólogo, es conocido por su labor de información sobre la Iglesia Católica. Dirige Religión Digital.

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