Es posible -¡e inteligente!- la confluencia entre lo científico, lo filosófico y lo teológico
(Grupo Fonte).- En un momento en que la presencia creadora de Dios está de nuevo en cuestión, ante los avances de la ciencia, echamos en falta una mirada a caballo entre la fe y la propia ciencia que logre estimularnos la capacidad de asombro con un corazón de niño grande.
Resulta necesario que la humildad salga a relucir contemplando el cielo, y sintamos admiración ante una creación asombrosa que al mostrarnos nuestra pequeñez puede hacernos más grandes por dentro.
Su autor recuerda el caso Galileo como un momento de consternación similar al actual en cuanto al desafío que supone los descubrimientos radicalmente nuevos, llevándonos con delicadeza entre los hechos constatados y la experiencia de fe ante un cosmos que no deja de sorprendernos en permanente movimiento de caos ordenado.
Gabriel Mª Otalora realiza una amena reflexión sobre las dos grandes pasiones del género humano: descubrir las leyes de todo cuanto somos y cuanto nos rodea; y conocer nuestro origen, qué sentido tiene el universo, la vida creada y nuestro destino.
La primera es patrimonio de las ciencias, pero la segunda es terreno de la fe, ajena a todo empirismo.
La realidad nos recuerda que es tan poco demostrable creer en Dios como lo contrario. Pero en cambio, es posible -¡e inteligente!- la confluencia entre lo científico, lo filosófico y lo teológico. Con un lenguaje claro y desde el sentido cristiano de la existencia, los lectores disfrutarán de este sencillo -que no simple- libro.
Gabriel Mª Otalora (Bilbao, 1957) es ensayista y autor de diez libros, seis de ellos publicados en esta editorial. Imparte conferencias sobre temas éticos y espirituales. Es colaborador habitual del Grupo Noticias. Escribe también en su blog Punto de encuentro (Periodista Digital), en Fe adulta, Redes cristianas y Eclesalia. Es Premio Manos Unidas de periodismo solidario (2010).
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