"Se nos va otro 'grande'"

Jesús Esteban Sádaba, un obispo samaritano

El prelado navarro cesa como obispo de Aguarico (Ecuador)

Jesús Esteban Sádaba, un obispo samaritano
Monseñor Sádaba (centro) y Juan Cantero (izquierda)

El pastor jubilado cargando a uno de sus ayudantes, un año menor que él. Todo un símbolo de esa iglesia viva del Aguarico que está viva

(Anastasio Gallego).- José Manuel: No puedo dejar de contarte una historia que de tan normal puede pasar desapercibida. En el mes de marzo el P. Juan Cantero, Carmelita Descalzo, uno de los 6 de Sucumbíos, celebraba sus 50 años de ordenación sacerdotal en la catedral de COCA, Vicariato del Aguarico, y presidía la fiesta-eucaristía Mons. Jesús Esteban Sábada. O.F.M. Cap.

Para mi dos símbolos: Presidía Mons. Sábada, pero Juan Cantero se arrodillaba ante un indígena-taita para que le recitara la CAMACHINA que es una ceremonia que hacen los indígenas Napo-runas, en la que un anciano habla, reconviene y aconseja a otro más joven del grupo.

En octubre era consagrado el nuevo Vicario Apostólico del Aguarico, Mons. Adalberto, Capuchino también. Reemplaza a Mons. Sábada quien presentó su renuncia al Papa por edad.

El domingo pasado, dia 10 de diciembre, el P. Juan Cantero regresaba de una de las comunidades cristianas que anima y acompaña y, como ya es costumbre entre ellos, al no tener vehículo, toman lo primero que pasa por el camino. Y Juan se subió a un camión (aquí le llamamos volqueta) de transporte de materiales. Al bajar, Juan calculó mal la distancia y se cayó rompiéndose el fémur. Le llevaron al hospital de la ciudad y allí diagnosticaron que debía ser llevado a Quito, 286 km. 5 horas y pico de camino desde la selva pasando por el páramo andino.

La única posibilidad era la ambulancia del Cuerpo de Bomberos y allí pusieron a Juanito con su fémur roto y medio astillado. Y para que viaje no fuera tan solitario y doloroso, le inyectaron calmantes para que resistiera lo mejor posible y de enfermero acompañan… el OBISPO, Mons. Jesús Esteban, con sus más de 76 años a cuestas.

Y así llegó el P. Juan a Quito: en la ambulancia del Cuerpo de Bomberos, con el obispo que se retira como enfermero.

Recordando al buen samaritano. Mons. le dejó en la clínica, en manos de sus hermanos Carmelitas Descalzos de Quito y él regresó al Coca para coger sus maletas, su pequeño equipaje y cerrar más de 27 años de selva ecuatoriana.

Cómo habrá sido ese viaje, me lo puedo imaginar: el pastor jubilado cargando a uno de sus ayudantes, un año menor que él. Todo un símbolo de esa iglesia viva del Aguarico que está viva.

Juan Cantero, uno de los 6 carmelitas Descalzos que Benedicto XVI ordenó salir de Sucumbíos y Mons. Jesús Esteban Sábada quien les acogió en su Vicariato, pese a todas las malas caras que vería por su gesto, sobre todo en la Nunciatura.

Uno, con la pierna rota por andar por los caminos de la selva. El otro siempre solícito con su grey, hasta el último momento. Realmente, una Iglesia misionera en salida, con PASTOR OLIENDO A OVEJA


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Autor

José Manuel Vidal

Periodista y teólogo, es conocido por su labor de información sobre la Iglesia Católica. Dirige Religión Digital.

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