Josep Miquel Bausset

La inmoralidad del gobierno y del TC y la sanidad

"¿De qué servirá celebrar la Navidad si descartamos a los que menos pueden y a los que más sufren?"

La inmoralidad del gobierno y del TC y la sanidad
Josep Miquel Bausset

Los cristianos también estamos llamados a denunciar la hipocresía de aquellos gobernantes que, de una manera del todo injusta e inmoral, descartan a los que más sufren

(Josep Miquel Bausset).- Después de las decisiones adversas del Tribunal Constitucional en relación a Cataluña (por los recursos presentados por el gobierno del estado), la suspensión que ahora ha hecho este organismo del decreto de sanidad universal de la Generalitat del País Valenciano, demuestra una vez más la inmoralidad de las decisiones de este estamento.

Es de agradecer que el Presidente valenciano, Ximo Puig, haya defendido la atención sanitaria universal y gratuita, en decir que «cualquier persona que vaya al médico será atendida y no se le cobrará». Y es que si la Conselleria de Sanidad del gobierno valenciano aseguraba el acceso universal a la sanidad pública desde julio de 2015 como un derecho inalienable de todos los ciudadanos, los miembros del TC, con una nula sensibilidad por las personas más frágiles de nuestra sociedad, han suspendido este decreto de la Generalitat del País Valenciano. Y lo hicieron en vigilias de la Navidad, cuando los miembros del gobierno del Sr. Rajoy y los del TC se sentaran cómodamente a comer en familia y cantarán villancicos, mientras hay personas en nuestro país que viven en la calle y que por eso mismo son más vulnerables. Pero a los miembros del TC y del gobierno eso no les preocupa en absoluto, porqué ellos si enferman tendrán seguramente, además de la sanidad pública, una buena mutua que cubrirá sus necesidades sanitarias.

Hace unos meses también, con una total insensibilidad por los más frágiles de la sociedad, el TC (debido a un nuevo recurso del gobierno del estado) suspendió, con una actitud del todo inmoral, las leyes de emergencia residencial y energética aprobadas por la Generalitat de Catalunya, atentando de esta manera contra los derechos de las personas más vulnerables. En este sentido hace falta recordar también las miserables palabras del director de la oficina antifraude de Cataluña, el Sr. Daniel De Alfonso, dirigidas al que fue ministro del Interior Jorge Fernández Díaz (el de las medallas a la Virgen) en relación a Cataluña: «les hemos destrozado el sistema sanitario, les hemos acosado, estamos jorobando el Centre de Telecomunicacions i Tecnologies de la Informació». Ahora ha sido la ley de sanidad universal aprobada por la Generalitat del País Valenciano la que el TC ha suspendido, con una actitud del todo inmoral. Y es que en dos años y medio del nuevo Gobierno valenciano, el TC ya ha declarado anticonstitucionales cinco normas de la Generalitat, con el objetivo incomprensible de dinamitar las políticas sociales del gobierno valenciano a favor de la gente más débil de la sociedad.

La actitud del gobierno del Sr. Rajoy, del todo inmoral e indecente, llevando al Constitucional diversas leyes aprobadas por la Generalitat de Catalunya o del País Valenciano para ayudar a los más desfavorecidos, muestra la bajeza moral del gobierno del estado que condecora vírgenes y que asiste a todas las procesiones habidas y por haber, pero que después margina, descarta y desprecia a los que más padecen en nuestra sociedad.

Jesús pasó por el mundo haciendo el bien, acogiendo a los más débiles de la sociedad de su tiempo y curando a los enfermos para que así recobraran la salud y la dignidad. Por eso los cristianos estamos llamados a vivir con solicitud en relación a las personas más frágiles de nuestra sociedad. Pero los cristianos también estamos llamados a denunciar la hipocresía de aquellos gobernantes que, de una manera del todo injusta e inmoral, descartan a los que más sufren.

Si los obispos del País Valenciano han denunciado reiteradamente (en manifestaciones y en declaraciones públicas) el matrimonio homosexual, el divorcio, el aborto o el tema de la religión en las escuelas, ahora, con valentía, también habrían de denunciar esta miserable medida del TC, que deja desamparados a los más débiles de nuestra sociedad. ¿O bien nuestros obispos no abrirán la boca para denunciar esta medida tan injusta?

La Navidad es el encuentro con el Dios que se hace niño, débil y pobre. La Navidad es acoger a Dios en los desvalidos y en los desamparados. Navidad es rescatar a los que sufren y consolar a los que lloran. Y cuidar y curar a los heridos, a tantos y tantos heridos como hay en nuestro mundo. Navidad es hacer justicia al desvalido y defender la dignidad de aquellos que son pisoteados por los poderosos, insensibles al dolor de los que más sufrientes. ¿De qué servirá celebrar la Navidad si descartamos a los que menos pueden y a los que más sufren? La Navidad es ver el Dios-con-nosotros en nuestros hermanos heridos, desconsolados y solos.

Como decía el cardenal Peter Turkson, autor del libro: «Corrosión. Combatir la corrupción en la Iglesia y en la sociedad» y Prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, «los pobres pagan la fiesta de los ricos». Como siempre. Pero Dios viene a decirnos que no es ese el estilo de vida de los que seguimos a Jesús. Los pobres no han de pagar la fiesta de los ricos, sino que se han de sentar en la mesa de los hijos de Dios, acogidos con amor, servidos con solicitud, amados como al mismo Jesús, para así restituir su dignidad.

Feliz Navidad a todos los lectores de Religión Digital, a los que hacen posible esta página y a aquellos de quien nadie se acuerda, hombres, mujeres y niños que pasarán estos días solos y abandonados en la calle, sufrientes en hospitales, en la tristeza del exilio, en las lágrimas de las cárceles o en el sinsentido del consumismo y de las comilonas.

Que el Niño Dios nos ayude a descubrir su presencia en nuestros hermanos y que Jesús sea para nuestro mundo, esperanza, luz y alegría.

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Autor

Jesús Bastante

Escritor, periodista y maratoniano. Es subdirector de Religión Digital.

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