"Buscan casa, pan y libertad"

Cañizares apremia a ser hospitalarios «sin exclusiones»

"No podemos acobardarnos, es un mandato de Dios", asegura el cardenal

Cañizares apremia a ser hospitalarios "sin exclusiones"
Cardenal Cañizares

(Archivalencia).- El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, ha asegurado hoy que la «dramática situación de los emigrantes y refugiados golpea nuestras conciencias y reclama no cruzarnos de brazos», con motivo de la celebración este domingo de la Jornada Mundial del Emigrante y Refugiado.

Durante la eucaristía oficiada en la Catedral de Valencia hoy a mediodía, el Arzobispo ha resaltado que la jornada de este domingo «nos recuerda a los emigrantes, a los refugiados que nos llegan a nuestros países de bienestar».

De esta manera, el Cardenal ha apremiado a que las palabras de Jesús «fui forastero y me acogiste, tuve hambre y me diste de comer, estaba sin techo y me acogiste»,»las hagamos realidad viva entre nosotros».

Así, según el titular de la archidiócesis de Valencia, «son palabras que siempre nos interpelan con una fuerza provocadora que nos llama a la conversión». Además, «hoy nos interpelan todavía más aún ante la emergencia que plantean en los últimos tiempos la cantidad grande de hermanos que llegan a nosotros de fuera: refugiados, perseguidos, inmigrantes, hermanos nuestros que miran a nuestros países de Europa como la solución a sus inmensos problemas de hambre, de carencia de lo mínimo necesario para vivir con sus familias con cierta decencia en los países de origen, de falta de libertad a la que se ven sometidos en sus tierras que tienen que abandonar, e incluso de terribles persecuciones a causa de su fe».

También se ha referido a cómo «las escenas que nos llegan, las situaciones que vemos o que adivinamos son tremendas, terribles y golpean nuestras conciencias». Por ello, «se ha convertido en nuestros días en preocupación preponderante de los Estados que se ven interpelados y urgidos a buscar soluciones y a proceder adecuadamente, con justicia, sin que traiga consecuencias imprevisibles para los propios países».

El titular de la diócesis de Valencia ha defendido que ante este «fenómeno tan generalizado y masivo de la inmigración, con motivaciones tan diversas y complejas, de proporciones tan gigantescas, de dramaticidad tan intensa y de urgencia tan grave, moviéndose tantos cientos y cientos de miles, en gran parte personas muy pobres y necesitadas de todo, que lo arriesgan todo a la desesperada, de un lugar a otro buscando casa, pan, libertad, condiciones más dignas para sí y para la familia, las palabras del Señor cobran una fuerza todavía mayor y llaman a la conciencia de la Iglesia, a la conciencia de cada uno y a la de la sociedad en su conjunto».

Asimismo, frente a esta realidad, el cardenal Cañizares ha recordado también las palabras del papa Francisco en el lema de la Jornada de hoy, «Acoger, proteger, promover e integrar a loa emigrantes y refugiados», lema también de la Iglesia. Se trata de «cuatro palabras, cuatro verbos que expresan o expresarán que estamos con el Señor, que hemos visto al Señor y lo cogemos, estamos con Él. Y, así podremos decirle a todos, «Venid y veréis, hemos encontrado al Salvador».

«Ser hospitalarios de verdad, sin exclusiones»

Según el Cardenal, «lo primero que esta realidad reclama de nosotros y reclama particularmente de la Iglesia es el sentirnos al lado de los inmigrantes, como si del Señor se tratara, ya que con ellos se identifica y cuya amargura Él también tuvo que soportar en los primeros años de su vida terrena, y que ahora soporta en ellos mismos: algo, y mucho, todo, hay que hacer por ellos».

Se trata de «aceptarlos y acogerlos, integrarlos, protegerlos, y promoverlos cordial y eficazmente para que se sientan reconocidos en toda su dignidad de hermanos, sentirnos solidarios de veras con los que sufren en su carne los efectos de la marginación y de la pobreza a la que con frecuencia y por desgracia se ven impelidos tantos y tantos emigrantes que vienen de otros países, buscando otras condiciones de vida, simplemente vivir».

Por ello, el Arzobispo ha animado a «ofrecerles hospitalidad, ser hospitalarios de verdad, sin exclusiones o posturas discriminatorias».

De este modo, «nosotros los cristianos no podemos dejar de escuchar, acoger y cumplir aquellas palabras que recoge la Sagrada Escritura: «Si un emigrante se instala en vuestra tierra no le molestaréis, será para vosotros como un nativo más y lo amarás como a ti mismo, pues también vosotros fuisteis emigrantes en Egipto» (Lev, 19,33).

Según ha expresado el arzobispo de Valencia, «es un mandato de Dios el proceder de este modo con los inmigrantes. Un mandato que nos lleva a nuestra actuación personal y a reclamar y posibilitar que así sean tratados por la sociedad a través de la leyes pertinentes; no podemos ser pusilánimes, ni acobardarnos, tampoco perder la cabeza y dejarnos llevar solo por sentimientos; toda prudencia es poca, pero toda libertad y confianza en Dios, que nos grita a través del clamor desesperado de sus hijos más pobres y desgraciados, la necesitamos, sin olvidar que la caridad no tiene límites». (AVAN)

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Autor

José Manuel Vidal

Periodista y teólogo, es conocido por su labor de información sobre la Iglesia Católica. Dirige Religión Digital.

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