"Un presbiterio sin comunión necesita rehacerse"

¿No hay más instancias que el Papa en la diócesis de Cádiz-Ceuta? I

"La situación de Cádiz-Ceuta contradice el espíritu y la letra del Vaticano II"

¿No hay más instancias que el Papa en la diócesis de Cádiz-Ceuta? I
Zornoza, con los Neocatecumenales

¿Cómo pueden ser “fraternidad sacramental” unas personas que se desprecian, se denuncian en público, viven indiferentes, se desprestigian mutuamente, son incapaces de encontrar caminos de solución y recurren a la última instancia?

(Rufo González Pérez, sacerdote).- El director de Religión Digital (25 enero 2018 a las 10:40) ha dado voz a los sacerdotes gaditanos que vienen sufriendo una falta grave de comunión con la cabeza de su presbiterio, el obispo. Es una situación contraria al evangelio. Ninguna comunidad de Jesús puede vivir en esta situación de división y enfrentamiento. “Así no podremos seguir por mucho tiempo”, reconocen los sacerdotes.

Para rehacer el presbiterio y su misión tenemos textos muy luminosos en los documentos del Vaticano II, la expresión más autorizada del magisterio eclesial junto con la «ex cathedra» papal. Refrescar y recoger su significado esencial puede y deber ser una constante para el presbiterio, incluido su presidente, a quien llamamos “obispo”.

Según el Vaticano II (ver: Constitución dogmática sobre la Iglesia, LG, 28; “Decreto sobre el ministerio pastoral de los obispos”, CD, 11, 15, 16, 28, 30; “Decreto sobre el ministerio y vida de los presbíteros”, PO 7, 8), los sacerdotes, junto con el Obispo, forman una comunión o colegio presbiteral, al que se le llama “presbiterio”, “familia”, “fraternidad sacramental”.

La situación de Cádiz-Ceuta contradice el espíritu y la letra del Vaticano II

¿Cómo pueden ser “fraternidad sacramental” unas personas que se desprecian, se denuncian en público, viven indiferentes, se desprestigian mutuamente, son incapaces de encontrar caminos de solución, y se sienten obligados a acudir a la última instancia que hay en la Iglesia…? ¿No hay otras en la propia diócesis o en la provincia eclesiástica?

Comparemos estos textos con la relación obispo-clero de Cádiz-Ceuta:

a) La vida sin vanidad:

“Los presbíteros y también los obispos… eviten todo cuanto pueda alejar de algún modo a los pobres, apartando de sus cosas… toda especie de vanidad. Dispongan su morada de tal forma que a nadie resulte inaccesible, ni nadie, incluso el más humilde, tenga miedo de frecuentarla” (Decreto sobre el ministerio y vida de los presbíteros, PO 17).

Hechos denunciados:

– No comparten “la forma de ser, actuar y vivir del obispo, el trato a las personas así como su gestión pastoral y económica de la diócesis”.

– “gusta comer y beber bien. Con los sacerdotes, cuando va a las parroquias, nunca quiere comer».

– “mandó arreglar el palacio episcopal y en él vive”.

– Le encanta viajar…, casi siempre con jóvenes, a Fátima, Lourdes, Santiago, Roma o Jerusalén.

b) La vida en comunión

“Los obispos abracen siempre con especial caridad a los sacerdotes puesto que reciben en parte las obligaciones y la solicitud de ellos mismos…, teniéndoles como hijos y amigos, y por ello dispuestos a oírlos y con la costumbre de tratar confidencialmente con ellos…» (Decreto sobre el ministerio pastoral de los obispos, CD 16).

“Los Obispos, pues, por el don del Espíritu Santo que se dio a los Presbíteros en la sagrada Ordenación, los tienen como colaboradores y consejeros necesarios en el ministerio y oficio de enseñar, santificar y apacentar el Pueblo de Dios… Luego por esta comunión en el mismo sacerdocio y ministerio, los Obispos tengan a los Presbíteros como hermanos y amigos, y tengan en el corazón el bien de ellos tanto material como sobre todo espiritual… Escúchenlos con gusto, más aún consulten y dialoguen… (PO 7).

Hechos denunciados:

– Los 110 curas diocesanos restantes “han optado por una indiferencia total hacia el obispo”, sin contar con los religiosos, “a los que tolera, aunque también trata con desprecio”.

– “Desprecia a los sacerdotes mayores, que han entregado toda su vida al servicio de la Iglesia, a los que no visita ni provee en sus necesidades”.

– Suele estar ausente del entierro de muchos curas…; las pocas veces que preside “no tiene palabras cercanas, de cariño y reconocimiento de la labor del fallecido”.

– “se jacta de decir en público que los curas de Cádiz somos poco espirituales, carentes de formación y de baja talla humana”.

– “En el fondo, nos considera indígenas a los que hay que evangelizar y tampoco quiere ni se encuentra a gusto en la diócesis”.

– Su “chulería y maltrato” se extiende… incluso a sus predecesores en el obispado de Cádiz.

– “Santo Padre… nunca he visto mayor desprecio a las personas en un ministro de la Iglesia”.

c) Consejo representativo de los sacerdotes

“Téngase un consejo o senado de sacerdotes, que representen al Presbiterio (`coetus seu senatus sacerdotum, Presbyterium repraesentantium´), para que pueda con sus consejos ayudar eficazmente al Obispo en el gobierno de la diócesis” (PO 7).

“Los Presbíteros, constituidos por la Ordenación en el Orden del Presbiterado, están unidos todos entre sí por la íntima fraternidad sacramental; forman un único Presbiterio especialmente en la diócesis a cuyo servicio se dedican bajo el Obispo propio… Es de gran importancia que todos los Presbíteros… se ayuden mutuamente para ser siempre cooperadores… Sépanse especialmente obligados hacia aquellos que se encuentran en algunas dificultades; a los cuales presten auxilio oportuno, incluso si es necesario amonestándoles discretamente. A los que faltaron en algunas cosas síganles siempre con caridad fraterna y espíritu magnánimo, hagan oraciones constantes por ellos y se manifiesten a ellos continuamente como realmente hermanos y amigos” (PO 8).

Hechos denunciados:

– “En Cádiz ha comenzado una nueva era”, borrar la herencia e imponer su modelo eclesiástico ultraconservador… “Gestiona la diócesis como una empresa y sólo se rodea de una camarilla”.

– “Ha anulado todos los estamentos diocesanos y los ha recreado a su medida”: Consejo Presbiteral, Consejo Pastoral, Seminario.

– “El seminario diocesano ha quedado prácticamente bajo mínimos”; ha permitido la creación de un seminario Redemptoris Mater de los Neocatecumenales…”.

– Todos los directores espirituales del seminario han sido curas extradiocesanos; “el director actual viene desde Toledo (800 kilómetros de distancia); los confesores son todos del Opus Dei”.

– Además, somete a los seminaristas a test piscológicos, que “tanto el rector como los formadores leen, con lo cual mezclan el fuero interno y el externo”.

– “El trato desde la Administración diocesana hacia los sacerdotes y los seglares que con ellos trabajan es inhumano, tachándolos de ladrones, incompetentes y un largo etcétera”.

– Y lo que es peor “toda esta normativa no se hace pública, para ocultar todo el andamiaje económico”.

– “El equipo económico se mueve en el límite de la moral y de la ley, con una economía casi mafiosa».

La Delegación del Clero, primera instancia para solucionar el problema

Suele existir en todas las diócesis. Es un organismo para construir un verdadero Presbiterio: una “familia” o “fraternidad sacramental”, que sirva para la misión apostólica. Quien preside debe ser el más interesado en promoverla, pero todos los integrantes de esa fraternidad necesitan constituirse en comunidad. En ello se juegan la eficacia de su misión. En su organización debe ser fraternidad “sacramental”, es decir, signo evocador y realizador de la misión, que no es otra que constituir comunidades de hijos de Dios y hermanos de Jesús y de todos.

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Autor

José Manuel Vidal

Periodista y teólogo, es conocido por su labor de información sobre la Iglesia Católica. Dirige Religión Digital.

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