Nace un organismo ecuménico para recuperar los pueblos destruidos por Daesh

Padre Salar Kajo: «La Iglesia es la única que se ha movilizado para reconstruir estos pueblos»

"Si no regresamos a la llanura de Nínive, significará que no habrá más cristianismo en Irak"

Padre Salar Kajo: "La Iglesia es la única que se ha movilizado para reconstruir estos pueblos"
P. Salar Kajo, sacerdote católico caldeo ACN

La gente nos dice que quieren regresar, quieren reconstruir sus casas y seguir con sus vidas. Y comenzar desde cero pero con fe, con mucha fe. La pregunta no es ayudar, o no ayudar, sino más bien, ser o no ser. Y ustedes nos están ayudando a seguir aquí

(Josué Villalón, ACN).- Batnaya es una ciudad mayoritariamente caldeo-cristiana, situada en la Llanura de Nínive, a unos 24 kilómetros al norte de la megalópolis de Mosul. Quedó destruida a finales de 2016 debido a los enfrentamientos entre Daesh y el ejército iraquí. Aunque previamente había sido tomada y asediada por los yihadistas durante más de dos años, echando a sus vecinos al grito de: «Convertíos al Islam o morid».

«La gente nos dice que quieren regresar, quieren reconstruir sus casas y seguir con sus vidas. Y comenzar desde cero pero con fe, con mucha fe. La pregunta no es ayudar, o no ayudar, sino más bien, ser o no ser. Y ustedes nos están ayudando a seguir aquí.» Comenta el padre Salar Kajo, sacerdote caldeo que hoy coordina los trabajos de reconstrucción para que Batnaya, que significa en arameo «Casa de barro», vuelva a la vida.

Las calles siguen presentando desolación y ruina. Una máquina excavadora trabaja para retirar los escombros y restos de algunos edificios en ruinas. Semir Yalda es quien maniobra con la excavadora: «Batnaya era una región muy rica antes de que Daesh llegara y la destruyera. Mucha gente de otras partes de Irak venía aquí por lo fértil de sus tierras

Poblada por el pueblo asirio desde hace miles de años, la presencia cristiana en estas tierras se remonta a los orígenes del Cristianismo. Cerca del pueblo está el monasterio de San Oraha (Mar Oraha, en arameo), un monje ermitaño que construyó con sus propias manos el santuario en el siglo VI. En el siglo XVIII el lugar fue atacado por Nadir Shah, rey de Persia, durante sus campañas en el norte del actual Irak. Todos los monjes que vivían allí entonces, fueron martirizados. El lugar fue recuperado y reconstruido en 1921 con el apoyo de los Dominicos, que comenzaron a establecerse allí. Desde entonces los cristianos han sido sus principales moradores.

 

 

Semir reconoce: «La mayoría de las 900 familias que vivíamos aquí eran católicas. Extrañamos mucho este lugar y todos deseamos regresar. Todos tenemos que regresar. ¡Por favor, por favor! No me quiero ir, porque de aquí soy, aquí me quiero quedar. «

Sabah Eskaria es vecino de Semir, él y su familia también están tratando de recuperar su casa y hacer de Batnaya de nuevo un hogar: Aquí nací yo, aquí nació mi padre. Esta es mi casa, fue destruida durante la guerra contra Daesh. La solución ideal para nosotros es regresar a Batnaya. Hemos sufrido mucho por tres años viviendo desplazados en nuestro propio país. Algunos han emigrado al extranjero. Lo único que queremos es poder regresar a nuestro pueblo.

El Comité de Reconstrucción de Nínive es un organismo creado para llevar a cabo la reconstrucción gracias al trabajo de las tres iglesias locales con presencia en la Llanura de Nínive: la siro-católica, siro-ortodoxa y católico caldea. «Estas personas están fueran de sus pueblos durante más de 2 años. Han tenido que pagar alquiler por su alojamiento y no han podido trabajar. Más del 80% de Batnaya ha sido dañada. Esto significa que tenemos que trabajar muy duro para reconstruir casas e infraestructura», afirma el padre Kajo.

«Tienen su esperanza puesta en nosotros y confían en nosotros. La Iglesia es la única organización que se ha movilizado para reconstruir estos pueblos. Pertenecemos a estas tierras. Si no regresamos a estos pueblos, eso significa que no habrá más cristianismo en Irak» concluye el sacerdote, que destaca con alegría cómo el proyecto del Comité de Reconstrucción de Nínive es un ejemplo de esperanza y ecumenismo entre hermanos cristianos.

De las 967 casas de Batnaya, 43 ya han sido reconstruidas. Con tan solo 2 familias registradas, la ciudad posee un porcentaje de reconstrucción bajo, con apenas un 4,45%. Siendo una de las ciudades más dañadas de la Llanura de Nínive, la ayuda para su reconstrucción es condición necesaria para el regreso de más familias cristianas: «Más del 80% de Batnaya ha sido dañada. Esto significa que tenemos que trabajar muy duro para reconstruir casas e infraestructura.» Afirma el padre Salar.

Con su campaña «Ayúdales a volver» la Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada acompaña a los cristianos iraquíes motivando su retorno, así como la reconstrucción de tantos hogares demolidos por el Daesh. Para más información y donativos, pincha en este enlace.

 

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Autor

Jesús Bastante

Escritor, periodista y maratoniano. Es subdirector de Religión Digital.

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