Sólo por haber amado hasta el final, habiendo entregado su vida (que es vida de Dios), en amor y comunión, con todos los pobres y expulsados de la tierra, Jesús ha "resucitado"
(Xabier Pikaza).- Hemos celebrado esta noche (del 31 del 3 al 1 del 4), en una colina del Carmelo sobre el Tormes, en Cabrerizos-Salamanca, la Fiesta de Dios, que es la Pascua de Jesús, el «paso» de (por) la muerte a la vida.
Sólo por haber amado hasta el final, habiendo entregado su vida (que es vida de Dios), en amor y comunión, con todos los pobres y expulsados de la tierra, Jesús ha «resucitado», y vuelve a Galilea para reiniciar su camino, pero ahora a través de sus discípulos. Éste es el evangelio de la Pascua de Mateo, que se celebra en el Monte de Galilea y se extiende a todo el mundo (por todas las naciones).
Ésta es la escena final del evangelio de Mateo, y en ella se condensa todo el camino anterior, y se abre al mundo entero, como presencia y promesa de vida, a través de las mujeres que le han visto y confesado al lado de su sepultura, y por medio de los discípulos que llegan corriendo para verle en Galilea.
Esta palabras de Pascua (Mt 28, 16-20) constituyen con las ya comentadas (del amor y el juicio: Mt 25, 31-46) la clave hermenéutica, el centro y final del evangelio de Jesús, que se hace así nuestro Evangelio.
Con estas palabras, de experiencia y envío, de don y compromiso, quiero felicitar a todos mis amigos (a todos los lectores de mi blog), diciéndoles: ¡Vamos al Monte de la Pascua de Jesús, retomemos su camino de pascua 2018!.
Ha resucitado el Señor, alegrémonos. Felicidad a Todos.
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