No es verdadero el "dios pasivo y juez" al que hay que mover constantemente con nuestras oraciones, sacrificios y súplicas de perdón
(Jairo del Agua).- La práctica religiosa esencial es la oración. Para eso son las capillas, iglesias y catedrales. Para eso hay curas al frente de ellas. Curas devenidos en meros «tiralevitas» y «repartidores de ritos y rogativas» como principal actividad, con poco sueldo y enorme sacrificio. ¿Será por eso que escasean?
Inexplicablemente, en vez de enseñarnos a orar y caminar a la luz del verdadero rostro de Dios, nos confunden y pretenden alimentar nuestra natural religiosidad con ritos y rutinas equívocos.
Convierten la oración en soga de campana y a nosotros en meros papagayos que todo lo fían a un «dios pasivo y falso» al que hay que sacar de su sordera y conseguir que se movilice. ¡Menos mal que queda a salvo nuestra buena intención y nuestra maltratada espiritualidad latente!
No es verdadero el «dios pasivo y juez» al que hay que mover constantemente con nuestras oraciones, sacrificios y súplicas de perdón.
El Abba de Jesús es una «Madre activa» que todo lo ha creado, todo lo mantiene, todo lo cuida y todo lo inunda. De ninguna manera necesita que le recordemos «sus deberes» y la empujemos a «actuar».
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