“Pensemos en las fuertes sumas de dinero que han tenido que pagar los padres de los niños que han viajado solos en el "Aquarius", y en la complicidad culpable y criminal que lo permite, tolera, o hace la vista gorda”
(Archivalencia).- En el Día Mundial del Refugiado, el Cardenal Arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, ha señalado que ante el fenómeno de la inmigración «las legislaciones en los diferentes países de Europa, deben ser generosas, equilibradas y equitativas, promotoras de la justicia y la paz, y atentas a la solidaridad real y efectiva. La emigración es un derecho que no se puede negar. Hay que reaccionar ante este hecho y este derecho, mostrar sensibilidad especial. Los países receptores habrán de cumplir con el deber de ordenar la inmigración para evitar conflictos».
«Pensemos en las fuertes sumas de dinero que han tenido que pagar los padres de los niños que han viajado solos en el «Aquarius» -ha señalado el Cardenal Cañizares- y por otra parte, en las grandes riquezas que gobiernos y mandatarios desaprensivos de África, están acumulando de la opresión y subdesarrollo a que están sometiendo a sus pueblos, y pensemos en la complicidad culpable y criminal que lo permite, tolera, o hace la vista gorda. Nunca ha ocurrido nada semejante, ni en la época de la esclavitud de los pueblos africanos y el traslado y venta como esclavos de los siglos XVII al XIX, sobre todo a América».
El titular de la Archidiócesis de Valencia ha asegurado que «Occidente sigue sin tomar las medidas urgentes y adecuadas, mirando a otra parte, razón de más para actuar conjuntamente, pero actuar». El Arzobispo de Valencia ha pedido reflexión sobre cuestiones como «qué se hace en los países y con los países de origen y quién está dentro o detrás de estos movimientos que no son casuales o qué se espera del futuro de Europa y de los países europeos. Hay que colaborar con los poderes públicos, con los Estados y gobiernos que correspondan. Habrá que actuar denunciando, pero la denuncia sola no soluciona las cosas, hay que atender a los que nos llegan sabiendo que aquí los vamos a recibir como hermanos».
El Cardenal Cañizares ha asegurado que «nada verdaderamente humano puede dejar indiferente a la Iglesia, ni inhibirse ante la terrible desgracia de las gentes que nos llegan. La Iglesia, como dice el Papa Francisco ‘ha de acoger, proteger, promover e integrar a los emigrantes y refugiados’. Eso es lo que estamos haciendo en la diócesis de Valencia, colaborando coordinadamente con las autoridades autonómicas y locales, y con las nacionales».
El Cardenal ha lamentado que «la magnitud y gravedad del Aquarius nos está haciendo tal vez olvidar el drama de esos otros miles que nos llegan por pateras u otros medios, estos días, a las costas españolas, especialmente las andaluzas, también a las italianas. No los podemos olvidar, ni cerrar nuestros ojos ante el drama del África subsahariana, o del África en general, ni ante los macabros negocios de las mafias, a las que hay que perseguir y eliminar, por su corrupción más terrible: enriquecimiento por la trata de vidas humanas».
«Para eso hay que reconocer -afirma- que no estamos preparados: que no tenemos la suficiente fe, ni somos capaces de mayor caridad, heroica caridad, ni de mayor misericordia y nos coge sin saber qué hacer y cómo hacer, pero hay que hacer algo».
Reunión Comisión Mixta
Por otra parte, la Iglesia en Valencia acogerá a 42 migrantes procedentes del buque Aquarius, con los recursos de que dispone a través de Cáritas diocesana y Ciudad de la Esperanza.
Por parte de Cáritas Diocesana se acogerá a varias familias y varones adultos, a través del Programa de Viviendas. El pasado año 2017, Cáritas diocesana atendió a 53.000 personas, de las que el 48% son personas migrantes en situación regular, migrantes en situación irregular administrativa y solicitantes de asilo.
Por otra parte, Ciudad de la Esperanza (CIDES) Centro de atención integral, dirigido a quienes se encuentren en riesgo de exclusión social por su situación de vulnerabilidad, situado en Aldaia, acogerá a 20 jóvenes del Aquarius, que fueron trasladados inicialmente a Alicante, y que regresarán a Valencia en los próximos días.
Actualmente Ciudad de la Esperanza cuenta con 164 residentes, de los cuales, 110 son refugiados de 36 nacionalidades. CIDES cuenta con personal técnico de psicólogos y psicoterapeutas, así como intérpretes especializados, que conocen los dialectos del continente africano.
