Ahora el problema que tenemos en la Iglesia es que hablamos mucho de nosotros y de nuestros problemas, que son muchos y graves, y tenemos que afrontar. Pero yo creo que una de las soluciones también para nuestra vida es volver a centrarnos en Jesús
(Jesús Bastante).- «Emocionante», «divertido», una «experiencia», un «acontecimiento». Así es como el sacerdote Toño Casado describe a la «superproducción» del que es creador, «33. El musical», que se estrena el 22 de noviembre, en el IFEMA. «Un acercamiento y una ventana abierta» al personaje de Jesucristo, que planteará a todo él que lo vea preguntas incesantes sobre su vida y su fe.
Toño Casado es sacerdote, músico, autor sobre todo y, también, director de un maravilloso proyecto que, por fin, ve la luz el 22 de noviembre: «33. El musical».
Sí. Y coincide que si sumas al número de mes (11) el día del estreno (22), sale «33».
¡Oh! Qué casualidad. Se representa en el Espacio 33, que se ha creado específicamente para el musical en el IFEMA y no sé si durante cuatro meses.
Sí, estrenamos el 22 de noviembre y hay unas fechas abiertas. Luego, depende; se irá abriendo según la demanda del público, pero confiamos estar mucho tiempo.
Por lo visto es un exitazo; el ritmo de ventas está por las nubes.
La gente está muy animada. Se trata de una gran superproducción. Lo lleva una productora grande, que se ha creado a propósito. Como el montaje es tan grande que no cabía en ningún sitio de Gran Vía, decidieron hacer ellos un teatro. Y han construido el teatro efímero más grande de Europa en el menor tiempo.
Es un teatro a la italiana, como le llaman.
Sí, lo que quiere decir que las butacas están todas frente al escenario. Que no es un circo, como piensa la gente cuando oye hablar de «carpa».
Y tampoco es un escenario circular.
No. Es un escenario como el de un teatro cualquiera. Y todas las butacas, incluidas las últimas, tienen muy buena visibilidad.
Es un musical sobre la vida de Jesús, pero no es una transcripción del Evangelio con música, ni nada por el estilo.
No: yo me he inspirado en el Evangelio y he cogido lo que considero que para mí es más importante; lo que yo quiero contar. Pero «33» es un musical y usa el lenguaje de los musicales. Está escrito para todo el público, no solo para la gente de la Iglesia. Yo sé que a la gente de la Iglesia probablemente le gustará. Le encantará porque es muy emocionante, muy divertido y sí que transmite que Jesús es el hijo de Dios, que trae una buena noticia; la de que el reino de Dios está aquí. Y lo hace con milagros y con sus palabras, lo que le conduce al enfrentamiento con los fariseos, a morir y a resucitar.
No tiene nada que ver con «Jesucristo Superstar» (que todo el mundo tiende a pensarlo) porque ahí Jesucristo tenía que morir por la voluntad de Dios, pero no se sabía muy bien por qué.
«33» son treinta y tres canciones. Se parece, pero no es exactamente igual, al proceso que hemos ido viendo en el teatro y vimos en una presentación musical. Pero esto es otra cosa.
La música es la misma, pero ahora los músicos tocan en directo y se les ve. Están colocados en unas torres a ambos lados del escenario.
La acústica debe ser buenísima.
Claro; aquí todo son grandes profesionales del mundo de los musicales. Para poder crear lo de ahora, porque yo ya tenía escrito el guión y la música, hacía falta un gran escenógrafo y un gran equipo: son los que han creado los musicales en estos últimos años en España. El «equipo de los galácticos», les llamamos.
Los que han hecho «El Rey León», «Harry Potter», que algunos de ellos los estamos viendo todavía en Gran Vía.
Se ha decido, además, que no se en Gran Vía, aparte de por la propia programación de los teatros, porque no solo vamos a ver un musical; vamos a ver una experiencia.
Una experiencia, sí. Es un acontecimiento ya desde que llegas a IFEMA, que parece que está lejos pero queda muy cerca del centro, y además tiene aparcamiento y transporte público. Es muy fácil llegar para autocares, para grupos, etc.
Hay otra carpa, anterior, donde uno se va adentrando en el ambiente y que llamamos «carpa comercial». Está decorada, los músicos tocan en directo, se pueden hacer actividades interactivas y consumir, porque hay una tienda tipo Disney. Todo es muy bonito.
Creo que traer a Jesús al mundo de hoy, hacerlo dignamente y sin complejos, es bueno para la sociedad y para la Iglesia.
Me recuerda un poco a la la canción aquella, cuya letra era de el hoy Cardenal Osoro, que decía: «Baja a Dios de las nubes y llévalo a la fábrica donde trabajas». Algo a sí como volver a traer a Jesús, porque a veces, en las conversaciones normales, la figura de Jesús todavía mantiene un punch importante que, a lo mejor la Iglesia no tanto, por otra serie de cuestiones; tendemos a dejar a Jesús un poco más apartado.
Ahora el problema que tenemos en la Iglesia es que hablamos mucho de nosotros y de nuestros problemas, que son muchos y graves, y tenemos que afrontar. Pero yo creo que una de las soluciones también para nuestra vida es volver a centrarnos en Jesús. El musical «33» quiere ser un acercamiento, una ventana abierta a ese personaje. Mi interés es que la gente se enamore de Jesús. La gente que vaya se va a enamorar del personaje, le va a encantar. Se va a plantear cosas sobre su vida y sobre la fe, si es que la tiene. Y sobre la Iglesia, si es que pertenece a ella. O sobre la vida en general, si no pertenece a nada. Pero Jesús es la solución a nuestros problemas.
No es un musical estilo «Jesucristo Superstar», pero tampoco es un musical excesivamente pío, ni nada por el estilo.
No.
Hay que huir de los dos extremos.
Claro: es un musical para todo el público, tanto creyente como no. Uso el lenguaje de los musicales a nivel estructural y de los personajes. A nivel de las melodías. Y no se trata de un tratado teológico, ni mucho menos. Es un musical para pasarlo bien, divertirse, escuchar. Lo sé por el trabajo con los actores. Porque el mensaje del Evangelio cala en la gente; te mueve por dentro. Te conmueve, te hace sentir.
¿Se está notando en el trabajo?
Sí, es una experiencia muy bonita, porque los actores son actores de verdad, no son un grupo parroquial, ni son chicos a los que preguntes en el casting si tienen fe. Solo escuchas la voz, ves cómo actúan y se hace una pequeña entrevista personal, pero no te metes en cosas personales.
Porque no es profesional.
Exacto. Y tampoco es cristiano meterse en la vida de los demás así. Entonces, para ellos encontrarse con la vida musical y con Jesús está suponiendo, como dice Cristian, que es el que hace de Jesús: «que estamos con material sensible». Tanto, que tenemos que parar muchos ensayos porque se me echan a llorar. Y esto pasa cuando estamos en la Última Cena, que cuando leguemos a matarlo, no sé cómo vamos a hacer.
Es cierto que tu musical emociona, y mucho: hace reír, hace soñar, te genera dudas, te cabrea, te entristece… Cuando recuerdo la canción de «Bienvenidos», que me emocionó tanto, se me ponen los pelos punta, porque da un golpazo de realidad brutal.
Han pasado trece años desde que lo escribí. Ahí planteo cómo está el mundo desde el punto de vista del sufrimiento. Hay letras que escribí entonces y que son totalmente actuales. Encima, la puesta en escena que va a tener, que no la quiero desvelar, pienso va a ser muy impactante para la gente, porque van a ver que la historia de Jesús que se da en el musical es también de nuestro tiempo. Que Jesús está vivo y nos habla a nosotros hoy, y el mundo es el que es.
Sigue habiendo demonios, sigue habiendo el coro de los apóstoles, la encuesta…
Los demonios, porque el mal existe. El demonio es un personaje muy curioso, muy seductor, que luego se vuelve muy malvado. Y también están los apóstoles, que es un grupo fantástico y que, además, van todos con un vestuario excepcional que ha hecho Juan Sebastián y que se ha basado en la iconografía clásica de los apóstoles. Normalmente conocemos algunos, como el águila, las llaves, pero son doce.
¡Bueno! Pregúntale a cualquiera el nombre el de los doce…
En el musical los convertimos en personajes con los que le público se va identificar mucho. Además, son actores fantásticos. Va a ser una cosa muy bonita para el mundo volver a presentar a los apóstoles.
Por no hablar de la palangana de Pilatos, que tiene reservado un papel.
Lo comento en la reunión artística, digo: «tengo un amigo periodista que quiere de salir de efebo con la palangana y con la peluca rubia».
A mí me queda muy bien el rubio…
Todavía quedan entradas que se pueden adquirir en la web de «33» El musical.
Hay entradas para ver el musical por la tarde, en nuestra web. Ahí se puede encontrar la información y todas las cosas que vamos colgando, conocer el elenco y ver los vídeos que vamos añadiendo. Y la gente nos sigue en las redes.
Youtube, Instagram, Facebook, Twitter…, todas las redes. ¡Hay que tirar las redes, como hizo Jesús en su día!
Sí, lo están moviendo ahí. También hay pases matinales para los colegios, para los niños, que es una versión más corta donde quito las canciones más «meditativas», o más de reflexión, de los personajes. Lo hago mucho más marchoso, porque se supone que es para niños desde tercero de primaria.
¿Habéis hecho algún check con los niños?
Sí. Cuando hicimos los conciertos. Y yo flipo: no escribí el musical para los niños, y a ellos les encanta. Me hacen el coro de los apóstoles entero.
Es que es muy alegre.
A los niños les va a encantar por lo visual, por lo espectacular y luego, sí que contamos la vida de Jesús para que ellos la vean.
En la web vamos a encontrar toda la información, y también acceso a la plataforma de ventas, sobre todo para los pases de la tarde, porque creo que las matinales están casi agotadas.
Sí, casi estaban al 200% de venta. Eso va muy rápido, porque hicimos un acuerdo con escuelas católicas y a ellos les encanta el proyecto. Y va muchísima gente. Tuvimos un encuentro con profesores. Estoy teniendo muchos encuentros que me preparan con sacerdotes, con el mundo escolar y con gente del mundo evangélico. Con distintos colectivos a los que pensamos que el proyecto les puede interesar. Aunque mi interés es que vayan los de casa, sobre todo me gustaría que vaya la gente que no conoce a Jesús. Nosotros iremos a alegrarnos, a recordar lo más valioso que tenemos. Pero quiero que la gente que no conoce a Jesús vuelva y le conozca, porque es nuestro tesoro y en la Iglesia estamos para contar la historia de Jesús. De lo contrario, nos traicionamos como institución y como seguidores de Jesús.
¿Le llevaremos un DVD al Papa?
Ojalá. Ya sabe que se va a hacer porque el cardenal Osoro se lo contó. Le pedí que lo hiciera. «33» es la producción teatral más grande de España esta temporada. Se han gastado un pastón, que habrá que ver cuándo se recupera. Pero como es una superproducción que cuenta la vida de Jesús le dije: «por lo menos que el Papa lo sepa».
Lo sabrá, y seguro que tenemos alguna sorpresa en ese sentido.
Ojalá. La idea, también, es sentirnos unidas todas las personas de la Iglesia. A mí me gusta señalar que cada uno intentamos contar la historia de Jesús desde nuestras cualidades, y cada uno desde su movimiento, desde su grupo. Que aunque seamos muy diferentes, nos une Jesús.
En un mundo de rupturas, hay que ahondar en lo que nos une. «33» El musical. 22 de noviembre en el Espacio 33 de IFEMA. Ya queda muy poco para ver culminado un sueño que ha costado mucho tiempo.
Y muchísimos kilómetros: creo que he hecho el camino de Santiago varias veces llamando a puertas.
Y por fin algunas se abrieron y vamos a poder hacer realidad este sueño compartido. Yo no sé si darte la enhorabuena o darte un abrazo, pero me encanta que estemos aquí hablando de esto, y ver esas entradas impresas con su día, su fecha y su hora.
«33» El musical. Enhorabuena, Toño.
Muchas gracias. Os espero a todos allí. Y a ti, para que hagas tu momento con la palangana.
Espero no caerme. No se lo pierdan: «33» El musical. Busquen en la web toda la información y las entradas.