En una reunión secreta de arciprestes, en la que el prelado no les permitió mostrar su malestar

Zornoza acusa a los párrocos de Cádiz de manejar y blanquear dinero negro

Defendió a su ecónomo Diufaín como "un poco bruto y tosco, temido por su aspecto de grandullón, pero muy eficaz"

Zornoza acusa a los párrocos de Cádiz de manejar y blanquear dinero negro
Zornoza, con Antonio Diufaín Agencias

Acusa a los curas que denunciaron la existencia del decreto de control de las cuentas de los párrocos de "desleales" y de "haber hecho un daño irreparable a la diócesis"

(José M. Vidal).-El obispo de Cádiz, monseñor Zornoza trata de justificar las competencias plenipotenciarias, concedidas a su ecónomo, Antonio Diufaín. Asegura, el prelado, en una reunión con el colegio de Arciprestes, que no ha tenido más remedio que hacerlo, porque sospecha que los párrocos de Cádiz se dedican a manejar y blanquear dinero negro.

La reunión del obispo con los arciprestes de la diócesis tuvo lugar el pasado lunes 17 de diciembre, en la parroquia de Benalup. Asistieron el Vicario General, el Vicario Episcopal de la Bahía de Cádiz y la Janda, el Vicario del Campo de Gibraltar, el Canciller-Secretario del Obispado y algunos Arciprestes. El Vicario General de Ceuta y otros tres arciprestes excusaron su asistencia.

Aunque no forma parte del Colegio Arciprestal, el obispo Zornoza quiso que estuviera presente el Ecónomo Diócesano, Antonio Diufaín, al que defendió ante todos como «un poco bruto y tosco, temido por su aspecto de grandullón, pero muy eficaz».

Zornoza pidió a todos los presentes que guardaran secreto sobre los asuntos de los que allí habló con los presentes. Y no es para menos. En efecto, el obispo de Cádiz explicó que la reunión era para tratar de justificar la razón del polémico Decreto con el que decidió apoderar al Ecónomo, para intervenir las cuentas de las parroquias, solicitando información a los bancos. Un decreto que podría llevar a ambos a los tribunales de justicia.

Zornoza transmitió su decisión de promoulgar ese decreto, porque está profundamente preocupado de que Hacienda pida cuentas a las parroquias y descubra que hay dinero cuya procedencia no se puede justificar, o que se esté manejando dinero negro.

También manifiestó su contundente repulsa a las manifestaciones públicas de varios sacerdotes de su diócesis, al hacer pública la existencia de ese decreto. A su juicio, el comportamiento de esos curas «ha sido desleal y ha hecho un daño irreparable a la diócesis».

Algunos de los asistentes definieron la reunión como un «diálogo de besugos», ya que el obispo no permitió que los Arciprestes mostraran el malestar de los párrocos de la Diócesis y de los Consejos de Economía Parroquiales por el clima de desconfianza y sospecha generalizada que está provocando el Decreto del Obispo y la actuación del ecónomo Diufaín.

De ser cierta la ‘sospecha’ de Zornoza, primero tendría que verificarla, descubrir a los párrocos que están cometiendo ese delito y arbitrar medidas contra ellos, pero no parece justo que paguen todos por el pecado de algunos. A no ser que todo el clero de la diócesis de Cádiz esté delinquiendo.

En segundo lugar, ¿esta situación supuestamente delictiva por parte de los curas se está dando sólo en la diócesis de Cádiz o la medida de monseñor Zornoza hay que enmarcarla en un plan más amplio antiblanqueo, que, con el tiempo, se va a extender a todas las diócesis españolas?

¿No estará justificando monseñor Zornoza sus ansias de control económico de toda la diócesis en base a algún cura que haya cometido el supuesto delito de blanqueo de dinero?

En la CEE no quieren entrar en casuísticas diocesanas, que no son de su competencia, pero nos remiten a los «protocolos de medidas de prevención de blanqueo de capitales», aprobado en 2017.  Se trata de una guía orientativa en relación con medidas para prevenir el blanqueo, tanto a nivel diocesano como parroquial, pero que no especifica la forma de implementarlas.

Religion Digital ha contactado con el obispado de Cádiz, para pedir información y ofrecerle el preceptivo derecho a réplica, sin que, por el momento, hayan contestado a nuestra petición.

Algunos curas de Cádiz consultados por RD aseguran que el obispo «no puede cometer un delito, intentando justificar que es para ayudar. Porque, en el fondo lo que quieren es controlar las parroquias. Ellos desearían que las parroquias tuvieran el mismo CIF del obispado, como ocurre con algunas diócesis de España, y, en ese caso, no necesitan permiso, parea acceder a ellas. Pero en Cádiz decidieron en su día que cada Parroquia tuvieran personalidad jurídica independiente».

Las mismas fuentes añaden que la acusación del supuesto blanqueo de dinero por parte de los curas «no se sostiene». A su juicio, «el problema es que tanto el obispo como el ecónomo creen que los curas tenemos cuentas en B y que engañamos a todos».

Y concluyen: «Los curas de Cádiz somos honrados, con una opción, hecha desde hace muchos años, de vivir con el mínimo vital. El problema no es nuestro, sino del obispo y del ecónomo, porque desde que ambos llegaron a la diócesis, nos ha tratado como ladrones, mentirosos y defraudadores».

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Autor

José Manuel Vidal

Periodista y teólogo, es conocido por su labor de información sobre la Iglesia Católica. Dirige Religión Digital.

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