Por primera vez en muchos años de guerra, la catedral maronita de la capital vuelve a ser centro de actividades
Este año muchos jóvenes cristianos han comenzado a reunirse de nuevo también en la catedral maronita de Damasco, después de años sin llevar a cabo ninguna actividad en común a causa de la guerra. Los jóvenes son los que esta Navidad se ocuparon de instalar el pesebre en el templo.
En esa escena de Natividad que los muchachos y muchachas han preparado las figuras de la Virgen María, San José y el Niño Jesús están al aire libre sin estar protegidas por un techo o dentro del establo, como habitualmente se presentan los pesebres en el mundo.
Y si los fieles y los peregrinos preguntan por esto a los jóvenes cristianos de Damasco, responden que la Sagrada Familia bajo las estrellas y sin un lugar a dónde ir simboliza la situación de 13 millones de refugiados sirios que no tienen techo.
«El Niño Jesús es uno de ellos. Queríamos ser solidarios con nuestros compatriotas refugiados, empobrecidos y olvidados, con este pesebre sin techo abandonado, como ellos, a cielo abierto, de donde proviene la única esperanza», explica en un mensaje enviado a la Agencia Fides el arzobispo maronita Samir Nassar.
(RD/Fides)
ASIA/SIRIA – En Damasco, un pesebre sin techo https://t.co/tgk2s8Nnoh pic.twitter.com/RJZCRBbl07
— Agencia Fides (@AgenciaFidesEs) 21 de diciembre de 2018